Veintiún médicos dejaron de ejercer entre septiembre de 2019 y septiembre de 2020 en Segovia, período que recoge este homenaje. El abrazo y el reconocimiento que les entregan sus compañeros por toda una vida de servicio llega este año algo empañado, por un doble motivo. Por una parte, por las circunstancias de pandemia, que entristecen cualquier posibilidad de festejo y de encuentros colectivos
Por otro, la sensación extendida entre los colegiados de que muchos de estos profesionales podrían haber continuado su labor si hubieran encontrado algo de comprensión y reciprocidad por la administración al esfuerzo y dedicación que ellos han aportado durante tantos años. “Estamos convencidos de que muchos hubieran seguido trabajando algún año más, pero dada la situación actual en la que nos encontramos, con condiciones complicadas de trabajo y muy poca valoración por los responsables políticos a la labor de los sanitarios, es normal que apuesten por dejar de ejercer”, explica el Dr. Enrique Guilabert, presidente del Colegio de Médicos de Segovia.
Una jornada maratoniana, en la que al margen del aplauso y reconocimiento a los profesionales que han colgado la bata, los médicos mantuvieron una agenda apretada en el capítulo de balances del presente año y previsiones para los próximos meses. La tarde había comenzado con el pleno de la directiva del Colegio de Médicos, para posteriormente abordar otros asuntos como la asamblea ordinaria de este colectivo, la presentación de las próximas actividades de la Fundación Científica o el relevo en la presidencia de la comisión de deontología.
Es un órgano que, en palabras del Dr. Guilabert, “se encarga de asesorar a la Junta Directiva de aquellos requerimientos que se hacen desde la población o desde los propios compañeros. También puede actuar de oficio cuando hay que dar respuesta a situaciones de supuesta mala praxis o actos punibles”. El Colegio de Médicos quiso así agradecer a Tomás Casado la labor realizada en los últimos años en ese cargo, al que ahora accede la doctora María del Carmen Pérez Molina-Ramírez .
Además, el Colegio no quiso pasar por alto el reconocimiento a dos jóvenes médicos, Lorena Caballero y José María Alonso, MIR de Neurología y de Medicina Interna, respectivamente, que de forma desinteresada hayan colaborado con la Fundación para la Protección Social de la organización médica colegial. Sumaron esfuerzos a la labor de una entidad que trabaja con los huérfanos de profesionales médicos, aportando becas que les facilita poder continuar con su formación. Es una de las líneas de acción de esta organización, ya que también durante la pandemia han ayudado a facultativos que, por desgracia, se han convertido a su vez en pacientes y que han necesitado un respaldo extra. Sin olvidar, que esta Fundación mantiene también una residencia en Guadalajara para aquellos médicos que quieran ingresar en ella tras la jubilación. Se financia con aportaciones voluntarias y desempeña una loable acción social.