En los últimos años algunos acontecimientos relacionados con el acceso universal a los medicamentos han puesto de relieve que muchos fármacos que curan se encuentran lejos del alcance de los pacientes y dificulta la sostenibilidad de los sistemas sanitarios, principalmente por motivos de precio, según se puso de manifiesto en la mesa redonda dedicada a este tema en el marco de la IV Jornada Europea ‘Retos y orientaciones de la profesión médica y del sector sanitario de la Unión Europea’, celebrada en la sede de la Organización Médica Colegial (OMC)
En la mesa dedicada al acceso a los medicamentos en la Unión Europea, que estuvo moderada por el Dr. Tomás Cobo, vicepresidente primero de la OMC, participaron Soledad Cabezón, ponente del Informe sobre opciones de la UE sobre acceso a los medicamentos y eurodiputada del Grupo de la Alianza Progresistas de Socialistas y Demócratas en el Parlamento Europeo; Ángela Blanco, experta nacional de la Dirección General de Salud y Consumidores de la Comisión Europea; Vanessa López, directora de la Fundación Salud por Derecho; Dr. Juan José Rodríguez Sendín, vicepresidente de la Asociación ‘Por un acceso justo al medicamento’; y Pedro Luis Sánchez, director del departamento de estudios de Farmaindustria.
El Dr. Tomás Cobo destacó que una de cada tres personas en el mundo no tiene acceso a los medicamentos esenciales, lo que supone que cada año mueran diez millones de seres humanos y comentó que “el médico lucha contra la desigualdad, pero sin carga ideológica llena de hipocresía, porque es algo inherente a una profesión enfocada a ponerse al servicio de los más frágiles”. El vicepresidente primero de la OMC reconoció que la industria farmacéutica “tiene un papel esencial en la investigación y su apoyo en la formación continuada es clave en España”. Sin embargo, “hay sombras” y una de las más relevantes es “el abuso de las patentes”.
Soledad Cabezón: “El 85% de las nuevas patentes no son innovaciones”
Soledad Cabezón, eurodiputada del Grupo de la Alianza Progresistas de Socialistas y Demócratas en el Parlamento Europeo, explicó que “nos encontramos ante un problema de acceso, de desabastecimiento y disponibilidad, debido a que hay necesidades no cubiertas porque no resultan rentables”, expuso. Cabezón comentó que “la industria hace lo que le permite la regulación actual, que ha considerado los fármacos como un bien de consumo y dentro de ese contexto se ha dado a las compañías un poder desproporcionado que ha supuesto un desequilibrio”.
Por tanto, una de las medidas que planteó fue “equilibrar el mercado, priorizando el derecho a la protección a la salud y otorgando relevancia al fin social que nos ocupa que es el acceso a los medicamentos por parte de la ciudadanía”. Cabezón también se mostró partidaria de regular la propiedad intelectual y estudiar si ha cumplido su función, porque, en ocasiones, “ha habido uso y abuso de ella” y además, “se han puesto en marcha incentivos que no han redundado en un mejor acceso a los medicamentos de los pacientes”.
La eurodiputada aseguró que “el 85% de las patentes nuevas no son innovaciones”. Respecto a los medicamentos huérfanos, incidió en que “los precios de los tratamientos son muy altos y parece que se está convirtiendo en un modelo de negocio porque el retorno económico es mucho más rápido y tienen una serie de incentivos que hacen atractivo para el sector farmacéutico obtener medicamentos con esa denominación”. Cabezón explicó que el planteamiento del Parlamento Europeo está enfocado hacia una visión global, coordinada desde la Unión Europea, “y no en medidas cortoplacistas que no resuelven el problema”.
“Proponemos que en la evaluación del valor del medicamento se establezca el valor terapéutico añadido en un análisis multifactorial establecido por la UE, que permitiría incrementar la calidad de la innovación”, destacó. Además, recalcó la trascendencia de “la puesta en funcionamiento de una directiva de transparencia, un nuevo marco de genéricos que garantice su entrada en el mercado y un estudio de la propiedad intelectual, que analice si realmente ese fármaco ha promovido la innovación y establezcan cuándo se puede considerar que un precio es excesivo”.
Ángela Blanco: “Las decisiones de financiación pública de productos farmacéuticos deberían ser revisables”
Ángela Blanco, experta nacional de la Dirección General de Salud y Consumidores de la Comisión Europea, señaló que “la decisión de financiar un medicamento con dinero público debe ser transparente y basarse en criterios pertinentes como la evaluación de tecnologías sanitarias, que contribuye a la toma de decisiones basadas en la evidencia e identifica los medicamentos que ofrecen la mejor relación coste-efectividad”.
“El análisis del impacto presupuestario debe incorporarse de forma sistemática en las evaluaciones de impacto de los medicamentos y las decisiones de financiación pública de productos farmacéuticos deberían ser revisables”, apuntó. Asimismo, se mostró partidaria de “promover la disponibilidad de medicamentos de bajo precio, de políticas de fijación de precios, tales como los precios de referencia externos”, así como de “los precios de referencia internos, las rebajas y las políticas de reembolso, que dan a las autoridades una herramienta para controlar los precios y establecer así un parámetro clave de los gastos”.
Blanco insistió en que “el control de los precios debe complementarse con otras políticas, incluidas las políticas de demanda, que promuevan el uso racional de los medicamentos. Además, se deben vigilar los potenciales efectos perjudiciales en el acceso”.
Por último, destacó “la promoción de un acceso más rápido a medicamentos eficaces a través de, por ejemplo, la autorización condicional y las «vías de adaptación» deben condicionarse a un conjunto claro de requisitos (la investigación suplementaria con respecto a los datos sobre la efectividad y la rentabilidad, el impacto presupuestario y la definición de una eventual estrategia de salida y si los medicamentos no cumplen sus promesas)”.
Vanessa López “El precio de los fármacos se fija de forma arbitraria y nada tiene que ver con los costes reales de investigación”
Vanessa López, directora de la Fundación Salud por Derecho, comentó que existe “consenso respecto a las causas del problema: precios desorbitados y arbitrarios, sólo se desarrollan fármacos rentables y cada vez hay menos innovación real”. Por estos motivos, sus propuestas pasan por “la transparencia, por poner condiciones a la inversión pública en I+D y por modelos de innovación alternativos a las patentes”. López mostró su preocupación y señaló que “hay conversaciones paralelas a la hora de plantear soluciones, porque la industria busca que crezca el mercado, mientras que otros intentan que haya fármacos a precios accesibles”.
“El precio de los fármacos se fija de forma arbitraria y nada tiene que ver con los costes reales de investigación y desarrollo y planteamos que el precio se fije en función del coste real y un margen de beneficio que resulte razonable”, manifestó. También afirmó que “será importante contar con los informes que expongan cuál es una aproximación razonable y coherente con los precios reales de los medicamentos”.
Vanessa López explicó que “a pesar de los recortes que ha habido en Sanidad, la factura farmacéutica no parado de crecer y no se han implementado medidas efectivas que resuelvan esta problemática”. Además, preguntó por el posicionamiento de España sobre fórmulas que se están incorporando para fijar los precios. “El reto está en que los países muevan esta agenda porque, a pesar de todas las iniciativas que proponemos, parece que nada se mueve y el debate fomenta que los gobiernos sientan la presión de la sociedad civil para cambiar el modelo de innovación actual, que está roto”.
Dr. Juan José Rodríguez Sendín: “El incremento del gasto sanitario sin control, basado en el aumento del consumo y del precio, hace insostenible los servicios públicos universales y de calidad”
El Dr. Juan José Rodríguez Sendín, vicepresidente de la Asociación ‘Por un acceso justo al medicamento’, destacó que “incrementar el gasto sanitario sin control, basado en el aumento del consumo y del precio, hace insostenible los servicios públicos universales y de calidad. Además, es peligroso”. Los ajustes estructurales más severos en el período recesivo de la economía nacional se han llevado a cabo sobre las rentas del trabajo, “siendo el sector sanitario la primera economía del conocimiento e innovación de España que ha sufrido una devaluación salarial interna y la pérdida de 45.000 puestos de trabajo en la rama sanitaria”.
El Dr. Rodríguez Sendín comentó que el alto coste de los medicamentos provoca el problema de “sostenibilidad externa”, que recae en la responsabilidad de los gobiernos que no controlan los precios; y en el problema de “sostenibilidad interna”, de aquellos que prescriben sin tener suficientemente en cuenta evidencia y costes.
También se refirió al blindaje del modelo de patentes y la exclusividad de datos, concedidos por la sociedad para financiar la innovación, “un mecanismo que ha degenerado y está causando la violación del derecho a la salud de las personas al crear barreras insalvables para miles de pacientes que no pueden acceder a los medicamentos que necesitan”.
El vicepresidente de la Asociación ‘Por un acceso justo al medicamento’ hizo hincapié en que “la aparición de los antivirales de acción directa con precios astronómicos como en el caso del ‘Sofosbuvir’ de Gilead, ha creado una nueva era, marcada por el sometimiento de los gobiernos a los monopolios internacionales que permiten acuerdos secretos y a una injusta paradoja: gobiernos y emprendedores asumen los riesgos y las grandes corporaciones logran los beneficios”.
El Dr. Rodríguez Sendín reconoció la “muy limitada la capacidad de los Gobiernos para establecer mecanismos que mejoren la eficiencia: negociación de precios y financiación selectiva (listas, algoritmos, guías terapéuticas, subastas y compras conjuntas, etc.)” y manifestó que “la economía de mercado sin regulación, la concentración máxima de rentas del capital y propiedad privada amenazan la economía social, la justicia distributiva, la cohesión social y el modelo de convivencia en el que se asienta la democracia”.
Pedro Luis Sánchez: “Hay que plantear soluciones innovadoras que hagan compatible el acceso de los pacientes a la innovación con la sostenibilidad de las cuentas públicas”
Pedro Luis Sánchez, director del departamento de Estudios de Farmaindustria, destacó que “los medicamentos innovadores han contribuido en las últimas décadas, de forma decisiva, a la mejora de los tratamientos y al aumento de la esperanza de vida, de la mano de un progreso terapéutico muy significativo que ha permitido convertir en crónicas enfermedades que antes eran mortales, evitar otras a través de vacunas cada vez más eficaces y, en algunos casos, llegar a curar patologías que, como la hepatitis C, hasta hace pocos años eran fuente de una gran morbimortalidad”.
Sin embargo, la llegada de las llamadas innovaciones disruptivas, esto es, de nuevos medicamentos capaces de cambiar el paradigma del abordaje de una patología, “si bien generan ahorros en el medio y largo plazo como inversión que son, puede tener un impacto a corto en los presupuestos de los sistemas sanitarios, y en consecuencia tener que enfrentarse éstos al reto de facilitar el acceso de los pacientes a estas nuevas terapias en un entorno caracterizado por el incremento de las patologías crónicas y el envejecimiento de la población”.
Por ello, señalo que “ha llegado el momento de plantear, entre todos los agentes que conforman el sistema sanitario –incluida la industria farmacéutica- soluciones innovadoras que hagan compatible el acceso de los pacientes a la innovación con la sostenibilidad de las cuentas públicas, siempre en aras de ofrecer al paciente una asistencia sanitaria de la mayor calidad”.