Domingo, 28 Mayo 2023

La individualización del tratamiento inmunosupresor es básica para mejorar resultados en el manejo del paciente trasplantado renal y cardiaco

11/02/2009

Es muy importante la coordinación entre nefrólogos y cardiólogos para optimizar y mejorar los resultados y la supervivencia en el trasplante. Según los moderadores de la reunión, los ISPs destacan por su acción inmunosupresora, muy potente y específica, que los hace especialmente idóneos para la prevención del rechazo de los injertos

Madrid, 12 de febrero 2009 (medicosypacientes.com)

Especialistas en trasplante renal y cardiaco de toda España han intercambiado experiencias sobre las cuestiones más actuales relacionadas con el trasplante y con la utilización de fármacos ISPS, en el marco del 4º Fórum de los Inhibidores de la Señal de Pro-liferación (ISP: everolimus y sirolimus).

Según los doctores Marisa Crespo Leiro, cardiólogo, responsable de la Unidad de Insuficiencia Cardiaca y Trasplante, Hospital Universitario de La Coruña y Federico Oppenheimer, jefe de la Unidad de Trasplante Renal del Servicio de Nefrología y Trasplante Renal, Hospital Clínic de Barcelona, ambos moderadores del Fórum, “el objetivo principal de este evento científico era la presentación de los grandes avances experimentados en el conocimiento del manejo clínico de los ISP, como tratamiento inmunosupresor en el trasplante de órganos”.

ISP, coordinación entre cardiólogos y nefrólo-gos

Los ISP son una familia de fármacos con unas características muy especiales, entre las que cabe destacar “su acción inmunosupresora, muy potente y específica, que los hace especialmente idóneos para la prevención del rechazo de los injertos”, explicó el Dr. Oppenheimer.

El moderador del Fórum puso de manifiesto la importancia del trabajo conjunto de nefrólogos y cardiólogos, más concretamente especialistas clínicos de trasplante renal y cardíaco, que son los modelos de trasplante donde existe más experiencia, para optimizar y mejorar los resultados y la supervivencia en el trasplante. “Es muy importante que compartan conocimientos en la evolución post-trasplante tanto de corazón como de riñón, ya que con frecuencia existen alteraciones en el riñón y corazón, respectivamente”, comentó la Dra. Crespo.

Introducción precoz del ISP

El temario estuvo dividido en dos grandes áreas de conocimiento: el abordaje de la inmunosupresión primaria con ISP, cuyo objetivo fundamental es introducir precozmente el fármaco, entre pocos días y varias semanas después del trasplante, para “prevenir complicaciones post-TC, en especial nefrotoxicidad, desarrollo de neoplasias o de enfermedad vascular del injerto”, tal y como detalló la Dra. Crespo. Se han desarrollado diversas alternativas al respecto y “nuestra misión es evaluar cuál de ellas es la mejor para cada tipo de paciente, es decir, la individualización del tratamiento inmunosupresor”, apuntó el Dr. Oppenheimer.

El otro aspecto importante de la reunión fue la inmunosupresión de rescate, o de los tratamientos de conversión, que tratan de recuperar el daño renal ya establecido o bien ofrecer un tratamiento inmunosupresor alternativo a los pacientes trasplantados que presentan cáncer. Los ISP se caracterizan por la reducción del riesgo de cáncer y están especialmente indicados en este tipo de pacientes.

Formato práctico

Este año, el Forum tuvo un formato más práctico, incluyendo una serie de casos prácticos o workshops desde la experiencia de los especialistas en trasplante renal y cardiaco. “Los talleres tienen la ventaja de que en ellos se trabaja con un grupo de personas reducido con lo que la dinámica es mucho más ágil, siendo también más fácil la interacción entre el ponente y las personas que participan en el grupo, además de ser más informal, se clarifican más dudas y existe más tiempo para la discusión”, puntualizó la Dra. Ana Isabel Sanchez Fructuoso, médico adjunto del servicio de Nefrología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.

Uno de estos workshops, coordinado por la Dra. S. Zárraga y la Dra. Sánchez Fructuoso, trató el manejo de los efectos adversos no renales relacionados con el uso de los ISP. El mayor problema del manejo de estos fármacos es la suspensión por sus efectos adversos, que dependiendo de las series puede superar el 30%. En los centros con amplia experiencia en su uso, este porcentaje desciende de manera importante.

“Nosotras realizamos una revisión de los mismos y proponemos unas pautas de actuación frente a ellos, basándonos en los descritos en la literatura y en nuestra propia experiencia. Esto puede aportar estrategias de intervención a centros con menor experiencia, a fin de poder mantener estos fármacos y beneficiarse el paciente de sus incuestionables ventajas en algunos campos”, concluyó la Dra. Sánchez Fructuoso.

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