Rincón del paciente: Alopecia
La alopecia o caída de cabello está presente en el 5% de las consultas en dermatología, no obstante se pueden distinguir dos clases dependiendo de que exista destrucción de la raíz citada o no, algo básico para la posible regeneración sin olvidarnos de que el 30% de los casos acontece antes de los 30 años
Este accidente, así lo denomino porque no es una patología, puede presentarse en cualquier lugar donde se ubiquen los vellos pero es más trascendental en el cuero cabelludo, por ejemplo, algo tan simple como un buen tirón de esta zona es demostrativo de la complicación puesto que si se consiguen arrancar 5 o 6 cabellos con facilidad estamos en la fase previa.
Un tal Julio utilizó en épocas pasadas la corona de laureles debido a que padecía algo tan irritante como la alopecia.
Después del nacimiento no se genera ningún nuevo folículo, es decir, la raíz de cada pelo, sin olvidar que aparecemos en el mundanal ruido dotados de aproximadamente un millón de estos elementos que generarán la aparición de la cabellera, sin olvidarnos que conforme pasan los años este proceso se va ralentizando.
Existen distintas etiologías siendo la más repetida la hormonal, con presencia inicial en la coronilla o la frente, posiblemente producida por un derivado de la testosterona, mucho más potente y que aparece por la acción de una enzima, que destruye las citadas raíces, incluso con valores normales del citado andrógeno, por lo que debe coexistir una especial sensibilidad dependiente de algún gen implicado que se verá reflejado en el futuro, pero existen otros orígenes como el estrés o alteraciones endocrinas sin olvidarnos de la designada como areata ¿autoinmune? que puede afectar a cualquier localización pudiendo ser repentina y circunscrita, eso sí, generalmente con recuperación posterior.
Me voy al tratamiento dirigido a estimular el crecimiento o a tratar de controlar el origen del descenso piloso utilizando, entre otros, un fármaco empleado en la hiperplasia prostática -suena extraño ya lo sabemos- que ejerce en este caso como antagonista de la enzima mencionada con anterioridad, ahora bien, no podemos impedir el constatar que si se interrumpe el tratamiento vuelve el acontecimiento de caída por lo que se sigue investigando con nuevos fármacos que podrían inhibir al derivado anteriormente mencionado pero habrá que tener un poco de paciencia.
Los injertos con pequeñas porciones de cabello implantados en el área descubierta, los que se ponen cerca del entramado manifiesto para posteriormente implantarlos en éste o los estiramientos a los sectores "despoblados" sin eliminar la raíz para que siga llegando sangre son medidas quirúrgicas que mejorarán con el paso del tiempo.
Actualmente hay centros concretos que utilizan una microcámara para la evaluación y el láser como tratamiento para aumentar el riego aunque no quiero terminar sin decir que hay que evitar los potingues y los rituales de dudosa elaboración y efectividad, ¡me baso en que no solo existen los timos del tocomocho!.
Fuente: Dr. Juan Carlos Moreno
para medicosypacientes.com