El correcto manejo del dolor infantil se perfila como un reto vital para la sociedad y los profesionales sanitarios, según el Dr. Jordi Miró, coordinador del Grupo de Trabajo de Dolor Infantil de la Sociedad Española del Dolor (SED), que celebró en Murcia su XIV Congreso bajo el lema “Avanzando en el estudio y tratamiento del dolor”
Este especialista defendió durante la sesión “Dolor crónico infantil: retos y posibilidades” la necesidad de concienciar a la población de que este trastorno es real y más frecuente entre los niños y jóvenes de lo que puede parecer: “Este estudio estima que el 37% de los niños entre 8 y 16 años sufre dolor crónico en España, un porcentaje muy elevado, aunque de ellos poco más del 5% lo sufre de forma severa”.
La alta incidencia de este trastorno en la población más joven contrasta con el desconocimiento en este campo por parte de los profesionales y de la sociedad en general, según el doctor Miró, quien hizo hincapié en que el dolor influye de forma determinante en la calidad de vida del paciente independientemente del grado de intensidad y de la causa: “Hay mucho trabajo por hacer para mejorar la atención de los afectados, pero se perciben cambios positivos en distintos niveles y ámbitos. Los profesionales cada vez están más interesados en esta materia”.
En este sentido, el coordinador del Grupo de Trabajo de Dolor Infantil de la SED lamentó los escasos recursos destinados a la investigación en dolor infantil y la falta de estructuras para un abordaje multidisciplinar completo que mejore la calidad de vida de los pequeños con dolor: “Hasta ahora se han adaptado los modelos de éxito en adultos, pero el paso definitivo será diseñar protocolos específicamente para los niños. Hay que tener en cuenta que la evaluación, por ejemplo, es totalmente diferente en menores de 9 años y en bebés de unos meses”.
El Dr. César Margarit, jefe de Sección de la Unidad del Dolor del Hospital General Universitario de Alicante, quien hizo un llamamiento a la colaboración entre todas las especialidades para establecer canales de comunicación y protocolos de derivación a las Unidades de Dolor en todas las etapas de la enfermedad. El Dr. Margarit señaló que el reto más importante del sistema es lograr que los pacientes accedan a un tratamiento adecuado de su dolor tanto si están en fase de diagnóstico, en tratamiento, o una vez superado el cáncer: “El proceso oncológico no debe minimizar uno de los síntomas con más impacto en la calidad de vida: el dolor”.