El Dr. Lucas de Toca, ex presidente del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM) (2008-2010), experto en salud pública, trabaja desde finales de 2013 en la costa norte de Australia, en la Tierra de Arnhem, una región indígena como director de Salud para Miwatj Salud, el Servicio público de Salud controlado por la comunidad regional. En esta entrevista concedida a “MedicosyPacientes”, analiza las peculiaridades del sistema sanitario australiano y del ejercicio de la Medicina en esa parte del mundo, además de incidir sobre las condiciones de salud de la población aborigen de dicho país
Dr. Lucas de Toca: “Las condiciones para ejercer la Medicina en Australia son muy diferentes a las de aquí”
Como explica el Dr. Lucas de Toca, el sistema sanitario australiano es complejo, poco conocido en Occidente. Si bien se rige por la universalidad, tiene sus constrastes, ya que el acceso a la Atención Primaria se entiende de otra forma que, por ejemplo, en el sistema sanitario español, de lo cual los más perjudicados suelen resultar los aborígenes, que, aún siendo una minoría, viven en condiciones infrahumanas, muy diferentes al resto de la población. Afortunadamente, en la región donde el ejerce las cosas son un tanto diferentes, tal es así, que el servicio sanitario está controlado por la comunidad, y financiado públicamente, con asistencia universal. Quienes marcan las directrices del servicio y las prioridades a seguir es la propia comunidad de habitantes.
-El sistema sanitario australiano es poco conocido en España, ¿qué características presenta, a grandes rasgos?
-Efectivamente, es un modelo sanitario poco conocido, con sus complejidades. Si bien se sustenta en un modelo universal y se financia vía impuestos generales, con un sistema público de hospitales con titularidad y gestión a nivel de estados también posee características de sistema mixto, con proveedores privados. En este sentido, es llamativo que la Medicina Extrahospitalaria esté privatizada, y haya establecidas barreras para acceder a la misma. No hay médicos de Atención Primaria ni de Especializada secundaria que trabajen para el sistema público, y aunque exista un seguro social público para financiar parte de la atención en esos niveles asistenciales, las fuerzas de mercado están presentes, y hay profesionales que cobran por encima de lo que dicho seguro pueda cubrir, ante lo cual el paciente debe pagar si quiere recibir asistencia.
-Pese a la complejidad del sistema sanitario australiano, ¿hay buena cobertura sanitaria?, ¿la gente está satisfecha con este modelo?
-El sistema parece que funciona, pese a las deficiencias de acceso a Atención Primaria y secundaria, y otras de carácter organizativo. Por otra parte, hay que tener en cuenta que la Sanidad por sí sola no es el único indicador de salud de la población en este país, ya que un factor esencial como el estado de bienestar también influye considerablemente.
Hay que recordar que Australia es uno de los cinco países más ricos, con un PIB ligeramente superior al español, pero con la mitad de la población, con lo cual se puede afirmar, en líneas generales que el nivel de vida es alto.
-Aún así habrá población con necesidades y con falta de recursos, ¿qué tipo de asistencia tienen cubierta y cuál no?
-Realmente, me preocupa la salud de la población aborigen, que representa casi el 3% del conjunto de los ciudadanos australianos. Se trata de un grupo poblacional muy variado, disperso por todo el continente y con culturas y lenguas muy diversas. La mayoría de los aborígenes australianos vive en zonas urbanas marginadas dentro de las grandes ciudades, con una gran escasez de recursos, incluidos los sanitarios. Los contrastes con la población acomodada son muy llamativos.
-¿Qué características diferenciadoras se observan en el modelo implantado en la región en la que ejerce?
– En la región de la Costa Norte, y concretamente, en Tierra de Arnhem, la mayoría de la población es aborigen, y con muchas diferencias con respecto al conjunto del continente australiano.
Afortunadamente, el modelo de Atención Primaria es mucho más cercano y parecido a la A.P. tal como la concibe la OMS a partir de Alma Ata, apoyada en determinantes sociales, entendiendo que la salud es mucho más que Sanidad.
En esta zona, el servicio sanitario está controlado por la comunidad, y financiado públicamente, con asistencia universal. Quienes marcan las directrices del servicio y las prioridades a seguir es la propia comunidad de habitantes. Hay una Junta constituida por los ancianos de la tribu, elegidos por los ciudadanos, y son los que tienen la última palabra sobre el servicio, y cómo quieren que se atienda a la población.
-Qué tipo de labor desempeña en su lugar de trabajo?
-Mi puesto es el equivalente al de un director de área sanitaria, con ciertas funciones de director médico y de salud pública. No obstante, respondo cada tres meses a la Junta antes mencionada, con total rendición de cuentas tanto de recursos como de planificación y gestión.
Siempre me han movido inquietudes relacionadas con sistemas sanitarios y su gestión, junto con el estudio de las necesidades globales de la población y específicamente sanitarias, de ahí mi interés y vocación por la salud pública.
-En Australia ¿cuál es la situación actual de la profesión médica? ¿se sufren los mismos problemas que en otros sistemas sanitarios?
-En líneas generales, la profesión médica en Australia está en mejores condiciones que, por ejemplo, la española, a la hora de ejercer, en cuanto a remuneración, horas de trabajo, etc.. El acceso a puestos de trabajo no entraña muchas dificultades, algo común en el conjunto de la sociedad australiana. El paro es en la mayoría de los estados inferior al 5%, lo cual está atrayendo a muchos profesionales de otras partes del mundo, sobre todo de Reino Unido.
Lo que no tengo tan claro es que el nivel de satisfacción global sea superior. En el caso de los médicos de familia, al ser un sistema privatizado, los ingresos de estos profesionales dependen del volumen de pacientes que se atiendan, de cuantas consultas se realicen, pruebas que se realicen, desde mi punto de vista, no es la situación idónea.
En mi caso, tengo la inmensa suerte de que en la zona sanitaria que coordino, enfocada más a la población aborigen, el sistema de financiación distinto, es más parecido al sistema español. Los médicos de familia son asalariados, trabajan para el sistema público, además, no hay intercambio monetario con el paciente. Por otra parte, podemos percibir incentivos por parte del Gobierno central.
¬-¿Le consta que se esté incrementando la demanda de trabajo, en esas zonas, por parte de médicos españoles?
-Muchos compañeros que saben que llevo allí desde hace tres años me solicitan información sobre la situación laboral de los médicos en Australia, y estoy convencido de que la demanda se va a incrementar, pese a la complejidad de ejercer allí. Las condiciones son draconianas pero no imposibles.
-Con respecto a la formación de médicos dista mucho del sistema español?
-En los últimos 15 años se ha duplicado el número de Facultades de Medicina tanto públicas como privadas. En esas fechas, se disponía de 10 Facultades públicas y ninguna privada. En estos momentos, ya van por las 20 y otras tres privadas. Ello significa que el número de estudiantes que se gradúan comienza ser mayor que el que el sistema puede absorber. Después de la licenciatura hay una especie de año “pretroncal”, equivalente a un R-1 español, y con sueldo, pero muchos graduados están comenzando a tener problemas para obtener plaza.
En cuanto a la formación postgraduada no se accede como en España, a través de un examen MIR, por otra parte, la duración de la formación dependerá de la especialidad elegida. En el caso de Medicina de Familia puede alargarse hasta cinco años, en Neumología, por ejemplo, impensables menos de siete años, mientras Cirugía puede prolongarse hasta 10 años.
-Cuando un médico español opta por marcharse a Australia a ejercer, ¿qué requisitos se le exigen?
-Uno de los aspectos más importantes es la homologación de títulos. Por un lado, el título de médico lo pueden solicitar licenciados y especialistas. Para ello hay que realizar un examen que no entraña demasiada dificultad, y después ejercer varios años como interino. Es una vía más compleja y puede complicar encontrar trabajo de clínico.
Cuando se trata de un especialista, se homologa el título de especialista a través de un procedimiento más sencillo, aunque después se exige formación adicional porque los programas formativos australianos, por lo general, son más largos. En este sentido, son muy protectores con los estándares de los que se han dotado, y eso se nota cuando se viene de fuera a ejercer.
Los médicos extranjeros están sometidos, además, al denominado “moratorio”, que consiste en que en un período de unos 10 años sólo se puede ejercer en lo que se llama “área de necesidad”, que, por lo general, son zonas donde suelen escasear especialistas. De cualquier forma, las condiciones laborales superan con creces a las españolas.