Diez factores de riesgo que se pueden modificar son responsables de nueve de cada diez ictus en todo el mundo, aunque la clasificación de esos factores varía regionalmente, según concluye un estudio dirigido por investigadores del Instituto de Investigación de Salud de la Población (PHRI, por sus siglas en inglés) de la Universidad de McMaster, en Hamilton, Ontario, Canadá
Prevenir el accidente cerebrovascular es una prioridad importante de salud pública, pero la variación según la región debe influir en el desarrollo de estrategias para reducir el riesgo de accidente cerebrovascular, proponen los autores del estudio, publicado en ‘The Lancet’.
El ictus es la principal causa de muerte y discapacidad, especialmente en los países de bajos y medianos ingresos. Los dos tipos principales de accidente cerebrovascular son isquémico, causado por coágulos de sangre y que representa el 85% de los infartos cerebrales, y hemorrágico o hemorragia en el cerebro, que supone el 15% de los accidentes cerebrovasculares.
El estudio, dirigido por los doctores Martin O’Donnell y Salim Yusuf, del Instituto de Salud de la Población de McMaster y colaboradores de 32 países, se basa en los resultados de la primera fase del estudio ‘INTERSTROKE’, que identificó diez factores de riesgo modificables para el accidente cerebrovascular en 6.000 participantes de 22 países. Este análisis a gran escala de ‘INTERSTROKE’ añadió 20.000 personas de 32 países de Europa, Asia, América, África y Australia, y trató de identificar las principales causas de accidente cerebrovascular en diversas poblaciones, jóvenes y viejos, hombres y mujeres, y dentro de los subtipos de ictus.
La hipertensión, el factor más importante en todas las regiones
“Este estudio tiene el tamaño y el alcance para explorar los factores de riesgo de accidente cerebrovascular en las principales regiones del mundo y dentro de poblaciones clave”, subraya O’Donnell, investigador principal de PHRI y profesor de Medicina Traslacional en el Centro de Investigación HRB-Clínica, NUI Galway. “Hemos confirmado los diez factores de riesgo modificables asociados con el 90% de los casos de ictus en todas las regiones, en jóvenes y mayores y en hombres y mujeres. El trabajo también confirma que la hipertensión es el factor de riesgo modificable más importante en todas las regiones, y el objetivo clave en la reducción de la carga de ictus a nivel mundial”, añade.
Los investigadores analizaron los diferentes factores de riesgo y determinaron la proporción de accidentes cerebrovasculares que se podrían evitar si el factor de riesgo desapareciera. El número de ictus se reduciría prácticamente a la mitad (48%) si se eliminara la hipertensión; en más de un tercio (36%) si las personas fueran físicamente activas; y casi una quinta parte (19%) si llevaran una alimentación mejor. Además, esta proporción caería un 12% si se eliminara el tabaquismo; un 9% si no hubiera causas cardiacas; 4% con desaparición de la diabetes; 6% si no se bebiera alcohol; 6% en caso de no haber estrés y un 27% sin la presencia de lípidos (el estudio utilizó apolipoproteínas, que resulan ser mejor predictoras de apoplejía que el colesterol total).
Se sabe que muchos de estos factores de riesgo también están vinculados entre sí (como la obesidad y la diabetes) y cuando se combinaron juntos, el total de los diez factores de riesgo fue del 91% y similar en todas las regiones, grupos de edad y en hombres y mujeres.
Sin embargo, la importancia de algunos factores de riesgo parecía variar según la región. Por ejemplo, la importancia de la hipertensión varió de prácticamente el 40 por ciento en Europa Occidental, América del Norte y Australia y el 60% en el sudeste asiático. El riesgo de alcohol fue más bajo en Europa Occidental, América del Norte y Australia, pero más elevado en África y el sur de Asia, mientras que el impacto potencial de la falta de actividad física fue más alto en China.
Un ritmo cardiaco irregular, o la fibrilación auricular, se vinculó significativamente con accidente cerebrovascular isquémico en todas las regiones, pero era de mayor importancia en Europa Occidental, América del Norte y Australia, que en China o el sur de Asia. Sin embargo, cuando los diez factores de riesgo se incluyeron juntos, su importancia colectiva fue similar en todas las regiones. “Nuestros resultados permitirán desarrollar intervenciones globales a nivel de población para reducir el derrame cerebral y estos programas pueden ser adaptados a las distintas regiones”, señala Yusuf, profesor de Medicina en la Escuela de Medicina de McMaster y director del PHRI. “Esto incluye una mejor educación para la salud, alimentos saludables más asequibles, evitar el tabaco y medicamentos más asequibles para la hipertensión y la dislipidemia”, propone