El autor de este artículo, el miembro de la Comisión Central de Deontología de la OMC Tomás Casado Gómez, expone a lo largo de este artículo una serie de estrategias para mejorar la relación entre médicos y con otros profesionales de la salud. En este sentido, el doctor Casado considera que algunos conflictos entre médicos se evitarían con comportamientos más reflexivos y con un conocimiento real y más profundo del CDM
Madrid, 9 de mayo 2013 (medicosypacientes.com)
Las relaciones de los médicos entre si y con otros profesionales de la salud
Tomás Casado Gómez.
Miembro de la Comisión Central de Deontología de la OMC
La labor fundamental de las Comisiones de Deontología es asesorar a las Juntas Directivas y velar por la aplicación del Código de Deontología Médica (CDM). Así mismo, realizar los análisis y la valoración de las denuncias y reclamaciones de los pacientes y de los conflictos entre los profesionales. De su ecuanimidad y seriedad resolutiva depende en parte la credibilidad de la profesión, alejando con ello posibles fantasmas de corporativismo.
Hoy en día es cada vez más frecuente recibir una denuncia entre colegas, por supuesta infracción del CDM y concretamente de su capítulo VIII, donde se regulan las relaciones de los médicos entre sí.
La gestión disciplinaria de los Colegios de Médicos, hecha conforme a la normativa deontológica y según el procedimiento correcto, es el ejercicio legítimo de una ineludible responsabilidad. Los conflictos que surjan entre colegiados deben resolverse en el ámbito colegial por las Comisiones de Deontología y las Juntas de Gobierno Colegial.
Algunos conflictos entre médicos se evitarían con comportamientos más reflexivos y con un conocimiento real y más profundo del CDM.
Así, en el ámbito asistencial, en servicios o equipos jerarquizados tanto en la medicina hospitalaria como ambulatoria, se pueden producir conflictos entre sus componentes, por un trato personal desconsiderado, un trato impositivo a nivel profesional, o un trato de menosprecio sobre todo manifestado en público.
El liderazgo consecuente con la valía es la principal razón y base de una buena armonía y de evitación de conflictos entre compañeros. Se deben evitar desequilibrios en las obligaciones asistenciales y la sobrecarga de algunos originada por otros.
Por otra parte, la actividad asistencial implica a profesionales de diferentes ámbitos que deben buscar entre sí la mejor respuesta para la buena atención de los pacientes. Es muy importante una buena relación y el respeto mutuo entre colegas de las diferentes profesiones sanitarias.
La relación entre los profesionales de la medicina y otros profesionales de la salud debe ser siempre cordial, con especial relevancia en la práctica asistencial diaria entre médicos y enfermeros, que en general es considerada una relación asimétrica. En Atención Primaria, por ejemplo, los profesionales de la medicina y de la enfermería trabajan codo con codo. Cada cupo de pacientes es atendido por ambos profesionales, cuyas funciones y perfiles de acción son distintos y complementarios.
No se suelen producir conflictos por la diferencia en conocimientos o capacidades, pues cada colectivo tiene bien diferenciadas las responsabilidades. La causa fundamental de problemas es la deficiente comunicación entre ambos colectivos, hecho especialmente importante, ya que es bien conocido que una fluida comunicación es un elemento clave en la correcta asistencia a los pacientes.
Las estrategias para una mejora de la relación, puede basarse en:
-Reconocimiento y valoración del otro.
-Capacitación profesional.
-Conocimiento de técnicas de comunicación.
Estudios y encuestas también ponen de manifiesto la especial consideración que tiene el farmacéutico para el médico pero sintiéndolo infrautilizado en la sanidad. Ello es especialmente importante en el caso del paciente mayor, crónico y poli-medicado.
No hay que olvidar la necesaria relación con otros muchos profesionales como fisioterapeutas, psicólogos clínicos, veterinarios, trabajadores sociales, etc.
Conclusiones:
-Las relaciones entre profesionales de la medicina y de estos con otros profesionales de la salud, en todo caso, deben estar siempre presididas por el respeto a la dignidad de la persona.
-Son obligadas, la cooperación, el respeto, la lealtad y la integridad en las relaciones respetando las actuaciones de los demás.
-Las divergencias, diferencias y críticas se harán en las sedes, foros y formas adecuadas a las obligaciones y derechos. Nunca las diferencias pueden derivar en daño o escándalo, ni se justificarán injurias a un colega ni siquiera en forma sutil. Se evitarán las polémicas públicas, recordando el valor que tienen las sedes profesionales, los Colegios de Médicos y su capacidad de arbitraje, con especial trascendencia de las Comisiones Deontológicas.
-Los Colegios Profesionales tienen la delegación del Estado para controlar la conducta de sus colegiados, siendo las normas de deontología profesional algo más que simples tratados sin consecuencias en el orden disciplinario.
-El Código de Deontología Médica debe ser conocido efectivamente por todos los médicos. Debe estar encima de su mesa de trabajo y debe ser usado y revisado frecuentemente.
-Las relaciones que vinculan a los médicos entre sí no son ordinarias pues imponen deberes que están por encima de la norma común.
Como colofón, entiendo que son imprescindibles para una buena relación entre médicos y en general con todos los profesionales de la salud:
– Profesionalidad, respeto, educación, sentido común y sentido del deber.
– Amor y servicio, al paciente y a la profesión.
Quizás con estos ingredientes no se dé el caldo de cultivo que alimenta los conflictos y si el que basa unas buenas relaciones interprofesionales.