Con la llegada del inicio escolar los padres deben estar atentos a posibles señales que emiten los niños que reciben o pueden recibir acoso escolar. Los datos no pueden resultar más desalentadores: un estudio estadístico realizado entre escolares de 32 países y avalado por la Organización Mundial de la Salud reveló que un 24,8% de los niños españoles entre los 11 y los 18 años sufren o han sufrido el acoso escolar y que un 53% de las víctimas de bullying acaban padeciendo síntomas de estrés postraumático
Septiembre, clave para la detección de señales de bullying en los niños
El conocimiento o la sospecha de que un hijo está siendo víctima de acoso en la escuela puede generar un amplio espectro de emociones tales como enfado, miedo, vergüenza, culpa; sin embargo, es muy importante que traten de evitar la reacción exagerada porque la misma puede conducir a los niños víctimas de acoso a culpabilizarse a sí mismos por la angustia de los padres.
Otro peligro, no obstante, consiste en reaccionar menos de lo esperado, lo que puede hacer sentir al niño que sus padres están minimizando la situación. Los temas arduos no deben ser eludidos, tampoco infra o sobre afrontados; lo importante es aprender cómo abordarlos con el objetivo último de apoyar al niño e incrementar su autoestima, posibilitando que el acoso finalice.
Verónica Rodríguez Orellana, directora de Coaching Club explica que “al no afrontar debidamente este tipo de comportamientos y no tomar medidas para corregir estas conductas en edades tempranas, el número de acosadores frecuentes va creciendo con los años. Estos niños van adquiriendo un modelo de relación interpersonal tóxica y depredadora, basada en la fuerza y en la imposición, que va consolidándose con los años”.
Las 3 R contra el acoso escolar
De este modo, la experta recomienda un refuerzo de información. Es decir, investigar qué es lo que ocurre, profundizar en la vida escolar del niño. Si el hijo dice que está siendo hostigado, no conviene descalificar esta afirmación, pregúntale más al respecto. En caso de tener alguna prueba (por ejemplo, algún indicio de cyberbullying) conviene guardar esa información y ponerse rápidamente en contacto con los docentes y directos escolares a fin de trabajar en conjunto para detener esto que le ocurre. En caso de que el niño esté muy ansioso o manifieste miedo intenso, es importante que haga una consulta con un profesional.
También subraya la relevancia del refuerzo del vínculo. Resulta beneficioso realizar una planificación y aumento de los momentos de atención positiva al hijo. Es fundamental no criticarlo si no se está de acuerdo en cómo manejó una determinada situación. En cambio, es bueno ayudar a expresar sus sentimientos. Es muy importante que el niño sienta que cuenta con el apoyo de sus padres, y que estos sean empáticos con su dolor y su problema.
Por último, hay que potenciar la autoestima. Un niño que está siendo hostigado tiene una visión disminuida de sí mismo. Por lo tanto, el padre debe encargarse de demostrarle lo contrario.