El Dr. Juan Martínez insta a aprender convivir con el covid-19 hasta que exista una vacuna. Hace unos meses hubiera parecido imposible la expansión que nos muestra estos días una enfermedad como el covid-19, que ha provocado hasta la fecha centenares de miles de afectados y decenas de miles de fallecidos en el mundo. Saltaron los primeros casos en la localidad china de Wuhan y desde ahí, ha recorrido con distinta suerte, casi todos los países. “Ha sorprendido a las sociedades europeas sin una alta percepción del riesgo, por su dureza” alerta el doctor Juan Martínez, especialista en medicina preventiva y ex director general de Salud Pública de la Comunidad de Madrid
El Dr. Martínez participó en una videoconferencia para profesionales médicos, organizada por el Consejo de Médicos de Castilla y León y en la que durante casi dos horas y media mantuvo a cerca de cien profesionales en este foro virtual. El estado de alarma decretado el 14 de marzo y las restricciones a los desplazamientos y encuentros por parte de la población han conseguido cercar la expansión. Entiende el Dr. Martínez que ha sido “una buena medida para prevenir las nuevas infecciones”, aunque intuye que el problema aparece ahora con las llamadas infecciones activas, es decir de personas que ya están enfermas y que, o bien están hospitalizados, o bien en residencias, o en sus casas ya que “evolucionarán hacia un lado o hacia otro, por lo que todavía tendremos varias semanas de datos muy malos en cuanto a ingresos y mortalidad”.
Este horizonte a corto plazo, en opinión de este experto, obligaría a ser muy cautos con las medidas y plazos que habría que ir implementando para lograr la vuelta a la normalidad. Este desescalamiento ha generado “cierta euforia ante el anuncio de que las medidas de confinamiento puedan modificarse en los próximos días”, circunstancia que, en opinión de este experto, tendría que ser muy meditada y convendría ser adoptada de forma progresiva y gradual. Cualquier paso en falso, precipitación o descontrol podría tener efectos muy negativos: “Las consecuencias aparecerían hacia las tres semanas o el mes y para entonces, con un nuevo repunte de casos, de infectados e ingresos, sería muy tarde porque habríamos retrocedido el camino andado”, alerta. Teniendo en cuenta que el estudio de seroprevalencia está sólo “anunciado, que no está ni iniciado a nivel nacional”, resulta muy complicado saber exactamente el número de personas que han pasado la infección, dato fundamental para poder planificar el mejor contexto y plazos para la vuelta a la vida cotidiana previa a la llegada del coronavirus.
Si bien algún estudio sitúe genéricamente en un 15% la población de España que pudiera estar afectada, se trata de proyecciones sin datos fiables y aparece más bien como una estimación. Incluso dando por bueno ese dato, no sería igual su incidencia en todas las regiones, pues “habrá comunidades que tengan un 5% y otras un 25% de infectados”, recuerda el doctor. Dada esta realidad y teniendo en cuenta nuestra forma de vida y movilidad, cree que con una conclusión rápida de las condiciones de cuarentena, “podemos afirmar casi con toda seguridad que habría un retorno de la epidemia, que pasaría algo desapercibida en verano, eso sí, pero que volvería con fuerza en otoño”.
Todo hace indicar que la llegada del buen tiempo camina a favor de la disminución de casos, pero insiste en que deberíamos ser muy cautelosos, ya que es una enfermedad que ha llegado para quedarse. “El covid va a retornar en otoño y hay que ser muy cuidadosos en verano porque si se produjeran nuevos contagios en ese tiempo estival, el inicio del otoño sería demoledor desde el punto de vista psicológico y social”, advierte este profesional, para quien la sociedad ya ha visto “suficiente horror en este tema como para ahora andar con medias tintas”, tanto en la información pública como en las estrategias para abordarlo.
Por todo ello, hace un llamamiento a la responsabilidad de todos los ámbitos de la sociedad para que adoptemos las medidas precisas y asumamos una realidad. “El covid-19 estará con nosotros hasta que no tengamos una vacuna y ésta no llegará este año”. Incluso aunque contáramos en 2021 con ese fármaco, “habrá que confirmar que protege, que no tiene efectos adversos, etc… y eso nos llevará otro año en el mejor de los casos, por lo que tenemos que afrontar un largo período de tiempo con esta realidad”, dice el Dr. Martínez.
Otra de las incógnitas es la inmunidad que generan los anticuerpos de un organismo que ha pasado este coronavirus. Los plazos en este ámbito son igualmente imprecisos. “No se sufre la infección en el mismo año, con toda seguridad, pero tampoco se garantiza la inmunidad a largo plazo. Estimamos que puede durar un par de años, pero no hay certeza. En cualquier caso, conocer si esa persona ha sufrido la enfermedad será fundamental”, avanza este especialista.
Se trata de una enfermedad altamente contagiosa, más que la gripe y que nos está situando ante nuevos desafíos y escenarios como comunidad. “En ausencia de inmunidad, todos éramos susceptibles de contagiarnos hace unas semanas”, aclara. Los expertos cree que ahora, con una parte importante de la población que la ha padecido y con colectivos como los del personal sanitario ha tenido mucha exposición al virus, ”empezará a haber grupos más resistentes, por lo que esta enfermedad se moverá con más dificultad en la sociedad los próximos meses”. Sin embargo, debido a una prevalencia desigual, habrá zonas geográficas o entornos familiares donde no haya habido presencia del covid-19 por lo que “todos ellos serán susceptibles de ser cotagiados y conocer su estatus serológico será muy importante”, concluye el Dr. Juan Martínez.