En este artículo, el doctor Márquez Gallego, nos habla sobre las correctas relaciones que han de mantenerse en las insttuciones sanitarias como ámbito de trabajo. En este trabajo se aborda desde aspectos deontológicos que hay que tener en cuenta en la práctica asistencial, así como el papel que ha de desempeñar el médico en la dirección y gobierno de estas instituciones. También analiza otros factores como la formación o la calidad en la práctica asistencial
Madrid, 5 de julio 2013 (medicosypacientes.com)
«El trabajo en las instituciones sanitarias».
Dr. Luis. F. Marquez Gallego. Miembro Comisión
Central de Deontología OMC
Aplicación de la Deontología en la práctica asistencial médica en las Instituciones Sanitarias
Hay que tener presente que en las instituciones sanitarias el procedimiento de toma de decisiones en ética clínica es complejo porque tiene implicaciones sobre personas enfermas y afecta también a otros colectivos profesionales. Así mismo, hay que valorar en profundidad las consecuencias de la aplicación de los distintos principios bioéticos.
Algunos de estos principios están recogidos en el Capitulo X del Código de Deontología Médica (CDM), concretamente en el artº 45.1, que dice: «El médico que presta su servicio en el Sistema Nacional de Salud ha de velar y contribuir para que en él se den los requisitos de calidad, suficiencia y cumplimiento de los principios éticos. Secundará las normas que contribuyan a mejorar la asistencia de los enfermos». Y en el artº 45.2, que dice: «El médico pondrá en conocimiento de la dirección del centro las deficiencias de todo orden, incluidas las de naturaleza ética, que perjudiquen la correcta asistencia. Si no fuera así, las denunciará ante su Colegio, y en última instancia ante las autoridades sanitarias, antes de poder hacerlo a otros medios».
La necesaria cooperación con la dirección de los centros sanitarios, no puede estar exenta, cuando exista fundamento suficiente, de crítica constructiva, con afán de mejora y resolución de las deficiencias observadas y mostrando a los responsables una actitud de colaboración positiva en pro de su corrección, en base a los principios de los que emanan los artículos citados.
Los profesionales médicos que no vean atendidas sus denuncias fundadas, por los directivos y responsables del centro sanitario, de deficiencias graves para su correcta actuación profesional, están legitimados y obligados por el CDM a poner en conocimiento del Colegio de Médicos y/o las autoridades sanitarias las deficiencias detectadas y su gravedad, antes de poder hacerlo por otros medios ante la sociedad.
Actualmente la vía colegial está adquiriendo especial relevancia en la denuncia de situaciones estructurales, organizativas y funcionales que vulneran los derechos de los pacientes a una asistencia segura y de calidad.
Papel del médico en la dirección y gobierno de las instituciones
Las capacidades, competencias y habilidades de los profesionales de la medicina han de ponerse al servicio de los pacientes también a través de su participación en las distintas modalidades de actuación que contribuyan a mejorar la organización y funcionamiento de los centros sanitarios. Los médicos deben tener un protagonismo activo en este sentido.
Al mismo tiempo, los equipos directivos de los centros sanitarios han de asegurar posibilidades reales de participación efectiva en la toma de decisiones que se traduzcan en aplicaciones reales y resultados de mejora en los distintos ámbitos de intervención.
La dimensión ética debe estar incorporada al modelo de organización favoreciendo las conductas y actitudes de los profesionales sanitarios.
La ética en una empresa de servicios y de gestión de conocimientos obliga a una búsqueda de nivel de excelencia. Los profesionales deben percibir que en la toma de decisiones se incorporan valores éticos. Deben cohesionarse inspirados en estos valores éticos haciéndolos propios y compartiéndolos, lo que hará que sean los del propio centro sanitario y dando una imagen externa congruente con sus finalidades y objetivos de servicio. Creando sentido de pertenencia, participación y equipo en la búsqueda de objetivos comunes y de un trabajo bien hecho. Orientado hacia la excelencia. El «clima ético» debe estar al servicio de los respectivos equipos asistenciales en función de las necesidades de los enfermos y de las poblaciones de referencia.
La formación continuada en las instituciones
La formación continuada y la actualización de conocimientos, competencias, habilidades y actitudes son imprescindibles en tiempos de progreso y comunicación permanente, con los nuevos y mayores niveles de exigencia del ejercicio de la medicina en el nuevo siglo. Así está referido en el CDM vigente.
La ley de ordenación de las profesiones sanitarias (Ley 44/2003) incorpora una innovación normativa para asegurar un proceso de enseñanza y aprendizaje activo y permanente al que tienen derecho y obligación todos los profesionales sanitarios.
Sus objetivos fundamentales son:
-Garantizar la actualización de conocimientos, competencias, habilidades y actitudes.
-Potenciar las capacidades profesionales para un uso efectivo, eficiente y seguro de los recursos técnico-asistenciales.
-Ampliar y extender la cultura profesional en aspectos técnicos-científicos, éticos, legales, sociales, de gestión y económicos.
-Mejorar la percepción de los médicos como protagonistas activos en un sistema sanitario que aspira a la excelencia y de alta exigencia ética por tanto.
-Promover experiencias e intercambios profesionales enriquecedores.
Calidad en la práctica médica en las instituciones sanitarias
Asunto muy importante en los actuales tiempos de crisis y ajustes económicos. La economía debe estar claramente al servicio de los valores y no al revés. Ello es muy importante en la gestión de las instituciones sanitarias.
Los gestores sanitarios, más aún sin son médicos, han de esforzarse para conseguir la colaboración activa de los profesionales, al igual que los Colegios profesionales, en la preservación de la calidad asistencial, evitando cualquier retroceso en las prestaciones sanitarias esenciales.
Así, el CDM en su artículo 47.1 dice: «Los médicos que ocupen cargos directivos en instituciones sanitarias deben velar para que las prestaciones se adapten a las auténticas necesidades asistenciales de la población y a las posibilidades reales de financiación. Evitando que se ofrezcan servicios sanitarios sin la debida dotación de medios humanos y materiales».
Y en la misma línea el artículo 47.2 señala: «Es obligación del director médico de la institución eliminar cualquier obstáculo que impida que la relación médico paciente sea directa, inmediata y en lugar y tiempo adecuado, preservando la intimidad del paciente y la seguridad del médico».
La buena relación médico-paciente es la piedra angular de la atención médica, en su calidad científica, técnica y ética apropiada. Los equipos directivos y la dirección médica han de tener como unas de sus prioridades asegurar espacios, medios materiales y humanos, así como tiempos adecuados para el buen desarrollo de dicha relación, básica y esencial en la práctica médica y en todas las instituciones sanitarias.