Médicos y Pacientes entrevista a Agustín Santos Maraver, presidente de la Comisión de Sanidad desde el pasado mes de diciembre, para conocer el plan de acción de esta comisión para la XV legislatura en materia de salud y las posibles soluciones a la crisis que atraviesa actualmente nuestro Sistema Nacional de Salud.
Santos Maraver, diputado por SUMAR y anteriormente Representante Permanente de España ante Naciones Unidas, destaca la importancia de asegurar elementos finalistas de financiación sobre la base de carteras de servicios homogéneas y protocolos terapéuticos para evitar desigualdades territoriales en materia de salud y resalta a los profesionales como el principal activo de nuestro modelo.
¿Cuáles son sus objetivos y los de la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados para esta legislatura?
La Comisión de Sanidad es el principal órgano parlamentario de control del Ministerio de Sanidad, que aplica el programa del gobierno en uno de los pilares esenciales del Estado de Bienestar. Podemos estar orgullosos de nuestra sanidad pública, una de las mejores del mundo. Pero la pandemia del Covid ha puesto en evidencia sus limitaciones e infra-financiación después de años de recortes y la necesidad de una puesta al día de nuestro modelo descentralizado. Alentar un espacio para estos debates, desarrollar consensos para las reformas y mantener un diálogo permanente con las instituciones, los profesionales de la sanidad, la industria farmacéutica y las organizaciones de pacientes y sindicales son parte de la tarea encomendada al presidente de la comisión.
Una de las grandes demandas de los profesionales sanitarios desde hace años es un pacto de Estado por la Sanidad ¿Cree que es factible o hay demasiada polarización? ¿Cuáles deberían de ser las líneas básicas de un futuro pacto de Estado?
El objetivo debe ser un pacto de estado y un pacto social sobre la base de la defensa de la sanidad pública, su universalidad y la ampliación de su cartera de servicios. El consenso necesario hay que construirlo mediante el diálogo y siendo conscientes de los intereses en juego, sobre los que debe primar el bien común. Paso a paso, hay que avanzar en este camino. Nuestro marco jurídico, las Leyes generales de 1986 y 2011 y la Ley 15/97 necesitan una puesta a punto para responder a retos a los que nos enfrentamos como la salud mental, la salud ambiental, la atención primaria, los salarios y las condiciones de trabajo de nuestros profesionales, el desarrollo de una industria farmacéutica pública, así como la creación del Instituto de Salud Pública…y hay que estructurar el diálogo social con profesionales y pacientes.
Existen 17 servicios de salud lo que a veces provoca inequidades ¿Hay igualdad en materia de asistencia sanitaria en nuestro país o la sanidad depende del código postal? En caso de haberlas ¿Cómo se pueden solucionar?
La Ley 15/97 se ha convertido en un motor de tensión y de desigualdad. Es imprescindible, junto a las transferencias de competencias para la gestión cercana de la sanidad, la existencia de un modelo consensuado que refuerce la universalidad del sistema público. Y asegurar elementos finalistas de financiación sobre la base de carteras de servicios homogéneas y protocolos terapéuticos que eviten desigualdades territoriales.
¿Debería salir de una Comisión de Sanidad un consenso acerca del porcentaje de PIB destinado a sanidad?
Los presupuestos anuales que aprueba el Congreso vienen precedidos de un debate sobre necesidades y recursos. No se puede obviar el carácter cíclico de nuestro gasto social, pero debe haber un consenso de que en sanidad no puede haber recortes, aunque si un esfuerzo continuo de racionalización. Nuestra sanidad pública es de las más rentables del mundo en términos de su eficacia. Pero las necesidades crecen, la población envejece y la cartera de servicios debe ser consolidada y ampliada, al tiempo que cuidamos a quienes nos cuidan. Hay margen, sin duda, para seguir ampliando nuestro gasto en sanidad y hacerlo coherente con el conjunto de las políticas sociales públicas, en un concepto global de la salud y el bien vivir.
En los últimos años se han incrementado los casos de profesionales sanitarios con problemas relacionados con la salud mental y el burnout ¿Debería de haber un plan específico en sanidad para cuidar del que nos cuida?
El esfuerzo que han hecho nuestros profesionales de la sanidad ha sido reconocido por toda la sociedad durante la epidemia del Covid. Todos somos conscientes de que lo han dado todo en situaciones a veces dramáticas, que implican daños colaterales para ellos mismos. Cuidarlos es imprescindible, porque el principal activo de nuestra sanidad pública son sus profesionales, a todos los niveles. Hay que poner los medios y el seguimiento para ello, en diálogo constante con organizaciones profesionales, sindicatos y organizaciones de pacientes.
Según datos de la Organización Médica Colegial, el 50% de los médicos están quemados ¿Qué soluciones existen para poder arreglar esto? ¿Qué propuestas puede hacer la Cámara Baja para abordarlo?
Cómo he señalado, es imprescindible abordar de cara el problema, escuchar en la Comisión a los representantes de las diferentes categorías de profesionales, construir en el diálogo un consensosobre formación, plantillas, condiciones laborales, salarios, acompañamiento psicológico que permita al Ministerio de Sanidad orientar y a las Comunidades ejecutar estos acuerdos.
La Atención Primaria es una de las tareas más urgentes que deben de afrontar los ejecutivos ¿Por dónde se debe empezar?
Por otorgarle la prioridad que tiene. Dedicarle los recursos y aumentar las plantillas para que los médicos y enfermeras de primaria tengan de entrada el tiempo suficiente para tratar a los pacientes sin tener que derivarlos a urgencias y se acaben colapsando nuestros hospitales y en vez de recortar las listas de espera, aumenten a todos los niveles. Se conocen las soluciones. Hay que superar los intereses particulares que las bloquean.
Actualmente y tras la pandemia la salud mental se ha alzado como un tema de máxima preocupación ¿Es suficiente el Plan de Salud mental puesto en marcha por el Gobierno? ¿Por qué?
Hay que dar el tiempo suficiente para hacer un balance del Plan. Como toda política pública exigirá ensayos, pruebas y correcciones. Lo importante es el diálogo entre todos para hacerlos posibles y hacer un seguimiento científico sobre el que construir un consenso más amplio y preciso.
En su opinión ¿hace falta reconstruir el Sistema Nacional de Salud tal y como lo conocemos hoy en día? ¿hacia que modelo debe de dirigirse?
La palabra reconstruir me parece excesiva. Las políticas públicas sanitarias deben tener un carácter acumulativo de reformas, asegurando el consenso de los sectores implicados. El papel central orientativo corresponde al Ministerio de Sanidad, mientras que las comunidades autónomas deben ejecutar esas líneas generales. En caso de desigualdades, lo esencial es la prioridad de lo público, el acceso igualitario y universal a las carteras de servicios homogéneas, aunque adaptadas a los territorios, que se puede incentivas con orientaciones finalistas en las transferencias financieras, de la misma manera que ocurre entre la Unión Europea y los estados-miembros.
¿Cómo valora el dictamen del Congreso de los Diputados en relación a la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica? ¿Van a utilizarlo desde la Comisión de Sanidad?
El papel de los fondos New Generation europeos y el desarrollo del modelo país que exige el Plan de Reconstrucción Social y Económica es una oportunidad única para la modernización de nuestros sistemas sociales, incluidos los sanitarios. Frente a las políticas de austeridad aplicadas en la Gran Recesión de 2007-2008, la respuesta a las crisis del Covid y de la inflación ha sido muy distinta gracias a la Unión Europea. Pero es responsabilidad de cada estado-miembro consensuar un modelo concreto de aplicación, en nuestro caso, progresista y que sitúa la satisfacción de los derechos sociales universales que son la base de la ciudadanía democrática a otras consideraciones e intereses privados.
¿Cómo es su relación con la actual ministra de Sanidad? ¿Pertenecer a la misma formación política puede ayudar a potenciar las medidas planteadas por el Congreso?
Compartir el proyecto político y social es importante, y eso supone un compromiso democrático con el diálogo social y una concepción fraterna del bien común. Pero el consenso a construir, desde el liderazgo del ministerio de Sanidad, debe extenderse a todas las fuerzas políticas, porque la sanidad es de todos los ciudadanos, que deben estar orgullosos de ella.
¿En qué medida los colegios profesionales como la Organización Médica Colegial pueden aportar soluciones a las estrategias y propuestas de los responsables de la sanidad en nuestro país?
Las organizaciones colegiales siempre han estado a la vanguardia del debate sobre nuestro modelo sanitario y son una voz representativa de los profesionales sanitarios, que son el principal activo de nuestro sistema público de salud. Los escucharemos con respeto y atención y esperamos de ellos orientaciones decisivas para hacer mejor nuestra sanidad.
