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Dr. Jacinto Bátiz: «Cuidados Paliativos, una necesidad y un derecho»

El Dr. Jacinto Bátiz, secretario de la Comisión Central de Deontología de la Organización Médica Colegial (OMC), presidente de la Comisión de Deontología del Colegio de Médicos de Bizkaia y director del Instituto de Sensibilización, Formación, Investigación e Innovación para Cuidar Mejor del Hospital San Juan de Dios de Santurce, defiende en este artículo los cuidados paliativos como "una necesidad y un derecho", coincidiendo con la celebración de su Día Mundial. "Los cuidados paliativos dan respuesta al sufrimiento de las personas que padecen enfermedades avanzadas, incurables y en fase terminal. Alivian el sufrimiento y acompañan a los familiares del enfermo"

Dr. Jacinto Bátiz, secretario de la Comisión Central de Deontología de la Organización Médica Colegial (OMC)

 
Cuidados Paliativos, una necesidad y un derecho
 
Cuando tenemos que atender a las personas ante una enfermedad avanzada, irreversible y terminal, podemos considerar buena práctica médica cuando la orientamos a conseguir unos objetivos adecuados, basados en la promoción de la dignidad y la calidad de vida del paciente de acuerdo con sus valores y preferencias. 
 
Los medios para ello comprenden la atención integral al paciente y a sus familiares, el control adecuado de sus síntomas molestos, el soporte emocional, social y espiritual según sus creencias y una comunicación adecuada. Todos estos principios constituyen la esencia de los cuidados paliativos. Estos cuidados, como atención profesional no pretenden “dejar de hacer”, sino que intentan modificar la forma de sobrellevar el proceso de morir, favoreciendo que este proceso se produzca sin sufrimiento. Tampoco tratan de prolongar ni de acortar la vida.
 
Nuestra sociedad está envejeciendo y además está aumentando el número de personas que padecen un cáncer, así como otras enfermedades crónicas avanzadas y degenerativas. Para cualquier sociedad desarrollada, recibir una adecuada atención médica al final de la vida no debiera considerarse un privilegio, sino un auténtico derecho porque los cuidados paliativos dan respuesta al sufrimiento de las personas que padecen esas enfermedades avanzadas, incurables y en fase terminal. Estos cuidados han demostrado ser la alternativa más eficaz para aliviar dicho sufrimiento y acompañar a los familiares del enfermo. Donde se desarrollan este tipo de cuidados, demuestran su eficacia y su eficiencia, por ello se deben convertir en un derecho de todos los ciudadanos y en una prestación sanitaria básica. Los cuidados paliativos han demostrado eficiencia ya que provocan un impacto muy positivo sobre la calidad de vida del enfermo como el alivio de sus síntomas, una buena comunicación y relación médico paciente, así como un respeto a sus valores, apoyan a las familias, complementan al resto de las medidas médicas, influyen sobre los sistemas sanitarios y  además ahorran costes.
 
 
Pero aún, estos cuidados no son ni un derecho de todos ni se contemplan como una prestación sanitaria básica. Hasta el momento actual, su desarrollo no es armónico, los modelos son diferentes donde existen y su puesta en práctica es muy variable. Es lícito que los distintos planes contengan elementos diferenciales propios de cada una de las comunidades autónomas, pero es conveniente que contemplen un mínimo común  obligatorio donde se incluyan medidas formativas, medidas de coordinación entre niveles asistenciales, así como la consolidación de equipos específicos domiciliarios y hospitalarios.
 
¿Cuáles son las necesidades del enfermo y su familia cuando está llegando el final de su vida? Los que nos dedicamos a estos cuidados somos conscientes de sus necesidades y estamos convencidos que si las satisfacemos estaremos ayudando a vivir dignamente mientras llega su muerte. Tienen necesidad de que se les alivie el dolor y cualquier otro síntoma molesto; tienen derecho a que se les alivie el dolor. Tienen necesidad de que se les apoye emocionalmente; tienen derecho al apoyo psicológico. Tienen necesidad de ser acompañados durante su etapa final; tienen derecho a no morir en la soledad no deseada. Tienen necesidad de satisfacer sus necesidades espirituales; tienen derecho a recibir el apoyo espiritual que ellos deseen teniendo en cuenta sus creencias y sus valores. Por eso, insisto que la atención médica al final de la vida se ha de transformar de una necesidad en un derecho.
 
En el Día Mundial de los Cuidados Paliativos conviene recordar que la Medicina paliativa ha demostrado un rango asistencial y científico suficiente como para que sea impartida en todas las facultades de medicina por profesores que puedan acreditar una formación y experiencia clínica suficientes. Si esto no convence a algunas autoridades académicas, me permito recordarles que revisemos lo previsto por las directivas del espacio Universitario Europeo que prevé los cuidados paliativos como asignatura obligatoria. Por lo que el desarrollo de los Cuidados Paliativos en nuestro país también necesitan de voluntad académica. 
 
La voluntad política es un elemento decisivo para poder garantizar la adecuada atención a las personas al final de la vida. ¿Para cuándo esa ley nacional que garantice la dignidad de la persona en el proceso de morir a todos los ciudadanos de nuestro país? ¿Les cuesta tanto ponerse de acuerdo para garantizar este derecho? ¿Es que no se dan cuenta que sólo algunos ciudadanos tienen el privilegio de recibir estos cuidados? Cuando se entretienen con otros asuntos y dejan aparcada una vez más esta ley de cuidados paliativos, tengan presente que muchos ciudadanos se estarán muriendo acompañados de sufrimiento, sin ser atendidos como se mecen. ¿De quién será la responsabilidad? De los que sufren mientras se mueren, no; estoy seguro.
 
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