Médicos y Pacientes entrevista a María José Parellada, presidenta de la Comisión Nacional de Psiquiatría de la Infancia y Adolescencia, quien participa en el ‘Plan Español del Cerebro en 2024: no hay salud sin salud cerebral’, que se presentará próximamente en la sede de la Organización Médica Colegial (OMC) y que se ha dado a conocer a Su Majestad la Reina Letizia.
María José Parellada, presidenta de la Comisión Nacional de Psiquiatría de la Infancia y Adolescencia, acudió junto a Mara Dierssen, investigadora de referencia en Neurociencia y presidenta del Consejo Español del Cerebro; el Dr. Tomás Cobo, presidente de la Organización Médica Colegial (OMC); y Álvaro Hidalgo, presidente de la Fundación Weber para presentar el ‘Plan Español del Cerebro’ en una audiencia con Su Majestad la Reina Letizia.
La iniciativa nace bajo el objetivo de preservar la salud cerebral y prevenir estas enfermedades a través de la investigación, prevención, atención y seguimiento. (Acceso a noticia)
¿Cómo surgió la idea de un Plan Nacional para la salud cerebral en España en este momento?
Esta idea surge del Consejo Español del Cerebro (CEC), una organización no gubernamental que reúne a sociedades científicas, asociaciones de pacientes y representantes de la industria. El CEC nació en 2009 como respuesta nacional al European Brain Council (EBC), con los mismos objetivos. El Consejo está en este momento presidido por la Dra Mara Dierssen, líder de investigación neurocelular del Centro de Regulación Genómica de Barcelona. Es una plataforma de impulso a la investigación del cerebro y sus patologías. Desde el EBC se impulsa la creación de un Plan Europeo y la creación de planes nacionales, alineados con el plan europeo pero que recojan también las especificidades o singularidades nacionales. Esta idea además está alineada con los objetivos estratégicos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) respecto a las enfermedades neurológicas, que incluyen elevar la prioridad política, crear Estrategias nacionales de Salud Cerebral, con financiación estable e indicadores medibles, proporcionar servicios accesibles y eficaces, sin disparidades entre regiones, realizar acciones sobre factores de riesgo prevenibles y fomentar la investigación y la innovación en este campo.
¿Por qué es importante esta iniciativa?
En este campo, como en todos, hay muchas necesidades no cubiertas. Alinearse con objetivos estratégicos europeos e internacionales hace que se sumen muchas fuerzas y se focalicen las acciones, haciendo más posible que se pongan en marcha políticas con impacto. La OMS define la “salud cerebral” como el estado de funcionamiento cerebral en los dominios cognitivo, sensorial, socioemocional, comportamental y motor que permite a las personas alcanzar su máximo potencial a lo largo de la vida. Alinearse con esta idea permite abordar todos los temas más relevantes de salud y enfermedad con una perspectiva dimensional, afrontando desde la prevención hasta el tratamiento y los cuidados paliativos. Tener una iniciativa nacional, que prioriza acciones más necesitadas en nuestro entorno, resumidas en un documento consensuado, facilita su visibilización y utilización en distintos ámbitos y ante distintas instituciones o grupos con capacidad para realizar cambios en la provisión de servicios, asignación de partidas presupuestarias, etc.
¿Cómo está la salud de los cerebros en España?
Regular, aunque esto es muy subjetivo. Hay muchas áreas de mejora, como en todos los países. En el ámbito de la salud mental y según recoge el Libro Blanco de la psiquiatría en España, tenemos mucho margen de mejora en la ratio de profesionales por habitantes, estando muy por debajo de la media europea, por poner un punto de comparación. Si en Europa la media es de 19 psiquiatras por 100.000 habitantes, en España la ratio es de 12, y los países con mayor ratio tienen 40-50, según datos de Eurostat. En el caso de la psiquiatría infantil, las ratios son mucho más desfavorables, de hecho solo hay esta especialidad en España desde hace 2 años. Respecto a la patología cerebral en general, más de 3.000 millones de personas a nivel global viven con alguna afección. En España se calcula que la cifra es casi 2 veces mayor que la media europea, aunque parte de ello tiene que ver con la mayor longevidad de la población y, según el Informe Anual del Sistema Nacional de Salud de 2020-21, un 29 % de la población padece algún problema de salud mental.
¿Qué enfermedades mentales tienen más incidencia?
Los trastornos más comunes son los trastornos afectivos y de ansiedad, que además son trastornos tratables y que aunque causan muchas bajas médicas y pérdida de oportunidades laborales y disfuncionalidad, es una disfuncionalidad reversible en muchos casos, con los cuidados debidos.
¿Cómo es la salud mental de adolescentes y niños actualmente?
Todos los estudios coinciden en señalar que la salud mental de niños y adolescentes está en crisis. Son personas en una etapa de la vida vulnerable respecto al impacto de cambios sociales, de cambios en la organización familiar, del impacto de modos de comunicación y relación nuevos, rápidos, diferentes, como los que aportan las redes sociales, del impacto de la digitalización en el desarrollo personal incluido el cerebral, y se está viendo un incremento muy importante de síntomas y comportamientos desadaptativos, de ansiedad, de depresión, de comportamientos autoagresiones, de adicciones comportamentales etc.
¿Considera que este plan va a ayudar a la prevención y detección de estas patologías?
Esta es una de las pretensiones. Que se puedan priorizar acciones de prevención de riesgos que aumentan los síntomas, comportamientos desadaptativos y trastornos mentales a lo largo de la vida. Si en este momento el problema de niños y adolescentes es un emergente, por novedoso, por ir aumentando, por estar expuestos riesgos nuevos y no regulados, debemos afrontarlo y que esté en las prioridades políticas y sociales atender a estos retos. El Plan señala aspectos como tener buenos registros de trastornos, el impulso en la investigación, establecimiento de indicadores y su evolución, prevenir y detectar de forma temprana. También desarrollar redes no solo sanitarias sino interdepartamentales, con recursos socio-sanitarios que ayuden no solo con el tratamiento de los trastornos, sino también den apoyo a la red social, a los cuidadores y además provean de entornos que promuevan la salud desde el origen, con acciones orientadas al desarrollo sano y a mejorar la calidad de vida en aquellas situaciones en que ya hay enfermedad.