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Dra. Mª Remedios Rico: “El paciente estacional”

La Dra. Mª Remedios Rico, Vocal de Atención Primaria Rural del Colegio de Médicos de Tarragona, expone, en este artículo de opinión, la realidad de los pacientes que durante vacaciones o temporadas acuden a centros de salud fuera de su residencia habitual y son atendidos por otros médicos de Atención Primaria en la Unidad del Visitante y, en este sentido, reclama la necesidad de “acceder a la historia del paciente que está sentado al otro lado de la mesa y tener toda la información médica que su historia contenga”

Dra. Mª Remedios Rico, Vocal de Atención Primaria Rural del Colegio de Médicos de Tarragona

 
Como cada verano en la consulta aparecen los pacientes de temporada.
 
Desde hace años, con el transcurrir de los meses, a mi puerta llegan pacientes a los que conozco hace mucho tiempo junto a otros a los que no conozco y veo por primera vez.
Son personas con lugares de residencia más o menos lejanos, de otras ciudades, de otras provincias e incluso de otros países que han hecho de su segunda residencia otro hogar. En muchos casos la jubilación o el trabajo de temporada conlleva una estancia mucho más prolongada en las zonas de costa donde el tiempo es más benigno y los inviernos más llevaderos.
 
Llegan con el sol.
 
Unos buscan la buena temperatura que tenemos y su venida la asocian a tiempo libre, largos paseos, playa, deporte… tengan la edad que tengan. Poder volver a su casa de la playa es muy importante. Significa otro año más. La temporada que venía marcada por las vacaciones escolares o laborales ahora se alarga hasta el punto de invertirse, en muchos casos, con respecto a la vivienda principal.
 
Y otros simplemente acuden por motivos laborales. 
 
Son pacientes fieles que muchas veces sólo vienen a la consulta a saludarme y a decirme que ya han llegado, pero no siempre es así. Viajan con maletas pero también con sus enfermedades. Algunos son pacientes “intermitentes” desde hace más de diez años. Los conozco, conozco a su familia, veo crecer a sus hijos y nietos, sé de la crisis económica que les obliga a buscar oportunidades en otras zonas y en algunos casos, los echo en falta y sé que cuando fallan algo ha pasado.
 
Sus largas estancias hacen que por patologías agudas o crónicas necesiten a su médico “de aquí” como ellos dicen. No soy su médico de cabecera o de familia asignado en su cartilla pero velo por su salud durante muchos meses. La implicación que eso conlleva me convierte en arte y parte de sus necesidades asistenciales. Formo parte de esa continuidad asistencial de la que tanto hablamos y por la que tanto luchamos en Primaria, de esa transversalidad en la asistencia médica aunque sea durante unos meses.
 
Trabajo en una unidad muy especial a la que ha costado darle forma. Unidad de Atención al Visitante. Lo difícil es reflejar con claridad lo que aquí se hace. Me considero responsable de los pacientes que visito durante muchos meses. Quiero trabajar por la salud de esas personas que por distintos motivos pasan tiempo conmigo. Necesito saber que los atiendo correctamente, con todas las garantías. Velo por una calidad asistencial difícil de dar en el contexto de recortes, falta de personal, presión asistencial, diferentes políticas autonómicas con diferentes carteras de servicios…
 
Visitante es todo aquel que por más o menos tiempo, de paso o pernoctando, se encuentra en un lugar distinto a su residencia habitual.  Pero en esta unidad tiene un peso muy importante el paciente con estancias prolongadas. El viajero de paso, el turista de pocos días puede presentar una demanda asistencial médica de más o menos urgencia pero es un paciente que se marcha en breve y al que probablemente no volvamos a ver.  Aquí hablamos de otra cosa. Del paciente de temporada (cada vez más larga llegando incluso a seis ó nueve meses ) a los que hay que atender. 
 
Con la receta electrónica y su interoperabilidad a nivel estatal hemos avanzado mucho pero aún quedan flecos que vamos conociendo con la práctica diaria. No se dispensan las recetas que necesitan visado, la cadencia de retirada en las oficinas de farmacia es distinta a la de sus lugares de origen… pero hemos mejorado mucho.
 
Personalmente tengo un sueño. Me gustaría poder acceder a la historia del paciente que está sentado al otro lado de la mesa y tener toda la información médica que su historia contenga. Me gustaría tener un contacto directo con su médico de familia para asegurarme que siempre hacemos todos lo mejor. 
 
La era de la informática nos ha abierto campos inimaginables. Nos permite viajar, comprar, consultar, buscar… pero en cambio aún no ha llegado el día en el que tengamos acceso a la historia clínica del paciente venga de donde venga.
 
Me gusta mi trabajo. Me gusta la diversidad étnica, cultural, idiomática. Es enriquecedor pero no por ello exento de dificultad y de trabas de tipo burocrático o de política sanitaria en muchas ocasiones. Hay que ser resolutivo e ir afrontando los problemas a medida que van surgiendo. Me gustaría tener más tiempo. 
El tiempo… la reivindicación por excelencia.
 
La sanidad en nuestro país es de gran calidad con reconocimiento internacional. Los profesionales sanitarios con nuestro esfuerzo y vocación mantenemos un sistema en crisis. El volumen de pacientes de otros países aumenta exponencialmente vinculado al aumento del turismo. Y su grado de satisfacción es manifiesto.
 
¿Calidad, profesionalidad, excelencia… sueño? quimera? realidad?
 
Seamos de donde seamos, vengamos de donde vengamos aquí disfrutamos de un estado de bienestar inimaginable hace años. Luchemos por mantenerlo.
El respeto al paciente debe ser nuestra premisa. Respeto que pasa por dedicarle tiempo, por escucharlo, por darle lo mejor de nosotros en cuanto a trato y  dedicación.
 
Tengo un sueño…
 
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