Dr. Rodriguez Sendin: “Si seguimos haciendo recortes, tendremos un sistema sanitario público pobre, para pobres”

 

Presentado por Armando Arias, coordinador del Aula Cultural de la Voz de Avilés, al acto asistieron personalidades políticas, sociales y del ámbito sanitario de Avilés, entre ellas, la alcaldesa, Mariví González; los doctores Antonio Molejon, director general de Salud Pública;    Enrique González Fernández, Jefe del Servicio de Atención al Ciudadano; Lidia Clara Rodríguez, Directora de Asistencia Sanitaria y Pablo Fernández, Director Médico del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). También se sumaron al acto Santiago Rodríguez Vega, Presidente  Autoridad Portuaria de Avilés; María Jesús Wes y José María Urbano, presidenta del Consejo de Administración y Redactor Jefe de La Voz de Avilés, respectivamente.

 

El presidente de la OMC defendió  que es preciso  preservar los valores del SNS como “bien público de primer orden”, de “gran calidad” y basado en “principios sustanciales de equidad social y solidaridad”. Por ello, como gran patrimonio colectivo, de derecho irrenunciable,  planteó que en la Constitución “se debe blindar la respuesta al derecho a la protección de la salud de todos los españoles”.

 

Insistió en las “profundas fracturas sociales” que han aumentado con la crisis por la “extraordinaria transferencia de riqueza” al mundo del capital y que, al final, inciden en la salud de la población porque “la peor enfermedad que existe es la pobreza”, afirmó.

 

Según el Dr. Rodriguez Sendin, los recortes han aumentado las listas de espera, lo que ha generado un aumento de las desigualdades y cuestionó la “pasividad” de los gobiernos europeos ante la “gente que lo está pasando y lo va a pasar peor”. Para él, el compromiso tanto de los políticos como de los médicos es “hacer las cosas bien y ayudar a aquellos que más lo necesitan”, compromiso en el que basó gran parte de  su exposición. 

 

Tras exponer que la pobreza en España ha aumentado en los últimos años, según estudios de diferentes organizaciones no gubernamentales, incluso de la OCDE, cuestionó que, a la vez, “los ricos son más ricos”, produciéndose una mayor fractura entre rentas, por lo que insistió en la necesidad de defender los pilares básicos del bienestar como la educación y  la sanidad. 

 

Habló del gasto sanitario en España, que “siempre ha estado por debajo de nuestro nivel de riqueza”, afirmación que argumentó con datos frente a otros países como Francia o Alemania, Grecia, Portugal o Irlanda y dijo que la reducción que ha comprometido el Gobierno de llegar a un 5,3% del

PIB en 2017, supone pasar, si se mantuviera, el mismo PIB de 67.000 millones de gasto sanitario en 2009 a 53.000 millones el año próximo, algo que consideró un “profundo disparate” y que nos llevará a situarnos a niveles de países como Estonia o Polonia. 

 

También cuestionó como se ha resuelto la distribución de rentas en la cadena de valor del SNS y, en especial, los “severos” ajustes sobre las rentas del trabajo en el sector sanitario es decir sobre los profesionales sanitarios, mientras que el gasto integrado en medicamentos sigue aumentando desde el 2013, siendo en la actualidad claramente superior al 30% del gasto sanitario total.

 

Afirmó que, según el Ministerio de Hacienda, el incremento interanual hasta octubre del 2015  del gasto farmacéutico hospitalario ha subido gracias al coste “injustificadamente alto” de los nuevos medicamentos, en especial, el de los nuevos fármacos contra la Hepatitis C. “Algo que ha ocurrido porque podía ocurrir y se ha permitido”, afirmó. 

 

En este tema de los medicamentos, aludió a los riesgos e “incalculables efectos” para la sanidad que suponen los tratados de libre comercio entre EE.UU y la UE, en especial, el TTIP que, entre otras cuestiones, puede anular la capacidad regulatoria de los Estados  y de la UE para una mayor accesibilidad a medicamentos, otorga una mayor protección para las patentes con periodos adicionales de exclusividad y provocará una falta de control del precio de los medicamentos.

 

Por todo ello, finalmente abogó por anteponer el compromiso de los médicos con los pacientes y los ciudadanos y con el SNS como herramienta fundamental con la que los médicos “podemos hacer bien las cosas y con carácter de igualdad”; dotar al SNS de una financiación suficiente y finalista porque, en su opinión, con el 5,3% del PIB no es posible mantener el actual modelo de Sistema público, y propuso también llevar un “control riguroso” del crecimiento del gasto farmacéutico.