La principal demanda de la Federación Española de Medicina del Deporte (FEMEDE) es, en estos momentos, que se mantenga la formación de la especialidad permitiendo que se adapte al modelo hospitalario. “Si no hay adecuación al nuevo sistema, este es el último año que se ofertarán plazas de formación de Medicina del Deporte lo que daría paso a la extinción de dicha especialidad”, según su presidente Dr. Manonelles, lo cual “nos haría caminar en sentido contrario que en Europa”
Madrid, 8 de abril 2015 (medicosypacientes.com/S.P.)
La principal demanda de la Federación Española de Medicina del Deporte (FEMEDE) es, en estos momentos, que se mantenga la formación de la especialidad permitiendo que se adapte al modelo hospitalario, como explica en esta entrevista concedida a “MedicosyPacientes”, su presidente, el Dr. Manonelles. “Si no hay adecuación al nuevo sistema, este es el último año que se ofertarán plazas de formación de Medicina del Deporte lo que daría paso a la extinción de dicha especialidad”, según el Dr. Manonelles, lo cual “nos haría caminar en sentido contrario que en Europa”.
-La especialidad de Medicina del Deporte está, realmente, en riesgo de extinción. ¿A qué se debe exactamente y cómo se ha llegado a esta situación?
-Realmente, lo que está en riesgo de extinción es la formación de la especialidad de Medicina de la Educación Física y el Deporte, que ese es su nombre oficial. Evidentemente, el que no haya formación en la especialidad significará que con el tiempo cada vez habrá menos especialistas y, por decirlo de alguna manera, entonces desaparecerá.
El motivo por el que se ha llegado a esta situación es que la convergencia europea estableció, con buen criterio, la unificación de los sistemas de formación de especialidades médicas y determinó que toda formación se debería hacer por la vía hospitalaria. La formación en Medicina del Deporte en España se hace por el sistema de escuela profesional. Por lo tanto, para que se pueda mantener la formación hay que habilitar la vía hospitalaria.
-El principal signo de alerta es, al parecer, que este año será el último en el que se ofertará formación para médicos en la especialidad de Medicina de la Ecuación Física y el Deporte,…
-Efectivamente, si no hay adecuación al nuevo sistema, este es el último año que se ofertarán plazas de formación de Medicina del Deporte, aunque el primer signo de alerta fue el momento en que se publicó el decreto de troncalidad donde no aparecía la Medicina del Deporte como especialidad ofertada en formación.
-¿Qué consecuencias puede originar su desaparición para el deporte español, de competición, de progresión, y el destinado a la mejora de la salud?
-Recientemente, el Ministro de Sanidad ha declarado que para prescribir hay que diagnosticar y quien diagnostica es el médico. En la sociedad desarrollada en que vivimos hay una población con expectativas de vida cada vez mayores y donde la denominada tercera, ahora ya cuarta edad, se incrementa muchísimo. Esta población tiene pluripatología crónica que precisa atención médica y farmacológica importantísima. Está perfectamente demostrado y nadie discute que el ejercicio ocupa un papel primordial en la prevención y tratamiento de una gran cantidad de enfermedades crónicas (cardiovasculares, obesidad, diabetes, artrosis, algunos tipos de cáncer…), pero para utilizar el ejercicio hay que prescribirlo adecuadamente, al igual que un medicamento, porque el ejercicio tiene indicaciones, contraindicaciones, efectos secundarios y riesgos. Esta prescripción la debe realizar el médico, y el especialista en Medicina del Deporte es el más adecuado para asumir, tal como realiza habitualmente, este trabajo.
-La desaparición de la especialidad privaría a la población de este servicio que se antoja cada vez más importante…
-Efectivamente, además, hay que recordar que el deporte es un acontecimiento social de primer orden que es un motor económico de cualquier economía (también de la española), que España es una potencia mundial a nivel deportivo y en ello ha influido de manera imprescindible la Medicina del Deporte. Hay otras consecuencias de esta posible desaparición y que afectaría al apoyo fundamental que necesita el deporte de competición (tres millones de deportistas españoles) y a la prevención del dopaje. Todas las sustancias que se encuentran en las listas prohibidas (excepto la cocaína, heroína y anfetaminas) son medicamentos que el médico de atención primaria y el de cualquier especialidad prescribe según su lógico criterio sin mirar si está prohibido o no. Pero el deportista que utilice estas sustancias puede ser suspendido cuatro años, lo que significaría el final de su carrera deportiva (muchos viven de ella).
También se afectarían la realización de reconocimientos médico-deportivos que, entre otras muchas utilidades, sirven para disminuir el incesante goteo de muertes súbitas de deportistas que, en ocasiones, vemos en la televisión en directo como una tortura insufrible. O la realización de pruebas de esfuerzo, cada vez más demandadas por los deportistas aficionados para comprobar su estado de salud y para que les sirvan de apoyo al entrenamiento. Las pruebas de esfuerzo deben ser realizadas por médicos y son los del deporte los más indicados para su realización.
-Podría explicar si en Europa esta especialidad también está en riesgo, o es un caso aislado lo que sucede en España?
-Este año se va pedir la catalogación de la Medicina del Deporte como especialidad europea. Si en España se acordara su desaparición estaríamos caminando en sentido contrario al resto de Europa que tiene la especialidad implantada en 22 países. Seríamos los primeros en retirarla, cuando recientemente la han incorporado, por ejemplo, Reino Unido y Polonia.
-La Federación Española de Medicina del Deporte (FEMEDE) lleva más de una década de lucha en defensa de la especialidad, ¿se ha podido dar algún paso a favor de su estabilidad?
-Que no se haya suprimido hasta el momento ya es un gran paso. La adecuación se debía haber producido en el año 2008 y estamos en el 2015 sin su desaparición. Esto ha sido posible gracias a la implicación impagable de la Organización Médica Colegial, con una defensa impecable de su presidente el Dr. Rodríguez Sendín, y del Consejo Superior de Deportes, en quien siempre hemos encontrado un apoyo decisivo, así como de la Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte. Todos son firmes conocedores de la necesidad del mantenimiento de la especialidad para la atención de los deportistas y de la población general.
Actualmente, se ha conseguido el compromiso del director general de Ordenación Profesional del Ministerio de Sanidad, D. Carlos Moreno, de que presentará la propuesta de mantenimiento de la formación de la especialidad en el Consejo Interterritorial de septiembre donde habrá que contar con el apoyo de las Comunidades Autónomas para que acepten que la especialidad se pueda impartir en las Comunidades que ya han manifestado que lo harán.
-¿Cuáles son las principales demandas actuales de FEMEDE, al respecto? ¿se están manteniendo contactos con la Administración? ¿Dentro de la misma, hay algún organismo en defensa de la Medicina del Deporte?
-La única demanda de FEMEDE es que se mantenga la formación de la especialidad permitiendo que se adapte al modelo hospitalario aunque esta formación se de en pocas comunidades y a pocos médicos.
-El nuevo modelo de Troncalidad ¿tiene algo que ver en relación a la posible desaparición de esta especialidad?
-No, nos afecta. La especialidad entraría en el tronco de Medicina. Lo que si es una diferencia respecto a otras especialidades es que una parte de la formación de los futuros médicos especialistas, lógicamente la específica del deporte, debe hacerse en unidades de Medicina del deporte que pueden estar fuera de los hospitales aunque coordinadas con éstos. En otros hospitales ya existen unidades de Medicina del Deporte donde poder adquirir esta formación específica.
-¿De qué instituciones va a depender la decisión final? ¿Para cuándo se espera la misma? ¿Qué posibilidades reales existen de que, finalmente, se mantenga?
-La decisión final va a depender de las Consejerías de Sanidad de las Comunidades Autónomas sobre las que estamos ahora mismo trabajando intensamente y esperamos acceder a todas en unas pocas semanas.
Por la respuesta que estamos observando en estas Consejerías cuando les explicamos la situación, las perspectivas son esperanzadoras y estamos confiados en que, con su comprensión y su decisión de no impedir que haya formación en las comunidades que lo deseen y que ya tienen avanzada su adecuación al nuevos sistema, se pueda mantener la formación de la especialidad.
-¿Qué futuro tendría la Medicina deportiva y, por ende, la salud de los deportistas y de la población que practica algún deporte, en caso de que desapareciera la especialidad? ¿qué especialistas se ocuparían de ella?
-En ese escenario tan sombrío y anacrónico de desaparición de la especialidad, sus funciones seguirían siendo prestadas por los especialistas actuales, pero en un plazo de 8-10 años, el número de especialistas disminuirá de una forma importante y se perdería gran parte de la labor asistencial en Medicina del Deporte. Esto afectaría a los usuarios aficionados y a los pacientes crónicos potenciales que no podrían incorporar el ejercicio a los programas de prevención y tratamiento de sus problemas. El ámbito de trabajo de la especialidad no puede ser asumido por ningún otro profesional. En este caso, las grandes instituciones deportivas (como grandes clubes y federaciones potentes) suponemos que accederían a la asistencia en Medicina del Deporte gracias a su poder económico, algo que no podría hacer la mayor parte de la población que es altamente usuaria de Medicina del Deporte.
-El ejercicio es una herramienta fundamental en la prevención y tratamiento de una gran parte de enfermedades crónicas, de ahí la importancia de practicar algún tipo de actividad físico-deportiva. ¿Será difícil mantener estos hábitos sin los profesionales adecuados que velen por este tipo de iniciativas?
-Tal como he indicado, será imposible poner en marcha programas de prevención y tratamiento de la enfermedad crónica sin la participación de le especialidad de Medicina del Deporte.
