Dra. Sonsoles Castro: «Hay que concienciar a todos los médicos que trabajan para las Administraciones públicas de la obligación de colegiarse”

La Dra. Castro es licenciada en Medicina y Cirugía y en Derecho, doctora en Medicina y funcionaria de Carrera del Cuerpo Nacional de Médicos Forenses. Desde 1992 es jefe de Sección Patología Forense, que compagina con la docencia como profesora asociada en el Departamento de Anatomía e Histología Humanas de la Universidad de Salamanca.

 

Es, además, miembro de la Comisión Nacional de la Especialidad de Medicina Legal y Forense en representación de la Organización Médica Colegial. Comenzó su andadura colegial en 2009 en el Colegio de Médicos de Salamanca como vocal de médicos de Administraciones Públicas donde se ha mantenido hasta mayo de este año, cuando fue elegida representante nacional de esta sección, siendo la primera mujer médico en ostentar dicho cargo.

 

 

 

 

-El hecho de que en el momento actual una mujer ocupe una Vocalía nacional de la Organización Médica Colegial no es más que el reflejo del estado actual de la profesión. Según el último estudio de demografía médica ya son tantas las mujeres médicas como los hombres e, incluso, en algunas franjas de edad superan con creces el número. 

En realidad, novedades desde la perspectiva femenina querría pensar que pocas, salvo quizá el pragmatismo, la constancia y la planificación. Espero que éstas estén más ligadas a mi forma de trabajar y a mi capacidad para conseguir involucrar al mayor número de vocales en aunar esfuerzos y trabajar en bloque para conseguir los objetivos que nos propongamos.

 

 

-La feminización en la profesión médica es un fiel reflejo de la feminización de la sociedad. Se ve cada vez más claramente en muchos ámbitos y la Medicina es uno de los más atractivos por esa especial vocación que creo sentimos las mujeres hacía el servicio público. 

Yo estoy inmersa en ese cambio desde que elegí mi profesión. Es verdad que en la carrera no éramos más mujeres que hombres, pero en mi promoción de Forenses, se invirtió por primera vez la proporción a favor de las mujeres, y el incremento ha sido espectacular. Pero en mis comienzos era habitual que no entendiera la gente que la médico forense era yo y no el conductor del coche oficial, que era un señor mayor que solía acompañarme en los desplazamientos.

Actualmente, en las Facultades de Medicina, hay un número mayor de mujeres y lógicamente veremos, no tardando mucho, como esa amplia mayoría se refleja también en todos los grupos de edad de los médicos en ejercicio. Claro que es verdad que tendríamos que plantearnos si en vez de hablar de feminización, de género y profesión, tendríamos que hablar de cambio generacional.

 

 

-Efectivamente, esta es la Vocalía más heterogénea de todas: además de los ya citados: médicos de salud escolar, profesores universitarios, médicos titulares, de salud pública, médicos en cargos de gestión y administración….; y, sin embargo, el número global de médicos incluidos en esta sección no es muy elevado.

Médicos forenses somos unos 1.100 médicos que trabajamos para la Administración de Justicia, algunos dependemos aún del  Ministerio y otros de las respectivas Comunidades Autónomas, y aunque las responsabilidad y puestos de trabajo son similares, existen grandes diferencias entre unos y otros, problema que también sufren, por ejemplo lo médicos de prisiones, dependientes del Ministerio de Interior la mayoría, un colectivo que esta englobado por unos 400 médicos, y cuyo número va en disminución.

Otro ejemplo puede ser el de los médicos militares, existirán unos 690, y el resto de colectivos tienen aún un menor número de integrantes.

Como puede comprobarse, grupos pequeños, con problemas diferentes y muchos campos en los que trabajar.

 

 

-Hay un gran objetivo común: la carrera profesional, ninguno de los grupos la tiene reconocida, pero hay que ser realistas, estamos ante una expectativa de derecho, porque aunque las normas la recogen y reconocen, tendría que ser desarrollada y  no hay ni siquiera planteamientos en ese sentido. Sin embargo, se nos exige, como al resto de Médicos, una actualización y formación continua, una constante puesta al día que no se ve reconocida, sin embargo, con algo que sería fácil de articular y cuyas bases ya están planteadas.

En la Vocalía tenemos claro que el resto de objetivos son peculiares de cada grupo, pero es verdad que entre todos sumamos esfuerzos y llegamos a más auditorios. Así, por ejemplo, yo puedo plantear el problema de la integración de los médicos de prisiones en el sistema público de salud de la comunidad correspondiente, como sería deseable, con la misma vehemencia y conocimiento que la representante del grupo formado en la Vocalía sobre Sanidad penitenciaria, la Dra. Hoyos; y cualquier otro miembro conocerá que los médicos forenses no transferidos realizamos guardias semanales, con una remuneración irrisoria y en condiciones precarias en muchos casos, pudiendo defender un sistema justo de guardias ante cualquier audiencia.

 

 

-Esta Asamblea es una primera toma de contacto, voy a presentar mis planteamientos de trabajo, proponer nuevas líneas de actuación y escuchar nuevas propuestas.

Está claro que es preciso avanzar en las tareas que ya están en proceso, en el tema ya comentado de Sanidad Penitenciaria, hay mucho trabajo hecho, pero es preciso no decaer en el empeño. La necesaria transferencia e integración en el sistema público de salud, es un objetivo irrenunciable. Hay que seguir insistiendo en el objetivo de carrera profesional. Y profundizar en la mejora de la profesión de la Medicina Forense. 

Pero también es imprescindible dar voz a los grupos minoritarios para que planteen sus problemas con el fin de empezar a trabajar en ellos sin dilación. 

Me gustaría también dar a conocer a los estudiantes de medicina otras alternativas de ejercicio, igualmente interesantes y apasionantes, que van más allá del Mir. De ello ya he hablado con representantes del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM) y están de acuerdo en que es interesante abrir esa vía de acción.

 

 

-Hay un problema que realmente me preocupa y en el que creo necesario trabajar: concienciar a todos los médicos que trabajan para las Administraciones públicas de la obligación de colegiarse.

Es frecuente que muchos de los médicos que debieran estar representados en esta Vocalía no estén siquiera colegiados. Está claro que los profesionales de la salud, sea cual sea el ámbito de trabajo, deben estarlo. Han de ser conscientes que la colegiación obliga a todo aquel que realiza un acto médico, y que la misma es la defensa del profesionalismo, es decir, de nuestros valores y conductas.

Cuando yo me incorporé a la Junta Directiva del Colegio de Médicos de Salamanca, en el año 2009, me interés por saber a cuantos médicos representaba, cuál era el censo, y me llamo poderosamente la atención que muchos médicos que trabajan para distintas Administraciones públicas, por ejemplo la Universidad, no estaban colegiados. Lo mismo ocurre con compañeros de profesión, médicos forenses que no se colegian, que desconocen que es no sólo una obligación, sino un compromiso ético y deontológico.

 

 

-Entre mis planes entre reunirme con las autoridades tanto sanitarias como de cualquier otro ámbito. Como ya se ha dicho, este es un colectivo muy variado y dependiente no sólo del Ministerio de Sanidad sino también de otros Ministerios.

Por ejemplo, el pasado mes de junio, la Dra. Carmen Hoyos y yo nos reunimos con el secretario de Instituciones Penitenciarias, al que se le pidió una reunión nada más ser nombrado. Al igual que se ha solicitado a la directora general de Relaciones con la Administración de Justicia, una reunión, que estamos a la espera de su convocatoria.

 

 

-Hemos estado hablando de colectivos pequeños, de feminización, de colegiación universal; pues en esos campos quiero realizar mis aportaciones: que se tenga en consideración a todos los médicos independientemente del grupo al que pertenezcan; que la mujer esté representada, como no puede ser de otra forma, en la OMC, demostrando que se nos elige no por nuestro género sino por mérito y capacidad; y luchar por extender la colegiación para que la universalidad de la misma sea una realidad.