El presidente de la Organización Médica Colegial (OMC), Dr. Juan José Rodriguez Sendin, ha alertado de los “graves efectos para la sanidad pública” que tendrá “legitimar la acción de los mercados contra los Gobiernos” como conllevan los tratados de libre comercio entre la Unión Europea y EE.UU (TTIP y TISA) y entre la UE y Canadá (CETA).
Así lo puso de manifiesto en la Jornada sobre la “Unión Europea, salud y liberalismo” (A propósito del TTIP y de la asistencia sanitaria transfronteriza), organizada por la Escuela Nacional de Sanidad (ENS), la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS) y la Asociación de Juristas de la Salud (AJS).
El Dr. Rodriguez Sendin participó junto con profesionales de la sanidad, economistas y juristas en una mesa en la que se analizaron los tres tratados de libre comercio mencionados y, en especial, el Acuerdo de Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión (TTIP) que plantea un nuevo escenario de relaciones entre los estados miembros de la UE y EE.UU y genera, entre otras cosas, importantes retos para los sistemas públicos de salud.
Los participantes coincidieron en calificar este tratado de “inquietante” por la desigualdad que generará; por la desregulación que afectará a distintos sectores, entre ellos, el sanitario, así como a la calidad empleo y los salarios, creando situaciones competitivas en el que el que “va a ganar será el más fuerte”, es decir, el mercado y las multinacionales a las que este tratado, según los expertos, colocará en una posición de paridad o, incluso, superioridad frente a los Estados.
Participaron en la mesa de debate, además del presidente de la OMC, Dr. Juan José Rodriguez Sendin, Carlos Alvarez-Dardet, catedrático de Salud Pública y Medicina Preventiva de la Universidad de Alicante; David Cantarero, profesor de Economía Aplicada en la Universidad de Cantabria, y Josefa Cantero, profesora de Derecho Administrativo de la Universidad de Castilla-La Mancha. Actuó de moderadora Beatriz González, catedrática de Métodos Cuantitativos en Economía y Gestión de la Universidad de las Palmas de Gran Canaria.
El Dr. Rodriguez Sendin habló de los tres tratados y dijo que, aunque “se justifiquen con creación de empleo y supuestas ventajas económicas” para pymes y usuarios, es “preocupante que sea el libre comercio un valor predominante y se anteponga a intereses sanitarios y la salud pública”. Para él, son numerosos los posibles riesgos del TTIP para la salud, especialmente, para los más necesitados y débiles.
Reconoció que la UE necesita mantener un desarrollo económico activo, modernizando sus estructuras de producción y distribución entre sus regiones, pero ello debería hacerse –dijo- respetando los avances políticos, democráticos y sociales y, en especial los sanitarios y el desarrollo de salud pública de todos los pueblos. Para él, “legitimar la actuación de los mercados contra los Gobiernos constituye una dictadura de incalculables efectos”.
Aludió a las consecuencias de la crisis económica que han provocado una “extraordinaria transferencia de riqueza al mundo del capital”, con un incremento de los beneficios de las empresas y rentas del capital, mientras han disminuido las rentas del trabajo, provocando una desprotección social y un retroceso en el Estado del Bienestar.
Cuestionó la pasividad ante esta “fractura social”, así como la dilución de la responsabilidad ante esta situación de irregularidades financieras que provocan progresivamente aumento de deuda pública, recorte de servicios públicos, devaluación de salarios, diferencias entre rentas y lo que denominó la “limosna” como resorte social, de la que puso como ejemplo a ciertas empresas españoles que en vez de pagar sus impuestos en España como corresponde realizan donaciones para obras sociales.
Para el presidente de la OMC, esta dilución de la responsabilidad es debido al llamado “efecto espectador” y, tras preguntarse qué estaríamos dispuestos a hacer si uno de los nuestros muere o sufre por no ser atendido o no disponer del medicamento necesario, abogó por hacer una “revolución intelectual” para contrarrestar la “guerra económica” que conllevan los citados tratados de libre comercio.
Entre los riesgos de los tratados de libre comercio -TTIP, TISA y CETA- cito la revisión a la baja de las regulaciones europeas en materia de salud pública entendidas como “barreras” para la comercialización de productos y servicios, la excesiva protección de las patentes que “no pueden ser ajenas al control de los Estados”, la falta de control del precio de los medicamentos y el riesgo de confidencialidad de los datos clínicos.
Antes la negociación de estos tratados, que se está llevando a cabo con total “falta de transparencia”, pidió un compromiso de la UE para que integre su agenda social en toda negociación y se respete el derecho de los Gobiernos a proteger las políticas públicas de educación, salud, calidad de empleo y medio ambiente.
Finalmente, abogó por la participación efectiva de órdenes y profesiones sanitarias de la UE en defensa de la protección de la salud de los ciudadanos y los servicios públicos para “ganar el futuro”. “Si no lo hacemos –precisó- lo perderán nuestros hijos”.
Carlos Alvarez-Dardet abordó el TTIP desde el aspecto de la salud y, tras cuestionar que en España no se suele reflexionar sobre comercio exterior y salud, celebró que la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS) haya tomado conciencia llamando a la acción con el documento “Protege tu salud con tu voto”.
Señaló algunas “incógnitas” del TTIP como el acceso a los medicamentos ante la presión de las multinacionales para que disminuyan los genéricos y calificó de “muy preocupante” el posicionamiento sobre el tabaco y el alcohol.
Por su parte, David Cantarero se centró en las implicaciones económicas que conlleva el TTIP y que, en su opinión, van a afectar más a unos sectores que a otros y “van a dañar los procesos de comercio interno entre países de la UE” y se mostró escéptico con los análisis prospectivos de crecimiento adicional del PIB en EE.UU y en Europa, así como de las exportaciones. “Sigue sin respuesta –añadió- si el TTIP beneficiará económicamente por igual a EE.UU y a Europa”.
También se mostró crítico con el planteamiento de que este tratado mejorará el empleo y la temporalidad, algo que “no está claro” porque los análisis son muy dispares. Por el contrario, consideró que el TTIP provocará una pérdida de calidad en el empleo y una bajada de los salarios, además de mayores desigualdades y posible aparición de “nuevas burbujas”.
Finalmente, Josefa Cantero, centró su intervención en analizar como el arbitraje internacional de inversiones recogido en el TTIP condiciona la adopción de políticas de salud pública. Aseguró que con este arbitraje las grandes multinacionales estarán en una posición de paridad e, incluso, de superioridad a los Estados, lo que supone un “riesgo sin precedentes, de impredecibles consecuencias”.
Para ella, con este Arbitraje, “la pata más fundamental” del TTIP, no se salvaguarda el derecho a regular y a adaptar medidas a favor del interés público o interés general cuando el Estado adopta decisiones a favor de la sanidad pública o los derechos de los trabajadores. Puso varios ejemplos de arbitrajes internacionales, entre ellos, el caso del arbitraje entre Philips Morris contra el Estado de Uruguay al que, por la adopción de medidas contra el tabaquismo, la multinacional le exige una cantidad exorbitada de millones por daños y perjuicios que esas medidas le pueden ocasionar y que derogue las medidas adoptadas.
Para Josefa Cantero, el cambio del polémico Tribunal Arbitral al que se acoge el TTIP para resolución de conflictos entre compañía privadas y Estados por una Corte Arbitral formada por jueces profesionales no es más que “un lavado de cara” que, el final, supondrá una “privatización de la Justicia”.