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Dr. Landa García: «Hidroterapia de colon»

El autor de este artículo, el Dr. José Ignacio Landa, analiza en este artículo la utilización de la hidroterapia de colon como pseudoterapia, anunciándose en muchas clínicas como “terapia para diversos trastornos tales como alcoholismo, alergias, artritis, asma, dolor de espalda, mal aliento, hinchazón, lengua saburral, colitis y estreñimiento, entre otros muchos. Sin embargo, tal como expone, la práctica de la limpieza de colon para mejorar o promover la salud general "no se admite en la literatura publicada y, por tanto, no se puede recomendar"

Dr.José Ignacio Landa García, cirujano general y del Aparato Digestivo. Miembro del Consejo Asesor del CGCOM

 
El lavado del colon con agua o con alguna substancia disuelta en ella ha acompañado a la historia de la humanidad. En antiguas civilizaciones hay constancia de su utilización. El Papiro de Ebers, 1500 años antes de nuestra era es uno de los más importantes referentes históricos. En el antiguo Egipto su práctica era habitual, no solo para aliviar las trasgresiones dietéticas, sino también para purificación interna. Se dice que la costumbre la aprendieron del ave Ibis, al observar como introducía por su ano su largo pico encorvado lleno de agua para limpiar sus intestinos. 
 
Otro hecho curioso que define la importancia de la limpieza de colon para los antiguos egipcios, es la existencia de la figura del “Guardián del ano del Faraón”, médico que se ocupaba especialmente de sus problemas proctológicos y de limpiarle el colon irrigándole agua que impelía con su boca a través del ano mediante una cánula de oro.
 
La hidroterapia de colon ha llegado hasta nuestros tiempos de muy diversas maneras y generalmente con la idea original basada en el concepto de autointoxicación. La autointoxicación es una teoría muy antigua, fundada en la creencia de que las toxinas que se originan en el colon pueden entrar en la circulación y envenenar al cuerpo. Pero también se ha venido utilizando como procedimiento terapéutico en variadas patologías.
 
A principio del siglo pasado el British Medical Journal publicó un artículo que afirmaba que la estasis fecal alteraba la flora bacteriana del colon, favoreciendo así a las bacterias capaces de producir toxinas con efectos sistémicos (“The bacteriological evidence of intestinal intoxication”. Br Med J 1913; 1 (2729): 821–823). Por esas fechas el cirujano inglés Sir William Arbuthnot Lane, llegó a realizar en Londres resecciones muy amplias de colon a pacientes con patologías que iban desde la artritis a la hipertensión arterial, ya que creía que se producían por la retención de sustancias toxicas en el colon.
 
En la primera mitad del siglo pasado hubo dos famosos médicos que la propugnaron ampliamente y que se consideran los precursores de la hidroterapia de colon actual. John Harvey Kellogg, propulsor del desayuno con maíz (Corn Flakes) y que curiosamente, también aconsejaba la aplicación de fenol en el clítoris de las mujeres para calmar lo que consideraba una excitación anormal. La hidroterapia de colon la realizaba con yogurt.
 
Anton Brosch en las mismas fechas en Alemania, inventó una máquina para lavar el colon (“enterocleaner” o “limpiador de intestino”). Consistía en una bañera con un depósito de agua que se introducía a determinada presión a través del ano mediante un tubo y se extraía mediante otra cánula fuera de la bañera. Decía A Brosch que la introducción de la cánula a través del ano producía además placer a los usuarios. Con ello, no solo se limpiaba el colon de restos tóxicos sino que se producía lo que su inventor denominaba “orgasmos artificiales”, con la gratificante sensación de bienestar que la acompaña y el completo abandono de la libido después del procedimiento. Parecidos dispositivos de lavado, algo más evolucionados al descrito por A Brosch pueden verse hoy día.
 
No puedo por menos que recoger un comentario de Wilhelm Stekel, discípulo aventajado de Sigmund Freud, en su libro “Auto-Eroticism. A psychiatric study of onanism and neurosis”, publicado por primera vez en inglés en 1950 (Edit Routledge, 2013) sobre la “máquina limpiadora de colon” de A Brosch: “Es gratificante observar que el autor ha tenido el coraje de preconizar abiertamente el efecto curativo de la sexualidad. Tal sinceridad es un signo de progreso”.
 
Hoy día la hidroterapia de colon se anuncia como “terapia” en algunas clínicas, algunas de ellas incluso refieren estar especializadas en la técnica y, la lista de sus indicaciones es amplia y diversa: alcoholismo, alergias, artritis, asma, dolor de espalda, mal aliento, hinchazón, lengua saburral, colitis, estreñimiento, daño causado por la nicotina u otros factores ambientales, fatiga, gases, cefalea, hipercolesterolemia, hipertensión, indigestión, insomnio, problemas articulares, insuficiencia hepática, pérdida de concentración, trastornos mentales, infestación por parásitos, propensión a infecciones, artritis reumatoide, congestión sinusal, problemas de la piel y colitis ulcerosa. Todas ellas recogidas por Edzard Erns en una interesante publicación muy oportunamente titulada “Colonic irrigation and the theory of autointoxication: A triumph of ignorance over science” (J Clin Gastroenterol 1997; 24:196–19). 
 
Pero no solo se trata del triunfo de la ignorancia sobre la ciencia, sino que esta no está exenta de riesgos. La hidroterapia del colon puede ser muy peligrosa, especialmente si se tienen antecedentes de enfermedad gastrointestinal (diverticulitis, enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa) o antecedentes de cirugía de colon, hemorroides severas, enfermedad renal o enfermedad cardíaca. Se han comunicado casos muy graves de  perforación rectal. Alguno muy reciente en nuestro país. No es inocua y puede producir efectos secundarios como vómitos, diarrea, mareos, deshidratación, anomalías electrolíticas, insuficiencia renal aguda, insuficiencia cardiaca e infección. Se han comunicado incluso casos de amebiasis. Algunas preparaciones herbales que se utilizan en la hidroterapia se han asociado con anemia aplásica y toxicidad hepática La mayoría de los dispositivos que se utilizan para el procedimiento no están homologados para la limpieza del colon y las máquinas de riego inadecuadamente desinfectadas o esterilizadas se han relacionado con la contaminación bacteriana. 
 
Como ya he comentado existen en nuestro país locales o establecimientos preparados para la práctica de la hidroterapia de colon que se denominan clínicas o institutos, etc. Creo que no existe un adecuado control sanitario en la mayoría de estos establecimientos. En ellos se anuncian “higienistas del colon” o “terapeutas de colon” desconociendo en muchos casos cual es su formación y su titulación. Incluso podemos comprobar que existen un llamado “Instituto Europeo de Hidroterapia de colon”, una “Asociación Internacional de Hidroterapia de Colon Ética” y una  “Asociación Española de Hidroterapia de Colon”. Para una mayor información el lector interesado puede visitar sus páginas web en Internet. 
 
Dentro de las diferentes modalidades de los lavados de colon, en los que se utilizan una variedad de yerbas y productos, destaca la que utiliza los enemas de café. Se han publicado casos de muertes asociadas con desequilibrios de electrolitos debidos a enemas de café y existen múltiples informes de sepsis y colitis asociadas con su práctica.
 
Una vez más, tenemos que recordar el aciago caso de Steve Jobs, que motivado por sus creencias rechazó una operación de su cáncer de páncreas con altas posibilidades de curación  y decidió tratarlo con la terapia Gerson, que entre otras prácticas propugna los enemas con café. El abandono de los tratamientos convencionales de algunas enfermedades, especialmente del cáncer, es uno de los aspectos más tristes y deplorables de la utilización de esta y de otros tipos de pseudoterapias. Máxime cuando los “charlatanes” que venden alternativas son profesionales de la salud.
 
Más llamativo fue lo que se conoció como “método o régimen de González” para el tratamiento del cáncer de páncreas. Este médico, desde el año 1988 estuvo tratando en EEUU pacientes con cáncer, con enzimas pancreáticas orales que creía tenían efectos antineoplásicos directos, alimentos específicos, complementos vitamínicos y minerales y enemas de café. En 1999 Nicholas González, su autor, publicó un artículo donde comunicaba una mejor supervivencia con su régimen en pacientes con cáncer de páncreas. Tal fue su repercusión que el Instituto Nacional del Cáncer de EEUU financió un estudio controlado randomizado en fase III, en cáncer de páncreas avanzado, entre el “régimen González” y la quimioterapia convencional. Los pacientes que recibieron quimioterapia convencional tuvieron una supervivencia promedio de 14 meses; los pacientes que se trataron con el “régimen González” sobrevivieron solo un promedio de 4,3 meses. Además, los pacientes que recibieron quimioterapia notificaron una mejor calidad de vida que los pacientes tratados con el régimen González (J Clin Oncol. 2010 Apr 20; 28(12):2058-63). Pese a ello, todavía hay quien lo propugna y utiliza.
 
Sin embargo, hay aún algo más preocupantes que la utilización de la hidroterapia de colon como pseudoterapia, de la que no existe ninguna evidencia y si riesgos y es, su utilización estética. Hoy en día, existe un eslogan que reza «limpio en el interior, hermoso en el exterior» que ha ganado un amplio apoyo de, por ejemplo, el mundo de la moda, la jet set internacional y el mundo de los negocios. Han surgido centros que ofrecen lavados de colon por razones estéticas (hace que la piel sea más bella). Y para lograr una sensación general de bienestar, a la par con una amplia selección de masajes, baños, saunas y tratamientos de spa.
 
Debo destacar que la única publicación que ofrece una revisión sistemática de la literatura (Clinical Effects of Colonic Cleansing for General Health Promotion: A Systematic Review Am J Gastroenterol  2009; 104:2830–2836) concluye que, “no hay ensayos controlados metodológicamente rigurosos de limpieza de colon para respaldar su práctica. A la inversa, existen múltiples informes de casos y series de casos que describen los efectos adversos de la limpieza del colon. La práctica de la limpieza de colon para mejorar o promover la salud general no se admite en la literatura publicada y no se puede recomendar”.
 
 
 
 
 
 
 
 
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