Un grupo de países europeos se han opuesto a que Irlanda pueda instaurar el “plain packaging” o empaquetado genérico en las cajetillas de tabaco que allí se vendan, entre los que se encuentra España, según expone el presidente del CNPT en este artículo que aprovecha para explicar el beneficio de dicha medida y para instar a las autoridades que no se desvíen del camino emprendido en la lucha antitabaco
Madrid, 2 de octubre 2014 (medicosypacientes.com)
“A mi no me representan”
Dr. Francisco Rodríguez Lozano
Médico y Dentista. Presidente del CNPT (Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo)
Nos hemos enterado por el Irish Times de que un grupo de países europeos, en virtud de una Directiva que se llama de mercado interno, y que pretende favorecer la libre circulación de productos dentro de la Unión Europea, se han opuesto a que Irlanda pueda instaurar el “plain packaging” o empaquetado genérico en las cajetillas de tabaco que allí se vendan. Y nos hemos enterado de que uno de los países opositores es España, al que se suman Bulgaria, Rumanía, la República Checa, Eslovaquia, Polonia, Grecia, Italia y Portugal.
Pero ¿que es eso del “plain packaging”? Pues es una medida que recomienda la OMS y que se incluye en el “Convenio Marco para el Control del Tabaquismo”, que 168 Estados, entre ellos la Unión Europea y la propia España han firmado hace años. En esencia consiste en que las cajetillas de tabaco no pueden llevar ningún tipo de logos o colores característicos, sino solamente el nombre de la marca en el mismo tamaño y forma para todos.
Se trata pues de acabar con el último reducto que les quedaba a las tabaqueras para hacer publicidad, los envases, ya que en la mayoría de los países la publicidad del tabaco está prohibida por ser un producto tóxico y muy adictivo.
El primer estado en el que se ha instaurado esta medida, Australia, donde desde 2012 todas las cajetillas son iguales, está muy satisfecho con los resultados, pues ha conseguido una disminución del número de fumadores, especialmente entre los más jóvenes y una mejora por tanto de la salud de sus ciudadanos junto con un ahorro en los costes sanitarios que el tabaquismo supone. Hay que decir que la medida no fue única, sino que vino acompañada de una subida importante en los precios, lo que sin duda ha contribuido también a esa bajada en el consumo.
A los pocos días de que nuestro país se sumase al grupo de oposición a que Irlanda protegiese a sus ciudadanos, Francia anunció que iba a hacer lo mismo que Irlanda, y supimos que el Reino Unido y Finlandia han anunciado la misma medida. Suponemos que España volverá a oponerse, pero sinceramente creemos (y esperamos) que con poco éxito.
La posición de nuestro Gobierno, que no de nuestro país, pues estoy seguro de que más de un español no comparte su postura, y doy fe de que la gran mayoría de los profesionales sanitarios no lo hacen ?a mí, desde luego, no me representan-, es en realidad una cesión ante la presión de los lobbies de la mortífera industria tabaquera, a la que han hecho caso algunos países, curiosamente aquellos en los que la corrupción sigue presente a día de hoy entre muchos de sus políticos, pero afortunadamente a la que se han resistido los más sensatos y con más tradición democrática. Es de esperar que el Gobierno irlandés conteste ante la Comisión Europea a las alegaciones presentadas y esta dé el visto bueno a la modificación legislativa, a la que seguirán la de Francia, Reino Unido, Finlandia, y poco a poco del resto. Es una pena que España, que estuvo con las últimas leyes de tabaco, a la cabeza de Europa en protección de la salud de sus ciudadanos, pase a estar en el vagón de cola, aunque tendrá que adoptar en su día (tiempo al tiempo) lo que ahora rechaza para otros.
¿De verdad alguien se puede creer que España no va a poder vender su tabaco en Irlanda si su gobierno pide que las cajetillas sean menos atractivas para los jóvenes? ¿Es que vendemos mucho tabaco español en Irlanda? Y es que si se vende, ¿no habría que hacer cajetillas distintas, al menos en inglés, de las que se venden en España? Porque la dificultad para la libre circulación debería ser la misma si el idioma es distinto.
Seamos serios. Las multinacionales tabaqueras están muy preocupadas ante lo que parece inevitable y han extendido toda su influencia y presiones para retrasar, que no evitar, pues es imposible, una medida de salud pública que les podría hacer menguar sus cuentas de beneficios. Al ir conociéndose la eficacia de esta medida, es de esperar que se vaya adoptando paulatinamente por toda Europa y por todo el mundo, como ocurrió no hace mucho con la prohibición de la publicidad o el patrocinio de eventos deportivos, algo impensable hoy en día en cualquier país que se llame democrático.