El Dr. Landa García analiza en este artículo el papel de las Sociedades Científicas a la hora de definir en la sanidad pública unos estándares e indicadores de calidad de funcionamiento de los servicios médicos, para garantizar la mejor calidad de la asistencia a los ciudadanos
Madrid, 16 de febrero 2015 (medicosypacientes.com)
“A mí no me gustaría operarme en un sitio donde no cumplen unos estándares”
Dr. José Ignacio Landa García, cirujano general y del aparato digestivo. Miembro del Consejo Asesor del CGCOM
Este titular es una opinión puesta en boca de Carlos Macaya, Presidente de la Federación de Asociaciones Científicas Medicas Españolas (FACME) en unas recientes declaraciones a la prensa médica, de las que también se hicieron eco otros medios (El Periódico, 17 de noviembre de 2014), con ocasión de la presentación de un documento titulado “Papel de las Sociedades Científicas en el SNS” que ha sido realizado por la FACME en colaboración con la Deusto Business School Health. Documento que reúne las conclusiones de una jornada de reflexión celebrada en diciembre de 2013 con representantes de las sociedades médicas integradas en FACME y una encuesta de 16 preguntas dirigidas a las respectivas juntas directivas de estas sociedades. En el documento no se dice cuantos representantes de sociedades acudieron a la jornada de reflexión y en calidad de qué fue la asistencia de éstos.
Por lo que ha trasmitido la prensa, en la presentación del documento, el Presidente de la FACME ha manifestado que su institución propondrá definir en la sanidad pública unos estándares e indicadores de calidad de funcionamiento de los servicios médicos, para garantizar la mejor calidad de la asistencia a los ciudadanos. Estos estándares e indicadores, entre los que se considerará el número de intervenciones que se realizan, serán definidos por las Sociedades Científicas Médicas. El Presidente de la FACME va aún más allá y dice, que en las unidades o servicios que no se cumplan unos mínimos establecidos se podrá plantear su cierre, reconversión o unificación.
Que las Sociedades Científicas Médicas tengan este cometido es algo esperado y yo diría que deseado. Es más, creo que todas las sociedades médicas tienen comisiones o comités que se dedican a definir y examinar la calidad de los actos médicos de su especialidad, por lo que el trabajo podría estar bastante avanzado. Algunas incluso han publicado los resultados de sus trabajos de gestión y proponen medidas a sus asociados para mejorar la calidad de la asistencia de los pacientes.
Lo de auditar, reconvertir o unificar es otro cantar. No disponemos del poder y la credibilidad que tienen las sociedades científicas en otros países como Inglaterra o EEUU. Digamos que aquí es un pensamiento utópico. ¿Cómo podrían las sociedades médicas tener ese cometido, sin un refrendo de la o de las diecisiete administraciones públicas con las que contamos en nuestro país?
Yo le veo al proyecto de la FACME dos grandes impedimentos. El primero es sobre el organismo que debería actuar en consecuencia. Es decir, admitir las opiniones de los profesionales y ordenar hacer y hacer. Creo que sería una magnífica ocasión para que un Ministerio de Sanidad, prácticamente vacío de contenidos, lidere algo. Algo además con claros matices económicos y éticos, como sería velar por la calidad y eficiencia de los actos médicos.
No puedo por menos, que recordar aquí, las airadas protestas de algunos representantes autonómicos (algunos jefes de servicio incluidos), cuando se propuso hace un par de años desde la ONT (Organización Nacional de Trasplantes)por medio de un razonado documento (Criterios de planificación de trasplantes), regionalizar/racionalizar el trasplante de corazón. Se definieron criterios y además, se contaba con la opinión favorable de todos los grupos de trasplante de nuestro país. Estos criterios de planificación estimaban teniendo en cuenta la prevalencia e incidencia de miocardiopatía terminal, una demanda previsible de trasplante de 5-7 por millón de habitantes y año, con una población de referencia por equipo de 1 a 4 millones de habitantes. También que la actividad mínima deseable debería ser igual o mayor de 20 trasplantes al año y la actividad mínima tolerable debería ser igual o mayor de 15 trasplantes al año. Señalaba que si se consideraba la existencia de un equipo por cada 4 millones de habitantes, para nuestro país se necesitarían 12 equipos de trasplante. En nuestro país existen 16 equipos de trasplante.
No pretendo echar un jarro de agua fría a la FACME pero, la respuesta fue la esperada, todos los programas eran imprescindibles y los que tenían pocas experiencias anuales, era coyuntural y aseguraban mejorarían sus números próximamente sin lugar a dudas. Ni que decir tiene que estamos en las mismas. No hay más que echar un vistazo a los números en la Web de la ONT, por mucho que en el 2014 haya habido una ligera mejoría del trasplante de corazón (aumento de un 6%).
Un segundo impedimento sería definir las Sociedades Científicas Médicas o cuáles serían las que podrían participar en el establecimiento de estándares de calidad. La FACME tiene la representatividad que tiene, pero en nuestro país hay numerosas sociedades médicas. Espero que nadie se moleste por estos comentarios y vaya por delante, que creo que la FACME es una importante institución que representa a una serie de sociedades médicas con reconocido prestigio de los profesionales que incluyen. El pero es, que solo admite a las sociedades científicas médicas de especialidades con formación MIR reconocida.
Actualmente existen en nuestro país 44 especialidades médicas vía MIR (RD 183/2008 de o de febrero) a la espera de las dos nuevas propuestas de Genética Clínica y Psiquiatría del Niño y del Adolescente (RD 638/2014 de 25 de julio de 2014). La FACME cuenta con 37 sociedades científicas provenientes de las 44 especialidades vía MIR. Realmente son 42 sociedades médicas las que se integran en la FACME, pero tres sociedades representan a la misma especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria, dos a la de Geriatría y dos a la de Pediatría y además, suma también la de Hidrología Médica. Es decir no representaría a la totalidad de las sociedades médicas provenientes de la vía de formación MIR, si bien su representación es importante (84%).
Con motivo de este artículo he estado revisando las sociedades médicas que existen en nuestro país y he comprobado que sobrepasan ampliamente las 200. Las hay de ámbito nacional que reúnen especialistas interesados en su especialidad, pero también autonómicas, regionales y provinciales. Las hay dedicadas a una determinada patología o a alguna parte o aspectos de alguna especialidad. Como parte o secciones de sociedades internacionales y/o con acuerdos entre uno, dos o más países, incluso regiones o con idioma común. Solo en el ámbito de la Cirugía General y del Aparato Digestivo, con las características que he señalado conozco al menos 25 sociedades médicas, si bien algunas de estas se encuentran actualmente “silentes”.
En la línea del anunciado proyecto de la FACME, el Ministerio de Sanidad a propuesta de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), inició en el mes de abril de 2013 un interesante proyecto con las sociedades científicas, con el objetivo principal de disminuir la utilización de intervenciones sanitarias innecesarias, entendiendo por innecesarias aquellas que no han demostrado eficacia, tienen efectividad escasa o dudosa, no son coste-efectivas o no son prioritarias. Se solicitó un panel de expertos en cada sociedad y se les pidió mediante el Método Delphi cinco recomendaciones de “no hacer”. Finalmente ha habido una presentación personal en diciembre del 2014 y los resultados de doce de las sociedades que han participado se pueden ver en la página Web del Ministerio.
http://www.msssi.gob.es/organizacion/sns/planCalidadSNS/cal_sscc.htm
Para este proyecto el Ministerio de Sanidad convocó a 43 sociedades médicas (ignoro con qué criterios), entre las que había cinco con dedicación a alguna parte del ejercicio médico, digamos no refrendadas por la vía de formación MIR.
Y digo esto último, para recordar que el Ministerio de Sanidad puede acometer acciones para mejorar la calidad de la asistencia médica a través de las sociedades médicas, aunque desconocemos el criterio de selección de estas sociedades entre las 132 que figuran en su página Web y, sobre todo, la eficacia de las medidas consensuadas en cuanto a su incorporación por los profesionales. Sobre esto último no soy muy optimista.
Por último creo, que si realmente el Ministerio quisiera conocer las opiniones de los profesionales de las especialidades médicas vía MIR, cuentan con las Comisiones Nacionales de las Especialidades, en cuya constitución (once miembros) existen dos representantes de las sociedades médicas de cada especialidad. Aquí el Ministerio de Sanidad podría solicitar esos estándares e indicadores de calidad a las 44 especialidades médicas.