El pleno del Parlamento Europeo ha aprobado un informe sobre el fomento de la igualdad de género en materia de salud en el que se solicitan medidas para acabar con las desigualdades entre hombres y mujeres en relación a salud mental e investigación médica
El informe europarlamentario, adoptado con 364 votos a favor, 171 en contra y 155 abstenciones pide a los Estados miembros, que son los competentes en cuestiones de salud, y a la Comisión Europea que tomen medidas para «cambiar esa realidad» e integrar una visión de género en todas las políticas, programas e investigaciones vinculadas a la salud.
La prevalencia de las enfermedades, según indicó la eurodiputada Beatriz Becerra, ponente del informe, varía en función del sexo y se ha constatado que problemas como la depresión, la ansiedad, el estrés o desarreglos alimenticios son más frecuentes entre las mujeres, mientras que los hombres presentan mayores tasas de toxicomanía o problemas antisociales. La eurodiputada ha alertado de que no atender a estas diferencias y mantener los ensayos médicos sólo con hombres no sólo es «sexismo», sino que «aumenta el riesgo» para las mujeres. Asimismo, lamentó que «se piense tan poco en cómo esta desigualdad afecta a nuestra vida diaria, a nuestro bienestar, a nuestra salud y en especial a la salud mental.».
En la salud mental se observa muy bien el problema, según Becerra Existen diferencias de género considerables en los patrones de las enfermedades mentales, en especial las más comunes: la depresión y la ansiedad, por ejemplo, trastornos del ánimo que cualquiera de nosotros conoce de primera mano, tienen una prevalencia casi tres veces superior en mujeres que en hombres. Uno de cada diez trabajadores, por ejemplo, en la Unión Europea ha pedido una baja por depresión: eso cuesta unos 92 millones de euros al año.
El informe debatido en el Pleno del Parlamento europeo aborda estas y otras cuestiones igualmente relevantes, como los efectos devastadores y de por vida que la violencia de género tiene en la salud mental de las víctimas, como los prejuicios que aún existen sobre las personas LGBTI y que las condenan a una salud mental deteriorada o como la necesidad imperiosa de aplicar las directrices sobre protección y apoyo de la salud mental y bienestar psicosocial de los refugiados, solicitantes de asilo y migrantes en Europa.