El 38º Congreso Nacional de Sermergen celebró en Santiago de Compostela un debate sobre la homeopatía en el que participó el Dr. Jerónimo Fernández Torrente, vicesecretario de la OMC, quien puso en evidencia la “gran paradoja” de que en España exista una regulación de los productos homeopáticos y, a la vez, haya un “vacío legal y científico experimental reconocido” en la formación de los profesionales
“No hay una regulación oficial académica sobre la formación de los profesionales con rango legal de reconocimiento académico ni científico experimental y, por supuesto, ningún control sobre el ejercicio profesional de la actividad terapéutica homeopática, que es una actividad sanitaria que ha dado lugar a dicho mercado”, precisó el Dr. Fernández Torrente.
Hizo un repaso a los aspectos legislativos y de regulación de la práctica homeopática y otras TTNC para concluir que “existe un vacío de regulación legal, científico experimental y profesional respecto a otros países europeos”. El título del documento que en 2011 publicó el MSSSI sobre terapias naturales titulado “el primer documento de análisis de situación de las terapias naturales en España” recoge, en su opinión, ese “retraso regulatorio”.
El vicesecretario de la OMC participó en el la mesa “Homeopatía ¿a favor o en contra? en la que intervino también el Dr. Gualberto Díaz Sáez, médico de Familia, miembro del Grupo de Trabajo de Homeopatía de Semergen, en un debate moderado por el periodista Antonio Mingarro.
El Dr. Fernández Torrente, quien inició su intervención declarando su “ausencia de conflicto de interés” con la industria sobre el tema objeto de debate, manifestó que la corporación médica colegial a la que representa “no está a favor de la denominada Medicina Homeopática, ni del reconocimiento de la Homeopatía como terapia no convencional hasta que demuestre su validez científica y su efectividad terapéutica más allá de un placebo” e hizo una exposición del tema en cuestión desde una “visión crítica, estructurada, desde la razón y la legislación”.
Para empezar, hizo referencia al debate semántico en torno a las llamadas “medicinas alternativas”, entre ellas la homeopatía, y dijo que, aunque muchas de estas prácticas están reconocidas de manera académica en algunos países, el criterio de la OMC es “no reconocer de ninguna manera más Medicina que la científica convencional en la que se basan nuestros Sistema Sanitarios en el entorno Europeo y que debemos preservar por la seguridad de ciudadanos y pacientes”, y denominarlas Terapias-Técnicas No Convencionales (TTNCs) “en tanto no exista una titulación oficial y un reconocimiento legal que ampare su ejercicio regulado y acredite su solvencia”.
Describió la realidad de estas técnicas que el 23,6% de la población ha utilizado alguna vez, según un estudio de 2008 realizado por el Observatorio de Terapias Naturales. Una actividad a la que se dedica entre 10.000 y 15.000 médicos entre naturistas, homeópatas y acupuntores y que cuenta con 54 asociaciones de Médicos Homeópatas. Existen 28 laboratorios homeopáticos en España.
En un análisis crítico de las TTNC, el Dr. Fernández Torrente aludió a la ausencia de un campo asistencial delimitado, a la “notable fragmentación” de técnicas y procedimientos; a la “incertidumbre como condicionante de sus actuaciones asistenciales ante la escasez de evidencias científicas que la avalen”; a la “carencia de controles de calidad internos y externos”, objetivos y contrastables en lo referente a los aspectos asistenciales, docentes y formativos; a la formación fluctuante, “escasamente estructurada y generalmente no acreditada” y a la interacción con la comunidad científica “puramente anecdótica”.
Y precisó que es en este contexto de “incertidumbre científica, de diversidad de competencias profesionales, de heterogeneidad de la práctica y de escasez de controles de calidad de su actividad” en el que “nos movemos habitualmente” cuando hablamos de la Homeopatía y otras TTNCs lo cual “hace muy difícil entender el proceso homeopático desde un punto de vista académico y científico”.
Sobre la postura de la OMC al respecto de las TTNC precisó que “no nos oponemos a que los médicos integren en su práctica clínica las terapias o técnicas que consideren adecuadas para el tratamiento de sus pacientes siempre que se ajusten a los criterios científicos y éticos que le exigimos a todo acto o actuación médica y estén basados en evidencias / pruebas , efectividad y seguridad para el paciente , aspectos que hoy por hoy la práctica homeopática no puede asegurar”.
Es por ello –añadió- que “no reconocemos actos que tienen un vacío legal” y, sobre los requisitos de prescripción y dispensación, afirmó rotundo que “no aceptaremos que productos o medicamentos homeopáticos sin indicación terapéutica alguna se les exija para su prescripción y dispensación receta médica”, teniendo en cuenta, entre otras cuestiones, que “no son de prescripción obligatoria, son de venta libre en oficinas de farmacia y parafarmacia; no están sujetos a evidencias, evaluaciones ni registros, no disponen de prospecto ni indicación explícita y carecen de código nacional de fármaco”, saltándose -precisó- la mayoría de ellos las normas generales de control y evaluación que la Agencia Española del Medicamento exige al resto de los medicamentos convencionales .
Concluyó reiterando “el vacío legal de titulación que ampare el ejercicio regulado” y la consideración de la aplicación de algunos procedimientos de TTNC como “acto sanitario” y no un “acto médico en sensu estricto”, aunque “será parte del acto médico –dijo- cuando esté realizado por un médico y dicho acto esté sometido a los mismos criterios éticos y científicos de las otras actividades médicas reguladas”.
Dr. Diaz Saéz considera que la homeopatía “es una práctica clínica basada en datos científicos”
Dr. Diaz Saéz, médico que ejerce la homeopatía en Oncología integrativa en Imohe/Ruber, en su defensa de esta práctica, aludió a varios estudios que ponen de manifiesto el “efecto biológico de las dilaciones dinamizadas” o los resultados clínicos “similares al conjunto de intervenciones médicas”.
Aludió a estudios concretos sobre la disminución de las secreciones tranqueobronquiales en enfermos de una unidad de cuidados intensivos; el “efecto holísitco” en mujeres periomenopausicas, o el aumento de las defensas (78,5%) de enfermos de cáncer.
Aunque reconoció que la “efectividad” de los productos homeopáticos está discutida, defendió su utilización desde el aspecto ético, teniendo en cuenta que hay “pacientes interesados, son compatibles con otras intervenciones y no tienen interacciones” y también los consideró una oportunidad para reducir el consumo de “antinflamatorios, antidepresivos, ansiolíticos y antibióticos”.
Desde el punto de vista legal, defendió que los productos homeopáticos son medicamentos porque lo dice la ley y, sobre si deben de ser o no médicos quienes practiquen la homeopatía, dijo que en unos países si y en otros no.
Aludió al Decálogo sobre homeopatía del Grupo de Trabajo de Homeopatía de Semergen y a la “Declaración de las sociedades científicas homeopáticas de España” que, entre otras cosas, defiende que “la homeopatía se integra en la práctica clínica habitual”, que “está basada en datos científicos”, que los pacientes, adecuadamente informados, tienen la libertad de elección del tratamiento más adecuado; que “utiliza medicamentos, con las garantías que ello conlleva” y que los profesionales cuentan con una “formación completa y rigurosa sobre terapéutica homeopática”.
Tras felicitar al Dr. Fernández Torrente por su exposición, emplazó a la OMC a ayudarles en la búsqueda de una solución para que se solvente la situación de los médicos homeópatas, que “ofrezca garantías por el bien del paciente”.
Estos posicionamientos discrepantes entorno a la homeopatía quedaron reflejados en el debate posterior con el público asistente. Mientras Alberto Sacristán, médico de familia y homeópata, defendió la postura a favor y el trabajo de las 54 sociedades integradas en la Asamblea Nacional de Homeopatía, la doctora Mª Jesús Almansa, presidenta de Semergen en Castilla-La Mancha habló de la “nebulosa” que envuelve estas prácticas y cuestionó que “una sociedad que se llama científica como Semergen acoja a estos grupos que no tienen evidencia”.