El Colegio de Médicos de Zaragoza, como representante de la profesión y en defensa de los intereses profesionales de los colegiados, apuesta por un conjunto de valores que va más allá de los conocimientos y habilidades necesarios, pero que unido a ellos supone la garantía de calidad del acto médico, según expone su presidente, Enrique de la Figuera, en un artículo de opinión publicado en «El periódico de Aragón»
Zaragoza, 9 de abril 2013 (medicosypacientes.com)
«En la hora de los valores, el médico es un valor»,
Dr. Enrique de la Figuera, presidente del Colegio de Médicos de Zaragoza
El Colegio de Médicos de Zaragoza, como representante de la profesión y en defensa de los intereses profesionales de los colegiados, apuesta por un conjunto de valores que va más allá de los conocimientos y habilidades necesarios, pero que unido a ellos supone la garantía de calidad del acto médico. Así, entre otros aspectos, la práctica diaria del profesional médico implica un compromiso con la integridad en la utilización del conocimiento y en la optimización de los recursos. Porque nuestra preocupación fundamental no es ora que el ejercicio digno de la medicina, la excelencia profesional y, en particular, que los niveles de calidad asistencial que disfrutan los ciudadanos de nuestra comunidad se mantengan.
Desde la preocupación, volvemos a reclamar que la gravedad de la situación exige acuerdos políticos de amplia base y largo alcance para acometer las reformas estructurales necesarias y siempre postergadas. Asimismo, reiteramos que la contención de costes, a través de la imposición de recortes en los recursos, no permite componer ni consensuar una agenda de reformas para el Sistema Nacional de Salud. Y que la medicina pública española de calidad es impracticable en el entorno del 5,1% del PIB, tal y como indica el escenario económico 2015 que establece el Plan de Estabilidad. Es más, para mantener una cobertura y calidad de servicios no deberíamos alejarnos por mucho tiempo del 6,5% del PIB ni de los 1.200 euros per capita.
Por otra parte, y en cuanto a las reformas estructurales, valoramos la necesidad de dotar al Sistema Nacional de Salud de un marco legal claro y actualizado que defina en positivo la ciudadanía sanitaria, el propio Sistema nacional de Salud y sus órganos de gobierno y gestión. También creemos necesario modificar el sistema de financiación autonómico, de manera que los fondos sanitarios sean finalistas y estén fijados con una fórmula general. El per capita del Sistema Nacional de Salud estaría ajustado a factores de necesidad sanitaria y se recalcularía periódicamente para incorporar cambios poblacionales y facilitar la convergencia progresiva entre comunidades autónomas. Asimismo, una tercera reforma estructural consistiría en dotar al Sistema Nacional de Salud de agencias técnicas que facilitaran la cooperación entre servicios regionales de salud y que hicieran posible la evaluación de efectividad, calidad, seguridad y eficiencia de prestaciones y servicios.
Como garantes del ejercicio profesional, desde esta institución, que es la casa de todos los médicos permanecemos atentos y vigilantes ante todas aquellas situaciones que suponen una merma en el ejercicio digno de la profesión y de la calidad asistencial. Por eso observamos con preocupación la política actual de recursos humanos. Aunque no se trate de una competencia colegial sino sindical, asuntos como la modificación de contratos laborales que generan precariedad, o la jubilación obligatoria de personal especialmente cualificado, con una tasa de reposición del 10% que no facilita la incorporación de nuevos médicos, pueden repercutir de forma negativa en la calidad asistencial.
El Colegio de Médicos de Zaragoza sigue ofreciendo su capacidad mediadora e integradora para reivindicar el liderazgo desde el profesionalismo.
Artículo publicado en «El Periódico de Aragón»
