miércoles, mayo 21, 2025

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Dra. Paula Chao: “Aún no sabemos qué va a significar la crisis climática global en la consulta de AP, los flujos demográficos o el abordaje de la salud mental”

La vicepresidenta de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), Dra. Paula Chao, explica en esta entrevista, con motivo del Día de la Atención Primaria, los retos a los que está y estará sometido este nivel asistencial. “Aún no sabemos qué va a significar la crisis climática global en la consulta de AP, los flujos demográficos, el abordaje de la salud mental vinculado a nuevas adicciones y un sinfín de retos a los que desde la visión transversal, integral y holística podemos dar respuesta”, asegura.

¿Cree que el actual modelo de AP está en crisis? ¿Por qué?

En la semFYC nos gusta analizar constantemente las situaciones de la AP en todos sus entornos y momentos, y hablar en genérico de crisis no es lo más adecuado, las crisis se convierten en sombras alargadas de un modelo que necesita cambiar su forma y composición.  Entendemos que la situación actual que vive Atención Primaria es una situación que requiere de un cambio sistémico, pues nos hallamos ante una estructura que se construyó en un contexto social, demográfico, epidemiológico y económico determinado, y ahora es necesario actualizarlo. Nosotros defendemos más una visión de evolución y actualización del modelo que no de construir sobre cenizas.

¿Qué aspectos considera que han empeorado en la Atención Primaria en los últimos 15 años? ¿Cuáles han mejorado?

En los últimos 15 años, diversos informes, como los de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), han señalado un progresivo incremento de la sobrecarga asistencial, motivado principalmente por el envejecimiento poblacional y el aumento de las enfermedades crónicas, y nuevas demandas de salud de la población como es el aumento de los problemas de salud mental, importantes en el día a día de la consulta. Esta situación se ha visto agravada por el hecho que el modelo, para afianzarse tal y como ahora está planteado, necesita incorporar un volumen muy significativo de nuevos y nuevas médicas de familia, y la demografía de nuestro país es la que es: estamos carentes de relevo generacional en muchos ámbitos sociales. Pero desde la Medicina de Familia hay determinadas áreas, especialmente en el ámbito rural, lo que ha derivado en un déficit de profesionales y en una distribución desigual de los recursos humanos.

No obstante, también se han producido mejoras relevantes. Nunca antes se había hablado tanto de la necesidad de una mejora de la Atención Primaria y eso ya de por sí es algo positivo. Pues hay opciones de mejorar este nivel asistencial y estas pasan por la desburocratización de las consultas de Medicina, la digitalización de procesos para una mayor agilidad administrativa, la receta electrónica, los sistemas de alerta para reducir los eventos adversos y mejorar todo el algoritmo de seguridad del paciente, el impulso de la actividad comunitaria, la mejora de la capacidad de micro gestión a nivel de centros de salud cuando se debe dar respuesta a las epidemias estacionales, entre muchas otras mejoras que sí se han introducido. 

Además, después de pasar un 2017, un 2018 y un 2019 pendientes de un nuevo plan de mejora de la Atención Primaria, que se llegó a aprobar, en 2020 y 2021, tras la pandemia de la COVID, se ha continuado trabajando en un plan estratégico propio y singular para este nivel asistencial y a día de hoy este plan existe a nivel nacional y en muchas comunidades también hay una preocupación real por la mejora de AP.

Para nosotros estos síntomas son buenos, y ahora hace falta impulsar esa verdadera evolución de lo que es Atención Primaria y de cómo se desarrollan profesionalmente y científicamente los profesionales sanitarios que trabajamos en este primer nivel asistencial. Desde la semFYC somos acérrimos defensores del impulso de la capacidad de resolución de las y los médicos de familia en consulta, pero para eso hace falta un compromiso cerrado con una cartera de servicios de excelencia, con una orientación a la clínica compleja en consulta de Medicina de Familia y con la articulación de mecanismos que construyen un modelo de trabajo en equipo entre todos los profesionales que están en este ámbito sanitario. La Atención Primaria del futuro solo se puede entender en clave equipo de Atención Primaria.

¿Volvería a elegir medicina de familia /Pediatría AP? ¿Por qué?

Sin lugar a dudas volvería a elegir esta especialidad. Seguramente más de una vez las personas que nos leen, que nos siguen, pueden tener la sensación de que nos llenamos demasiado la boca con las ideas de longitudinalidad, transversalidad, visión holística u orientación integral de la atención, pero lo cierto es que son términos abstractos que definen muy bien nuestro día a día y que son los que aportan valor. Nosotros somos aquellos especialistas que acompañan a la persona en el abordaje de su salud y la vemos de un modo que solo la Medicina Familiar y Comunitaria la puede ver, no hay ninguna otra especialidad que sea así de privilegiada. Además, como hemos dicho en alguna ocasión cuando hemos interpelado a las personas recién egresadas para que elijan esta especialidad en el MIR, hoy en Medicina de Familia lo tenemos todo, somos los únicos que vemos todos los sistemas en todos los momentos de la vida de una persona.

¿Qué medidas considera urgentes para mejorar la AP a corto plazo?

Una de las medidas más urgentes de abordar corresponde a la sobrecarga burocrática que sufren los profesionales. Informes recientes advierten que gran parte del tiempo de consulta se pierde en tareas administrativas, que podrían resolverse mediante la digitalización de procesos o el refuerzo de personal de apoyo administrativo. También sería necesario adaptar los cupos y las agendas, permitiendo a los médicos disponer de más tiempo para cada paciente, lo que impactaría directamente en la calidad de la atención y la satisfacción profesional.

Además, reforzar la formación específica en gestión del tiempo y habilidades comunitarias a través de programas de formación continuada, también resultaría una acción inmediata y de alto impacto, entre otras posibles mejoras. También hay un aspecto de excelencia que no quisiera dejar escapar y es que una de las medidas que en el futuro va a tener más impacto sobre la mejora del desarrollo profesional de las y los médicos de familia es la correcta consideración de los tiempos y la posibilidad real de participar en proyectos de investigación y tutorización  de residentes. Nuestra responsabilidad es mirar más allá.

¿Qué cambios estructurales cree que serían necesarios a medio y largo plazo?

De cara al medio y largo plazo, la Atención Primaria en España necesita una evolución y revisión estructural que garantice su sostenibilidad y fortaleza dentro del sistema sanitario.

Por otro lado, resulta esencial avanzar hacia un modelo organizativo que dote a los centros de Atención Primaria de una mayor autonomía en la gestión de recursos y en la toma de decisiones clínicas y organizativas. Esta flexibilidad permitirá adaptar mejor los servicios a las necesidades concretas de cada población, y esto pasa sí o sí por el desarrollo competencial hasta su máximo de excelencia a los distintos profesionales que forman parte de los equipos de atención primaria que antes he mencionado (no solo se trata de Medicina, también de enfermería o de los técnicos sanitarios) y crear la figura del administrativo sanitario.

Además, la formación de los profesionales debe evolucionar para aprovechar al máximo competencias clave como la gestión clínica, el liderazgo de equipos y la capacidad de intervenir sobre determinantes sociales de la salud. La Medicina de Familia del futuro requerirá profesionales capaces de desempeñar un papel activo y coordinador en la prevención, el manejo de la cronicidad y la promoción de la salud comunitaria, todo ello en un entorno cada vez más complejo y cambiante.

¿Hay futuro para la medicina rural?

La medicina rural tiene un papel clave en la cohesión social y en el acceso equitativo a la atención sanitaria en territorios con menor densidad de población. Sin embargo, requiere políticas activas de incentivos, mejores infraestructuras y una estrategia de atracción y retención de profesionales.

Por ese motivo, desde el Grupo de Trabajo en Medicina Rural de la semFYC se apuesta por “una formación de pregrado y de postgrado de Medicina y Especialidades Biosanitarias”, además de por “mantener y afianzar la ‘rotación rural’ obligatoria en el programa de formación de las Unidades Docentes Multiprofesionales de Familia y Comunitaria”, además de “fomentar el aumento de los centros de salud rural acreditados”.

Asimismo, la experiencia internacional muestra que, cuando la medicina rural cuenta con recursos adecuados y con un entorno que favorece el desarrollo profesional, su sostenibilidad se fortalece y su atractivo aumenta. Esto permite garantizar la continuidad asistencial y reducir las desigualdades en el acceso a la salud que actualmente persisten entre el medio rural y el urbano.

¿Cómo ven el futuro de la Medicina de Familia en España dentro de 10 o 20 años?

De cara al futuro, la proyección muestra que la Medicina de Familia seguirá siendo un pilar clave del sistema sanitario español. No obstante, su evolución dependerá en gran medida de la capacidad de abordar de manera efectiva los retos actuales.

Según el informe de la Comisión Europea sobre los sistemas de salud en Europa, la Atención Primaria en España deberá adaptarse a fenómenos como la multimorbilidad, el envejecimiento de la población, la transformación digital y el aumento de la demanda asistencial, y seguro que habrá más necesidades que a día de hoy son poco tangibles en consulta, pero que están ahí. Pensamos en qué va a significar la crisis climática global en la consulta de Atención Primaria, los flujos demográficos, el abordaje de la salud mental vinculado a nuevas adicciones y un sinfín de retos a los que desde la visión transversal, integral y holística podemos dar respuesta.

Si se acometen las reformas estructurales necesarias y se garantiza una inversión adecuada y sostenida, es previsible que el rol del médico de familia se fortalezca como coordinador de los cuidados y garante de la atención longitudinal y cercana al paciente.

Sin embargo, de no afrontarse los desafíos pendientes, existe el riesgo de una pérdida de atractivo de la especialidad para las nuevas generaciones de médicos y de una progresiva pérdida de recursos humanos, con consecuencias negativas tanto para la eficiencia del sistema como sobre todo para la calidad de la atención a los pacientes.

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