El Dr. Javier Cortés, presidente de la Junta de Balears de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), ha sido el ganador de la última edición del premio Camilo José Cela de Humanidades, promovido por el Colegio de Médicos de Balears por su obra ‘Entonces ella me dijo” que recoge nueve historias vividas en estos años pasados en su consulta sobre nueve casos clínicos de los nueve cánceres más incidentes en el mundo occidental. “El premio del médico reside en la sonrisa del enfermo al que, dejando de parapetarse detrás de una bata blanca y de un ordenador, ha cogido la mano, ha mirado a los ojos y le ha dicho – sea verdad o no, sea posible o no – te vamos a curar”, asegura en esta entrevista el Dr. Cortés
El premio fue entregado por la Dra. Manuela García Romero, vicepresidenta segunda del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) y expresidenta del Colegio de Médicos de Balears.
¿Qué supone para usted haber sido reconocido por este premio que promueve la profesión médica?
Una mezcla muy satisfactoria de sensaciones, empezando por la de gratitud hacia el Patronato Científico del Colegio Oficial de Médicos de Islas Baleares (COMIB) y siguiendo por la de una cierta incredulidad, no podía ser posible que distinguieran a mi libro con semejante Premio, que perpetúa la memoria del Premio Nobel de Literatura Camilo José Cela, Colegiado de Honor del COMIB, a quien tuve el privilegio y la suerte de conocer.
En su libro, expone de manera didáctica su experiencia con los nueve cánceres con mayor incidencia en el mundo occidental. ¿Qué le motivó para escribir sobre este tema?
La sensación de que desde mi experiencia podía transmitir algunos consejos relativos a qué hacer para evitar o diagnosticar precozmente un conjunto de enfermedades cancerosas que constituyen ahora mismo un gran problema de salud personal y pública en nuestro entorno y en todo el mundo.
¿De qué manera aparece reflejado el cáncer en sus páginas?
Se cuentan nueve historias vividas en estos años pasados en mi consulta sobre nueve casos clínicos de los nueve cánceres más incidentes en nuestro medio. Nueve personas que confiaron en mi trabajo y a las que con diferentes resultados – buenos, regulares, malos – intenté ayudar, diferentes resultados que se analizan desde una óptica formativa y divulgativa y también autocrítica.
¿Qué objetivos persigue esta obra? ¿En qué medida aborda la prevención?
Intentar enseñar cuales son las medidas preventivas primarias – evitar la causa – o secundarias – diagnosticar la lesión previa al cáncer o diagnosticarlo precozmente – que tenemos a nuestro alcance y que desgraciadamente no son seguidas de forma mayoritaria. No hay nada más eficaz en la lucha contra cualquier enfermedad que la prevención. Y en el caso del cáncer ciertamente lo es. Por ejemplo, solamente con hábitos de vida saludables – no fumar, alimentación y ejercicio físico adecuados para no caer en el exceso de peso, toma mínima o nula de alcohol, cultura adecuada de sol – evitaríamos no menos del 30%de cánceres que sufrimos. Si le sumamos acceder a los programas de diagnóstico precoz disponibles – de mama femenina, cuello de útero y colon – esta cifra alcanza el 50%.
¿Cómo aparece reflejada la figura del médico en su libro?
Como el actor principal de este proceso preventivo en todo su abanico, desde la educación a la ejecución, desde el diagnostico al tratamiento, siempre contando con la inestimable y necesaria colaboración de dos grupos profesionales sanitarios con un trabajo a su cargo altamente importante en esta área, la enfermería y los farmacéuticos.
Literatura y Medicina han estado vinculadas a lo largo de la historia, de hecho, son muchos los escritores médicos. ¿Qué valores humanísticos comparten ambas disciplinas en su opinión?
La necesidad de la comunicación empática, tan necesaria y que ahora mismo es imprescindible recuperar. El escritor escribe para compartir emociones, experiencias, para contar historias que ha vivido o no, pero que siempre le salen del corazón. Dejó dicho Don Camilo que “pienso que el premio de quienes escribimos duerme, tímido y virginal, en el confuso corazón del lector más lejano”. El premio del médico reside en la sonrisa del enfermo al que, dejando de parapetarse detrás de una bata blanca y de un ordenador, ha cogido la mano, ha mirado a los ojos y le ha dicho – sea verdad o no, sea posible o no – te vamos a curar.
¿Qué le inspiró para convertirse en escritor?
Mi padre era periodista, algún gen en mi mapa más íntimo lleva esta herencia. Mi padre escribía muy bien y era amigo de Camilo José Cela. Juntos Camilo y Lamberto culminaron algún proyecto, que ahí ha quedado. Escribir es para mí un ejercicio de calma, de introspección reflexiva, que me lleva siempre a un espacio de bienestar. No sufro el síndrome de la página en blanco. Si no hay de qué escribir, Javier, no lo hagas, lee – Camilo, John, Ian, los dos Javier, Haruki, Paul, Rosa, Eduardo y tantos otros – reflexiona y se feliz.
¿Cuáles son los mayores retos en el abordaje del cáncer actualmente?
Crecer en la prevención del cáncer que más mata, el de pulmón, con la prevención primaria en primer lugar, arrinconando sin flaquezas el consumo de tabaco, ayudando a dejarlo al que fuma y educando para que no se empiece a hacerlo y alcanzando evidencia suficiente en técnicas en estudio de diagnóstico precoz. Mejorar el conocimiento de dos tumores altamente malignos de los que sabemos poco, los de páncreas y cerebro. Seguir trabajando para que la que hemos venido en llamar “Medicina de Precisión” o “Personalizada” siga ganando terrenos de aplicabilidad y eficacia. Todo ello será posible financiando más y mejor la investigación biomédica. Y además y quizá principalmente, debemos conseguir que toda la población, independientemente de su lugar de residencia o nivel social, alcance la equidad de acceso a todo el arco oncológico, prevención, diagnóstico, tratamiento, seguimiento, cuidados paliativos.
¿Cree que hace falta hablar más sobre ello y difundirlo? Muchas veces es una palabra tabú.
Estamos normalizando vivir con el cáncer. Hace 40 años, en mis inicios profesionales, curábamos el 30%; ahora, algo más del 50%. En la Asociación Española contra el Cáncer, en la que me honra trabajar, nos hemos propuesto curar el 70% el año 2030. Por otro lado, la supervivencia libre de enfermedad o con enfermedad estabilizada son situaciones que se dan cada vez con más frecuencia: vivir con el cáncer, no morir de él. Y la sociedad empieza a saberlo y a asumirlo, afortunadamente. Hablar con normalidad del cáncer como hablamos de otras enfermedades es ya mayoritario. Y este es el camino, sin duda, que tenemos que seguir andando todos juntos.