sábado, mayo 4, 2024

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Dr. Andrés Íñiguez: «Es crítico incidir en la información y formación en los colegios y en el entorno familiar para crear conciencia y hábitos cardiosaludables»

Esta semana Médicos y Pacientes entrevista para el suplemento del sábado al Dr. Andrés Íñiguez, presidente de la Fundación Española del Corazón, que aborda las principales necesidades en la prevención de las enfermedades cardiovasculares. Estas enfermedades son la primera causa de muerte en nuestro país, pero es necesario "crear una concienciación de la ciudadanía del impacto tan negativo que provocan"

Usted como profesional de la Cardiología, ¿cuáles diría que son los actuales retos en cuanto a la salud, y concretamente a las enfermedades o patologías cardiovasculares en nuestra sociedad?

 
Desde mi punto de vista tenemos ante nosotros dos grandes retos. Por una parte, el desarrollo de programas de promoción de la salud cardiovascular, y en segundo lugar, la necesaria concienciación de la sociedad civil del impacto tan negativo que tienen las enfermedades cardiovasculares, tanto desde el punto de vista asistencial en el sistema sanitario, como en el ámbito económico, social, laboral y personal.
 
A pesar de que cada vez hay más información en cuanto a los hábitos saludables, todavía falta mucha educación en salud, ¿qué cree que es necesario cambiar para que la ciudadanía esté más concienciada de la importancia de estos buenos hábitos? 
 
Lo que falta es fundamentalmente información y formación. Le voy a poner unos ejemplos. Si se le pregunta a cualquier persona, ¿cuál es la primera causa de muerte? La mayoría le dirán que el cáncer. Sin embargo, no es así. La primera causa de muerte en España son las enfermedades cardiovasculares. Con casi 120 000 fallecimientos cada año. Sin embargo, no se tiene conciencia de ello. Y eso es lo que hay que crear, una concienciación del ciudadano del impacto tan negativo que provocan las enfermedades cardiovasculares, en años de vida perdidos, en calidad de vida perdida, en costes socioeconómicos y en morbilidad. Para ello habrá que realizar los adecuados programas de comunicación dirigidos hacia la sociedad civil.
 
Otro ejemplo. Usted es consciente de las campañas divulgativas dirigidas a prevenir los accidentes de tráfico, que han conseguido que solo fallezcan por esta causa menos de 1000 personas al año. Y lo han conseguido con campañas de publicidad, con inversiones en medios de comunicación. Me gustaría que las instituciones que ponen recursos para prevenir esos 1000 fallecimientos por accidentes de tráfico al año, pusiesen la misma cantidad de recursos en comunicación en proporción para un problema cien veces mayor, y así poder prevenir los casi 120 000 fallecimientos anuales por enfermedades cardiovasculares. Lo contrario es bastante ilógico.
 
¿Cuáles diría que son las recomendaciones fundamentales para que las personas gocen de una buena salud cardiovascular?
 
Es fundamental que todas las iniciativas destinadas a mejorar o promover una mejor salud, en este caso cardiovascular, se inicien desde la más precoz infancia. Es crítico incidir en la información y formación en los colegios, junto a la extensión de estas iniciativas en el entorno familiar, pues en ambos medios es donde se puede crear conciencia y hábitos cardiosaludables que reduzcan la posibilidad de enfermar en el futuro. Concretamente hay que evitar hábitos tóxicos (tabaco, alcohol, o cualquier otro tóxico), fomentar el hábito de ejercicio regular, acceder a una alimentación sana, evitar el sobrepeso y crear entornos cardiosaludables.
 
Desde la Fundación Española del Corazón trabajan intensamente para difundir la importancia de cuidarse para estar sanos, ¿qué acciones son las que están funcionando mejor hasta el momento?
 
Aunque la mayoría de los programas institucionales de la FEC, hasta ahora, se han dirigido hacia el ámbito preventivo de la enfermedad cardiovascular y del control de los factores de riesgo cardiovasculares, es hora de que nos volquemos hacia programas que actúen más precozmente, y promuevan la salud. En este sentido la FEC ya realiza actividades como el Programa de Alimentos Cardiosaludables (PASFEC), cuyo objetivo es conceder el sello FEC de alimento cardiosaludable. Al mismo están adheridas 40 empresas adscritas con un total de 332 referencias de alimentos cardiosaludables. De forma que la aceptación de cualquier producto para tener el sello FEC pasa por la evaluación de un Comité de Nutrición formado por profesionales altamente cualificados en el ámbito nutricional. También desde hace años se está desarrollando Programa de Empresas Cardiosaludables (PECS), cuyo objetivo es el de conceder el sello FEC de empresa cardiosaludable. Al mismo están adheridas 10 empresas, con más de 76 000 empleados. En este programa se ofrece información y formación cardiosaludable, se dan charlas, se elabora una “Newsletter” periódicamente, y se realizan talleres de Nutrición-Alimentación. Desde hace años también celebramos la Carrera Popular del Corazón y la Marcha Cardiosaludable, con un objetivo: promover el beneficio del deporte y del ejercicio regular. 
 
Pero aun debamos acabar de desarrollar más iniciativas para conseguir el objetivo propuesto como los Nuevos programas enfocados a crear “Ciudades Cardiosaludables” a través de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), el programa de eliminación del riesgo cardiovascular desde la infancia, o el programa de salud medioambiental (SEC-FEC VERDE).
 
 
¿Es importante la educación en salud en las edades más tempranas?
Este aspecto es crítico. Es necesario implementar una guía con consejos para darlos a conocer en los colegios, y en al ámbito familiar, para llevar una infancia más cardiosaludable, dar a conocer que hábitos pueden repercutir negativamente en el desarrollo del niño y de las iniciativas que deberían ponerse en marcha, si queremos evitar que, en un futuro, los más pequeños tengan un mayor riesgo de padecer enfermedades o sufrir un evento cardiovascular. Deberemos utilizar mensajes positivos, como por ejemplo ¿en qué mejora nuestra vida si cuidamos nuestra salud cardiovascular?
 
Son mensajes tipo: Reducir el número de calorías ingeridas (controlar las porciones, la cantidad que come, y el tipo y calidad de los alimentos). No usar la comida como recompensa por el buen comportamiento del niño. Restringir bebidas azucaradas y bollería industrial. Aumentar el nivel de actividad física y realizar actividades deportivas que sean del agrado del niño. Limitar el tiempo de sedentarismo (el tiempo de ver la televisión o jugar con videoconsolas).
 
Le voy a poner un ejemplo. El sobrepeso y la obesidad son catalogados, hoy en día, como uno de los principales problemas de salud a nivel mundial, siendo especialmente preocupantes las cifras en niños y adolescentes. Pues ya en 2016 se calculaba que más de 41 millones de niños menores de cinco años en todo el mundo tenían sobrepeso o eran obesos. De todos los factores evitables, la obesidad infantil, que se ha convertido en un problema prioritario de salud pública en todo el mundo, tanto en países desarrollados como en países en vías de desarrollo.
 
Según la OMS, en la primera década del siglo XXI, alrededor del 20% de los niños y adolescentes europeos tenían sobrepeso, y un tercio, obesidad.
 
La obesidad infantil y juvenil en España tiene en la actualidad una prevalencia del 10,3%: un 11,2% en chicos y un 9,4% en chicas. Su relevancia radica en que persiste en la adolescencia y la vida adulta. Se estima que alrededor del 55% de los niños obesos y el 70% de los adolescentes obesos padecerán esta enfermedad de adultos, incrementando el riesgo de sufrir una muerte prematura.
 
La obesidad y el sobrepeso están asociadas a otros factores de riesgo cardiovascular, tales como la hipertensión arterial o el colesterol elevado; con las enfermedades cardiovasculares y diversos tipos de cáncer; así como con la mortalidad prematura. La obesidad infantil, aunque bastante silenciosa, produce diabetes tipo 2, que típicamente antes solo se veía en los adultos.
 
En la mayoría de los casos, la causa de la obesidad es el consumo de un elevado número de calorías innecesarias y la falta de ejercicio físico.
 
En este sentido la OMS recomienda que entre los 5 y los 17 años se debería dedicar, “como mínimo, 60 minutos diarios a actividad física”, en el marco de una alimentación saludable y un bienestar emocional.
 
Y este es solo uno de los aspectos que debiéramos cuidar. Imagínese la tarea que tenemos por delante.
 
¿Qué actores podrían contribuir en esta labor de difundir hábitos saludables? ¿Cuál debe ser el papel de los profesionales de la Medicina?
 
En mi opinión, lo más importante es implicar a educadores, profesores y al entorno familiar, pues es donde ahí donde se debería actuar precozmente. Desgraciadamente, los profesionales de la Medicina solo podemos colaborar en impartir información y formación a los colectivos anteriormente mencionados, y colaborar en todos los programas de promoción de la salud y prevención de la enfermedad. Pero, por desgracia, nuestra actuación mayor es cuando ya se manifiesta le enfermedad, y es eso lo que debemos evitar.
 
En cuanto a la práctica de ejercicio, existe cierta tendencia entre personas adultas por realizar actividades como carreras o triatlones, ¿cómo deben iniciarse las personas en este tipo de deportes? 
 
Toda actividad física, especialmente las de alta carga de ejercicio deben ser previamente analizadas y verificada la condición de salud del individuo. Hoy día tenemos herramientas para saber cuál es la condición física de cada uno, y poder programar el ejercicio adecuado, siempre de tipo aeróbico. De menos a más, progresivamente, con el entrenamiento adecuado.  No es recomendable iniciar una actividad física, y mucho menos actividad altamente demandante como carreras o triatlones, sin antes tener la seguridad de la salud cardiovascular del sujeto. 
 
¿Es diferente para aquellos que no han practicado deporte durante la infancia y/adolescencia? ¿Cuáles son los factores de riesgo, si existen, de que una persona empiece con demasiada intensidad sin tener una base previa?
 
Obviamente, una persona que lleve desarrollando una actividad física regular desde la infancia, estará en las mejores condiciones de cara a practicar cualquier deporte, que aquel otro que se inicie en la edad adulta. Pero es factible, con el entrenamiento adecuado, con una actividad física progresiva, tras una valoración de su condición física y de su capacidad de ejercicio, llegar a practicar un deporte regularmente. Para ello hay que asegurarse de que no se tiene hipertensión arterial, u otros factores de riesgo (diabetes) no controlados. E incluso, la actividad física controlada y adecuadamente adaptada a la condición de cada persona contribuirá al mejor control de los factores de riesgo clásicos (hipertensión arterial, obesidad, diabetes, hábito tabáquico).
 
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