El Dr. Tomás Cobo hace repaso de sus primeros meses al frente del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) y aborda los retos de la corporación y de la sanidad en esta entrevista especial con motivo del especial de Navidad de “Médicos y Pacientes” en la que pone de manifiesto la precariedad y agotamiento en el que están sumergidos los facultativos y reclama un Pacto de Estado por la Sanidad para poder mantener el Sistema Nacional de Salud, ahora en peligro
¿Qué balance hace de sus primeros nueve meses al frente de la corporación?
Me gustaría remarcar algunos de las acciones que hemos puesto en marcha, como la primera edición de la Escuela de la Profesión Médica, celebrada a finales del mes de septiembre en Santander. Este proyecto formativo, que tendrá continuidad en el tiempo y del que ya estamos organizando la segunda edición, tiene como objetivos analizar y debatir cuestiones que afectan a la profesión en un entorno puramente técnico.
Importantísimo, también, el proyecto BQM, que estamos impulsando, que engloba distintas acciones y que son herramientas para guiar al médico hacia la mejor actuación posible en su día a día.
La renovación del convenio con la Unión Europea de Médicos Especialistas, UEMS, ha supuesto un gran impulso; además de los distintos encuentros institucionales, que nos están ayudando a avanzar en iniciativas que creemos fundamentales para la profesión médica. Por ejemplo, hemos formado un convenio con la Fundación para la Cooperación del Ministerio de Sanidad para promocionar misiones conjuntas en países en desarrollo.
De igual modo, tenemos una presencia activa en medios de comunicación informando sobre temas de actualidad y hemos continuado la creación de entornos profesionales, como el Congreso de Deontología Médica, para el posicionamiento en temas que requerían de una postura oficial de la profesión, como la eutanasia.
Hemos arrancado el plan de transformación digital de la organización para facilitar el desempeño profesional del médico y adaptarnos a las nuevas realidades.
El balance de estos primeros meses en la presidencia es positivo por todas estas acciones iniciadas, pero –sin duda- nos queda mucho trabajo por hacer al frente de una profesión que está verdaderamente agotada como consecuencia de la pandemia y que trabaja en precario en un entorno de alta responsabilidad.
¿Cuáles son los retos del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos para 2022?
Bajo el paraguas de nuestro gran reto, que es ser lo más útiles posible a nuestros compañeros y a la sociedad en su conjunto, vamos a centrar el nuevo año 2022 en seguir trabajando a través de la Fundación para la Formación, la Fundación para la Protección Social y la Fundación para la Cooperación Internacional; y los observatorios que, actualmente, tenemos en activo: Género y Profesión, contra las Pseudociencias, Pseudoterapias, Intrusismo y Sectas Sanitarias y contra las Agresiones.
De forma más concreta, vamos a seguir identificando las necesidades en protección social para poder ayudar a los compañeros en situación de quiebra económica o emocional, gestionando las prestaciones necesarias; vamos a continuar ofreciendo formación, seguridad y contactos a los médicos cooperantes y voluntarios para que su acción en terreno sea efectiva y esté lo debidamente protegida; y vamos a dirigir todos nuestros esfuerzos en formación a potenciar, coordinar e impulsar todas las acciones formativas –y de cualquier otra naturaleza- que se desarrollan desde los Colegios de Médicos.
En cuanto a los observatorios, nos enfocaremos en promover acciones efectivas contra las agresiones a médicos y acabar con las desigualdades de género en nuestra profesión.
Además, desde el Consejo y los Colegios de Médicos tenemos que liderar el asesoramiento a las administraciones para la toma de las decisiones adecuadas y oportunas en los temas que afectan a la profesión médica y a la protección de la salud de la población.
No me quiero olvidar de la proyección internacional de nuestra profesión, fundamental –sobre todo- en el ámbito de la formación y la acreditación y acercarnos a la realidad, también, de los médicos más jóvenes que son el futuro de nuestra profesión.
¿Y los retos de la sanidad de nuestro país para 2022?
Nuestro modelo sanitario universal, público y gratuito está en peligro y, por tanto, peligra nuestro Sistema Nacional de Salud, que –además- costó mucho consolidar a lo largo de varias generaciones.
Las reformas necesarias ya están debatidas, valoradas y trasladadas a las administraciones y, sin duda, ahora hay que pasar a la acción.
Es urgente invertir el 7% del PIB en Sanidad; reforzar la Atención Primaria y la red de Salud Pública; reducir la temporalidad y la precariedad; el liderazgo del Consejo Interterritorial en la co gobernanza de los 17 sistemas autonómicos de salud; que los profesionales participemos en la elaboración y redacción de leyes que afectan a la profesión y a nuestra práctica asistencial…
Apelo, una vez más, a un Pacto por la Sanidad que dé respuesta a todos los restos sanitarios, y que la pos pandemia sea el escenario para poder llevar a cabo esa reforma profunda de nuestro Sistema. Un Pacto de Estado por la Sanidad que cuente con el apoyo de todas las fuerzas políticas, que esté consensuado con los profesionales, que tenga visión de futuro, que tenga una proyección europea, que mantenga y sostenga nuestro modelo sanitario.
Reconstrucción del SNS. ¿Sobre qué ejes debe de pivotar la reconstrucción de nuestro Sistema Nacional de Salud? ¿Confía en que se pondrá en marcha?
Como también tuvimos oportunidad de debatir en la Escuela de la Profesión Médica, nuestro Sistema Nacional de Salud requiere de una reconstrucción sanitaria y profesional, material y moral de la profesión.
Es imprescindible abordar grandes problemas como la precariedad laboral, que alcanza a casi el 50 por ciento de los compañeros en nuestro país y que genera una incertidumbre y una inestabilidad trágica a nivel también personal; además, supone un desgaste para los profesionales, los sistemas sanitarios y puede alterar la relación médico-paciente. O como el alto porcentaje del 33 por ciento de médicos que se jubilaría si tuviera la posibilidad. O como el 50 por ciento de compañeros con Síndrome del Trabajador Quemado. O como los salarios de los médicos españoles, por debajo de los sueldos médicos en Europa.
También hemos observado la afectación de la pandemia a la salud mental de los profesionales, muy preocupante en los médicos más jóvenes, con una alta prevalencia de ansiedad, depresión y alteraciones del sueño, por ejemplo. En este caso, me gustaría recordar a los compañeros la importancia de buscar ayuda cuando se atraviesan situaciones complicadas que afectan a la propia salud. Contamos con el PAIME, el Programa de Atención al Médico Enfermo, que presta soporte a profesionales en situación de quiebra emocional.
Por otra parte, la crisis sanitaria ha alterado la organización y la prestación de la asistencia. Al igual que nuestro sistema sanitario ha sido capaz de adaptarse rápidamente para absorber el impacto de la pandemia, ahora nos encontramos con nuevas formas de asistencia, como la teleconsulta o la telemedicina, que siendo válidos, requieren de una seguridad y garantías que sean suficientes.
Tenemos una Atención Primaria extremadamente debilitada por la falta de inversión durante los últimos años. Ha sido el muro de contención de la pandemia y cuenta con el respaldo pero carece de medidas reales y efectivas que hagan frente al déficit de profesionales, a la financiación insuficiente, a la merma de recursos…
Insisto en el Pacto por la Sanidad y confío en que se ponga en marcha y en que las Administraciones cuenten con nosotros para ello.
¿Cuáles son los tres grandes problemas que más afectan a los médicos de nuestro país?
Como he comentado anteriormente, la alta tasa de precariedad en nuestro país es uno de los grandes problemas, no solo para la profesión médica, sino también para la continuidad de la asistencia sanitaria.
Tenemos un 33 por ciento de compañeros que se jubilaría si tuviera la posibilidad de hacerlo y un 50 por ciento que padece el Síndrome del Trabajador Quemado.
Es inaplazable que las administraciones presten atención a los médicos y a su situación, tanto de la propia profesión como en todo lo que afecta a la calidad asistencial.
¿Será la Salud Mental la próxima gran epidemia? ¿Cómo se puede cuidar en este ámbito de los profesionales?
La profesión médica está agotada como consecuencia de la pandemia. La crisis sanitaria derivada de la COVID19 aumenta los riesgos para la salud mental de los profesionales y ya lo estamos comprobando.
Los estudios recientes demuestran que la sintomatología depresiva es altamente prevalente en los médicos como resultado de un entorno laboral complicado, el escaso apoyo percibido, la cercanía con el sufrimiento que genera la enfermedad y, en el caso de las mujeres, las dificultades para la conciliación.
Además, un estudio elaborado por el CGCOM y presentado a finales del año 2019, determinó que el suicidio es más frecuente en la profesión médica que en la población general, destacando una mayor tasa en las médicas.
La pandemia ha incrementado notablemente las cifras de profesionales afectados por el burnout, depresión, ansiedad, también entre los médicos jóvenes.
Sin duda, estamos ante un escenario muy preocupante en cuanto a Salud Mental y para hacer frente a esta problemática, disponemos del PAIME, el Programa de Atención Integral al Médico Enfermo, dentro de la Fundación para la Protección Social a Médicos, como he comentado antes.
Además, hemos solicitado a las administraciones una mayor implicación para cuidar de los profesionales que, además, son un público sensible que tienden a tratar el agotamiento y la depresión en solitario.
El desgaste que están sufriendo los profesionales ¿es irreversible?
La profesión médica está agotada tras la pandemia, que todavía no ha cesado y en la que nos encontramos con una nueva ola, y nos queda mucho trabajo por hacer para revertir la situación.
Lo que está claro es que requiere de un abordaje inmediato y urgente.
Como profesional ¿Cómo vive los movimientos negacionistas y anti ciencia que se han dado durante la pandemia?
Con extrema preocupación. Avanzar hacia el fin de la pandemia es posible gracias al trabajo de los profesionales y de los científicos y desde las organizaciones profesionales tenemos la responsabilidad de ofrecer y garantizar a la sociedad la información oportuna, de calidad, rigurosa y contrastada, basada en la evidencia, para hacer frente a este tipo de movimientos.
Las acciones anti ciencia suponen un claro riesgo para la salud individual y colectiva y pueden generar una alarma social y confusión entre la población.
Así lo estamos haciendo desde la Comisión Asesora COVID19, creada al inicio de la pandemia para ofrecer documentos y posicionamientos a lo largo de la evolución de la crisis sanitaria, y desde la institución en su generalidad.
¿Qué lecciones ha sacado de esta pandemia desde el punto de vista del profesionalismo y la ética?
Si algo hemos podido comprobar en esta pandemia ha sido que los profesionales se han volcado, hasta el punto de que 121 médicos han perdido la vida como consecuencia de la COVID19 en nuestro país.
En muchas ocasiones, he dicho que algo hemos hecho mal en estos últimos 30 años al explicarle a la población en qué consiste nuestro trabajo. Ahora, si más cabe, en el contexto de una pandemia mundial. Los sanitarios han sido los que han sostenido una crisis que nos ha situado al borde del abismo y ha sido con su absoluta entrega y con la esencia de nuestra profesión, que es ayudar a los demás, como fin último.
Ni la incertidumbre, ni el miedo, ni la crudeza de la pandemia han podido con los valores del profesionalismo médico ni con el compromiso vocacional de nuestro servicio a la sociedad.
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