Lunes, 5 Junio 2023

Las consecuencias de un mal diagnóstico de ansiedad o depresión pueden ser irreversibles para la vida del paciente

19/09/2008

El abordaje de este tipo de trastornos debe centrarse, además de en la elección de un tratamiento adecuado, en la toma de medidas correctoras que permitan reducir el coste económico y emocional que conllevan estas patologías. A ello pretende contribuir la Guía de Buena Práctica Clínica en Depresión y Ansiedad, cuya segunda edición, renovada casi en un 40 por ciento, ha sido presentada en la sede del Consejo General de Médicos con el aval del Ministerio de Sanidad

Miguel Bernardo, Miguel J. Rodríguez, Francisco Toquero y Juan José Rodríguez Sendín

De izda. a dcha. El psiquiatra Miguel Bernardo;
el subdirector de Ordenación Profesional,
Miguel J. Rodríguez; y los representantes
del CGCOM, los doctores Francisco Toquero
y Juan José Rodríguez Sendín, vicesecretario
y secretario general, respectivamente.

Madrid, 18 de septiembre 2008 (Redacción)

Uno de los principales retos, en estos momentos, en patologías mentales como ansiedad y depresión, es su detección precoz en el primer nivel asistencial, para lo cual hay que dotar a los profesionales de los recursos necesarios para que puedan desempeñar esta tarea.

Esta necesidad viene dada, en parte, ante los cambios que se han producido en torno a este tipo de patologías, tanto por parte de la población que es más proclive a pedir ayuda ante el sufrimiento psíquico de diferente tipo, que cuentan, en cambio, con profesionales, más implicados y concienciados con este tipo de problemas.

Una de las herramientas para llevar a buen término esta demanda la constituye la “Guía de Buena Práctica Clínica en Depresión y Ansiedad”, que forma parte de una colección lanzada por la Organización Médica Colegial (OMC), con el aval del Ministerio de Sanidad y Consumo. Si bien se trata de una reedición de uno de los títulos de dicha serie, publicado hace cinco años, en esta reedición na sido renovado un 40 por ciento de su contenido.

Tal y como queda reflejado en la Guía realizada por profesionales de Atención Primaria, gran parte de estos pacientes con trastornos de ansiedad y trastornos depresivos son atendidos en el primer nivel asistencial. “En la actualidad, casi el 80 por ciento de los pacientes con esta sintomatología son tratados por el médico de Atención Primaria; por ello, es fundamental proporcionar unas pautas a todos los médicos de este nivel asistencial para el diagnóstico y tratamiento de la depresión y la ansiedad para que, de forma homogénea y unificada, y basándose en la evidencia científica, puedan actuar frente a estas patologías”, aseguró el doctor Miguel Bernardo, jefe de Sección de Psiquiatría Hospitalaria del Hospital Clínico de Barcelona y asesor de la Guía, en rueda de prensa organizada en la sede del Consejo General de Colegios de Médicos para la presentación del nuevo manual.

Este especialista ha insistido en la importancia de que desde Atención Primaria se diagnostique y elija el tratamiento adecuado para estos pacientes. Y es que como ha indicado, por su parte, otro de los participantes en este encuentro con los medios de comunicación, el doctor Francisco Toquero, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, vicesecretario del Consejo General de Colegios de Médicos y coordinador de la Guía, “hay que tener en cuenta que hay poblaciones especialmente sensibles a estos trastornos como los ancianos, y que hay muchos tipos de factores sociales y ambientales que favorecen su aparición en esta edad". Es importante, además, insistir -como ha añadido- sobre los cambios de vida que se producen en personas con esta problemática y su influencia en su entorno familiar y laboral”.

Por tanto, el paciente que sufre este tipo de trastornos tiene que ser tratado lo más pronto posible. “Derivar a Psiquiatría, en un nivel de especialista u hospitalario, conlleva un retraso importante, y patologías de este tipo no pueden soportar demoras que se prolongan en el tiempo porque se corre el riesgo de su cronificación”, tal como ha advertido el doctor Toquero.

De hecho, como ha indicado el doctor Bernardo, tampoco es preciso derivar al hospital, en principio, entre otras cosas “porque en España la asistencia psiquiátrica está organizada de forma comunitaria. En prácticamente, todas las comunidades hay una red de soporte donde los niveles de Primaria y Especializada están interrelacionados”. Este especialista puntualiza que “sólo cuando el tratamiento fracase o cuando el caso manifieste señales de riesgo o de alarma es obligado la derivación urgente”.

Dicho experto se ha detenido, además, en la importancia de la terapéutica en este tipo de enfermedades. “Hay que conocer muy bien qué clase de tratamiento se administra al paciente, la dosis que hay que recetar, saber si está en tratamiento de otras patologías, y las posibles interacciones que puedan surgir al respecto”.

La importancia del "tiempo"

Para todo ello, uno de los factores fundamentales es el tiempo de consulta, tal como se ha destacado durante la presentación de la Guía, y en lo que ha hecho hincapié el secretario general del Consejo General de Médicos, el doctor Juan José Rodríguez Sendín. “Las herramientas fundamentales para el abordaje de estos problemas -como ha descrito- son básicamente, la silla del paciente, la mesa del profesional y la comunicación que se establece entre ambos”. Para ello, como ha subrayado “cada profesional debe establecer el tiempo imprescindible en beneficio del paciente”, calificando de paso como “intolerable” que, "por falta de tiempo, un paciente se quede sin diagnosticar". Y es que, como ha advertido este médico “las consecuencias de un mal diagnóstico en este tipo de patologías pueden ser irreversibles e indeseables”.

Este representante del Consejo General de Médicos que ha valorado favorablemente la evolución del comportamiento del profesional ante el diagnóstico de este tipo de trastornos, opina, sin embargo que las grandes asignaturas pendientes, en este terreno siguen siendo “la detección precoz y la búsqueda de fórmulas para atraer a la consulta a todos aquellos ciudadanos que soportan un problema grave y que, por diversas razones, no acuden a la consulta”. A juicio de este experto, “éstos son vacíos que habría que cubrir con ayuda de las Asociaciones de Pacientes correspondientes”.

La aportación de la Estrategia de Salud Mental

Los participantes en la presentación de esta Guía también hicieron alusión al avance que ha supuesto la Estrategia de Salud Mental puesta en marcha por el Ministerio de Sanidad, dado que, como ha destacado el doctor Bernardo, “hasta hace poco no había sensibilidad por parte de la Administración hacia estos temas”.

Por tanto, como se explicó, lo que ha hecho el Ministerio, al igual que algunos países de la UE es considerar la salud mental como una de las prioridades sanitarias de la población general. Incluso, como ha indicado este experto en Psiquiatría, se dispone de la Declaración de Hensilki, por parte de la Comunidad Europea “cuya finalidad es considerar las enfermedades de salud mental como prioritarias para toda Europa en cuanto a intervención sanitaria para los próximos años”.

Ahondando en la Estrategia española, el representante del Ministerio de Sanidad presente en este evento, Miguel Javier Rodríguez, subdirector general de Ordenación Profesional, ha señalado que la Estrategia lo que marca “son objetivos a conseguir, a partir de la cartera de servicios, en atención psicológica y psiquiátrica del Sistema Nacional de Salud”, distinguiendo de los objetivos en prestaciones y en niveles de calidad “que se tienen que suministrar con los medios que cada servicio de salud considere adecuados”.

Por otra parte, a Rodriguez no parece convencerle, por lo expresado, la creación de unidades específicas de atención a la ansiedad y depresión, ya que, como ha opinado, “con las unidades específicas lo único que se consigue es parcelar continuamente el sistema, y no podemos seguir en la línea de crear unidades específicas para cada patología”.