Medicina e farmacia rural fue el título de la jornada celebrada esta mañana por los Colegios Oficiales de Médicos y de Farmacéuticos de la Provincia de A Coruña con la colaboración del Ayuntamiento de Carballo.
El encuentro se centró en una mesa redonda en el Pazo da Cultura del municipio en la que expertos en la materia pusieron en valor la figura de los médicos y farmacéuticos que acercaron la sanidad a los pueblos de Galicia y también abordaron la evolución de la asistencia en el rural a lo largo de los años. La iniciativa forma parte de los actos de celebración que los dos colegios están llevando a cabo este año en toda la provincia para conmemorar el 130 aniversario de su creación.
El presidente del Colegio de Médicos, Luciano Vidán, la secretaria del de Farmacéuticos, Margarita Muñoz, y el alcalde de Carballo, Evencio Ferrero, inauguraron esta jornada dedicada a la práctica médica y farmacéutica en las zonas que más dificultades tenían para recibir atención sanitaria.
Luciano Vidán destacó que “ao longo da historia, a figura do médico rural foi fundamental para garantir a asistencia sanitaria en todos os recunchos da nosa terra, onde a gran dispersión xeográfica supón reto maiúsculo para chegar a quen o necesita. Os profesionais sanitarios do rural son un piar básico nas nosas vilas, e demostraron o seu enorme compromiso coa saúde dos seus veciños realizando un labor impagable. Cos poucos medios dos que dispoñían acudían casa por casa —moitas veces a cabalo por camiños de terra sen iluminación— para curar, aliviar e consolar a quen o necesitaba, sen importar a hora nin a distancia. Son un exemplo de vocación e proximidade para todos nós”. Por eso, concluyó, “na celebración do noso 130 aniversario, desde os nosos colexios estamos moi orgullosos de dedicar esta xornada en Carballo a poñer en valor a figura destes profesionais e lembrar o seu legado”.
Por su parte, Margarita Muñoz puntualizó que “los sanitarios tenemos orientaciones diferentes en nuestra actividad profesional, pero complementarias, siendo unos expertos en el abordaje de la enfermedad y otros en el medicamento. De la mano, allá donde estemos, nuestra misión es promover la salud de la población y velar por la misma. Quienes llevamos décadas en el mostrador de una botica rural sabemos lo importante que puede llegar a ser este punto sanitario, y más en un momento en el que nos enfrentamos a retos como el envejecimiento poblacional, la longevidad alcanzada, la despoblación y, muchas veces, la escasez de recursos en las familias para atender a nuestros mayores”. También destacó la labor de “figuras que han velado por la salud en estos puntos más rurales, con menos servicios, y que han sido un auténtico salvavidas para las diferentes generaciones. No solo por su labor sanitaria, sino también por su compromiso social, allá donde han llevado a cabo su actividad profesional”.
Evencio Ferrero agradeció la confianza en Carballo como sede del encuentro, una iniciativa que “debe servir para arroxar luz sobre un servizo público tan necesario coma a sanidade, que, xunto coa educación e os servizos sociais, é unha peza fundamental na estrutura e na solidez da sociedade». El alcalde presentó también la proyección del vídeo del tercer movimiento de la Sinfonía de Bergantiños, estrenada en el pregón de San Juan 2024 y muy apropiada para el acto “porque o autor, Sergio Moure, é fillo dun farmacéutico que deixou gran pegada en Carballo e que tiña a gran ilusión de que o seu fillo compuxese unha sinfonía dedicada a Carballo».
A continuación, los representantes colegiales entregaron al regidor del municipio una placa conmemorativa de la jornada antes de dar comienzo a la mesa redonda moderada por Alfonso Mariño, director del Centro Oncológico de Galicia. En ella participaron Celia Villanueva, titular de Oficina de Farmacia Comunitaria de A Laracha, Cándido Pequeño, jefe del Servicio de Atención Primaria de Cee, y Braulio Pérez, director adjunto de la Fundación Universidad de A Coruña.
“La medicina rural suponía una cercanía y un conocimiento de las familias de la zona. Estos médicos conocían a la persona enferma en detalle, prácticamente desde que nacían, porque atendían los partos en los propios domicilios. La desventaja consistía en la lejanía cuando había emergencias y era necesario el traslado del paciente a un lugar en el que tuviera más posibilidades. Eran héroes, porque se enfrentaban a problemas muy serios con el poco instrumental que tenían”, relató Alfonso Mariño al hablar de la labor de estos profesionales. “Con todos los medios que hay disponibles, quizás sea posible retomar esa figura. Ahora las comunicaciones entre las aldeas son más fáciles, así que, ¿por qué no se podría recuperar al médico rural —sobre todo en Galicia, donde la población es más dispersa— para facilitar la atención domiciliaria?”
Por su parte, Cándido Pequeño aportó su perspectiva y experiencias sobre la materia. “La figura tradicional del médico de pueblo era muy apreciada y querida por sus pacientes. No tenía horarios y estaba 24 horas disponible durante todos los días del año para sus asegurados. Hoy en día eso desapareció. Ya no hay el aislamiento que había. Tenemos unos horarios, una infraestructura y una tecnología que facilitan nuestro trabajo. También disponemos de equipos multidisciplinares de Atención Primaria con varios tipos de profesionales que se encargan del trabajo que antes hacía solo el médico rural”.
Celia Villanueva abordó la práctica farmacéutica en los pueblos, así como su desarrollo hasta la actualidad. “Antiguamente hacíamos dos cosas: la dispensación y las fórmulas magistrales. Actualmente, nuestra labor es más compleja. Han aumentado el número de recetas y cada una tiene una dispensación diferente. Además, se han desarrollado una serie de servicios para el paciente —ortopedia, óptica, dietética o los sistemas personalizados de dosificación, entre otros—. Son muchos y cada farmacia opta por los que considera que son necesarios”.
El último participante fue Braulio Pérez, hijo de médico y farmacéutica rural y autor de Médicos e medicina rural na Costa da Morte. A figura do doutor Manuel Pérez Maroño. “Tanto mis hermanos como yo vivimos entre la consulta de mi padre y la farmacia de mi madre. La dedicación y responsabilidad que ellos tenían eran prácticamente permanentes”, indicó. “Durante los años 60 y parte de los 70, mi padre se desplazaba a caballo a las aldeas y a los lugares a los que no se podía acceder con el coche. La atención que prestaba era de todo tipo, desde enfermedades comunes a accidentes resultado de la vida en el campo”. Además, “en la farmacia era prácticamente lo mismo porque aún no había guardias y la gente acudía a cualquier hora de la noche a buscar los medicamentos más insospechados”.
La sesión también estuvo abierta a las preguntas del público, y finalizó con la actuación musical de la Banda Municipal del Conservatorio de Carballo.