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Dr. Paúl: “La denuncia es la mejor herramienta para acabar con la lacra de las agresiones”

Para el Dr. Fernando Paúl, Médico de Familia del Hospital de Jerez de la Frontera, la mejor defensa para plantar cara a las agresiones es denunciarlas. El facultativo ha dado testimonio de la experiencia que vivió en el Servicio de Urgencias, donde fue agredido por el padre de un paciente

El Dr. Fernando Paúl, Médico de Familia del Hospital de Jerez de la Frontera, ha narrado la experiencia sufrida en el Servicio de Urgencias de este centro, donde fue agredido por el padre de un paciente que había solicitado el alta voluntaria. Al progenitor no le pareció bien que su hijo fuera a abandonar la instalación sanitaria y propinó un puñetazo por la espalda al facultativo.

Tras ser agredido, ¿cuál fue su sensación?

Me sentí mal. Sufrí una agresión cobarde, por la espalda, sin ni siquiera poder defenderme o ponerme en guardia. Psicológicamente fue muy duro, porque fue un episodio que propició una situación de desesperación ante la que no sabía cómo reaccionar.

¿Sintió miedo después de la agresión?

Cuando se produce una agresión de este tipo se rompe la relación médico-paciente. Ante este escenario, el profesional se plantea si realmente está realizando bien su trabajo. Esa reacción genera inseguridad en el médico de cara a futuras actuaciones. Hace poco una compañera del hospital fue amenaza de muerte y estuvo de baja durante 15 días, pero no denunció. Esta facultativa no ha vuelto a pasar consulta por el miedo a recordar ese momento desagradable.

¿Ha sufrido otro tipo de agresiones?

Sí, bastantes veces. En el hospital donde trabajo hay muchos residentes. Se trata de médicos que todavía no tienen experiencia y si alguien les grita o se dirige a ellos con escasos modales, pueden bloquearse. Cuando presencio ese tipo de situaciones no puedo permanecer ajeno y siempre salgo en su defensa. Esto provoca que la agresión verbal derive hacia mí.

¿Pensó entonces en denunciar estas conductas?

Al principio no. Sin embargo, a raíz de otro episodio que sufrió un compañero del Colegio de Médicos de Cádiz, al que acompañé a un juicio tras ser agredido, entendí que ese era el camino. Fue un paso decisivo para que me decidiera a denunciar.

¿Cómo se inició el procedimiento de denuncia con el Colegio de Médicos?

Me puse en contacto con la Asesoría Jurídica del Colegio de Médicos, que se encargó de interponer la denuncia. El proceso ha durado dos años, llegando al acuerdo de seis meses de prisión y una orden de alejamiento para el agresor. Los profesionales no pretendemos que nadie vaya a la cárcel, sino que no haya más agresiones. El objetivo es evitar estas conductas, que no queden sin castigo y nadie tenga que pasar por una situación tan degradante.   

¿Qué tipo de consecuencias tiene una agresión?

Repercute en la parcela psicológica. En los primeros días tuve que tomar alguna pastilla para relajarme. Los cursos son una herramienta muy valiosa para comprender que uno no es un bicho raro por lo ocurrido. Cuando se empieza a indagar sobre este asunto lamentablemente se da cuenta que son conductas más frecuentes de lo que nos gustaría.

¿En qué consisten esos cursos?

Son una herramienta muy valiosa para encarar este tipo de episodios. Hice la segunda edición del ‘Curso de Prevención y Abordaje  de las Agresiones’, que imparte la Fundación para la Formación de la Organización Médica Colegial (FFOMC). Este tipo de formación da las claves necesarias para percibir que puedes estar ante una situación de peligro en la consulta. Es complicado prever todo el abanico de situaciones adversas que pueden surgir, pero sí es una buena guía para tener en cuenta ciertos comportamientos que puede desencadenar en una agresión.

Más allá de los avances normativos que se han dado, ¿qué cree que es lo que se debe hacer para evitar este tipo de situaciones en el día a día?

Hay que denunciar. Una vez escuché una conversación en la que el interlocutor alardeaba diciendo que después de esperar en Urgencias, había dado cuatro gritos y amenazado al personal sanitario y le habían atendido rápidamente, sin que pasara nada. Incluso le pidieron disculpas, con lo que se potenció su conducta. Sin embargo, si esa persona cuenta que ha amenazado a un médico y éste le ha denunciado, el mensaje es radicalmente opuesto: no se puede insultar ni agredir a los profesionales, porque no sale gratis. 

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