Para cerrar la segunda jornada del X Congreso Nacional de Deontología y Ética Médica se rindió un emotivo y caluroso homenaje a la Dra. María Castellano, fallecida recientemente.
El Dr. Tomás Cobo anunció que la Organización Médica Colegial va a crear un premio en honor a María Castellano, una médica ejemplar, que se otorgará cada año.
Si María fue tocada por algún don, fue por el de la ejemplaridad. No hay nada que podamos hacer para traer a María con nosotros otra vez, sin embargo, su ejemplaridad atravesará el tiempo como un rayo y será la luz que brille para las nuevas generaciones de médicos.
El Javier García Tirado realizó una semblanza de la profesora, de quien destacó su extenso currículum y su compromiso con la profesión y los pacientes.
Más allá de este momento de dolor, todos celebramos que María estuvo siempre con nosotros, que nos dejó imborrable su legado como persona, como humanista, y como maestra de la Medicina.
El Dr. Mariano Casado… Por la intensa e imparable actividad que desempeñó hasta los últimos días de su vida, los adjetivos laudatorios y la extensión y calidad de su currículo, tienen que ser constantemente revisados y mantenidos vivos en nuestra profesión.
Se nos ha ido una compañera y un referente del buen que hacer universitario y profesional, además de una amiga.




El Dr. Jacinto Bátiz fue otro de los intervinientes en este caluroso homenaje a la Dra. Castellano, que “nos ha enseñado ciencia y humanidad”, y de quien destacó que no hay ningún premio que pueda reconocer todo lo que ha aportado a la Medicina:
Nos ha dejado un gran legado: aprender a valorar que la vida es bella.
Por su parte, el Dr. Juan José Rodríguez Sendín destacó su trabajo en la OMC y en las comisiones de deontología, que “ha sido fundamental y de gran utilidad para dar verdadera respuesta en su búsqueda constante a cuestiones y dilemas que se plantean en el ejercicio de la profesión”.
Fue una gran persona, una extraordinaria amiga y una extraordinaria mujer, marcada por su inteligencia y sobre todo por su sencillez.
Finalmente, el Dr. Ángel Hernández Gil quiso agradecer las enseñanzas de la profesora, “por compartir siempre esta visión tan profunda y humana de nuestra profesión, por enseñarnos, por guiarnos, por mostrarnos que el conocimiento sin deontología ni ética carece de valor, y que la verdadera vocación se mide en entrega sin medida a los pacientes”.
Tu huella sigue viva en cada uno de nosotros, en tu familia, en tus amigos, en tus alumnos y en cada rincón donde pusiste el corazón. Dejas un legado que perdurará para siempre en la sociedad.
MARIA, gracias a ti por haberte conocido desde la infancia. Has sido referencia profesional y humana desde tu juventud. Hija, madre y abuela ejemplar, superando los durísimos golpes del destino. Tu personalidad era una sabia combinación de talento prodigioso, humildad, sencillez y capacidad de trabajo perseverante, que ofrecías con cariño y generosidad a cualquiera que estuviera a tu lado; además, de unas habilidades esenciales para resolver grandes retos profesionales con sencillas soluciones. Tu legado y tu espíritu permanecerán indemnes en la historia de la Medicina.
Gracias, por la última lección de vida al despedirte de mi personalmente en el preámbulo de tu fallecimiento. Siempre estarás en mi recuerdo, nunca te olvidaré. Con tu profunda fe, seguro que estarás donde tú querías. ‘Me voy con el padre’.