En el marco del XXIV Encuentro de la Industria Farmacéutica, organizado por Farmaindustria, la Dra. Isabel Moya participó en la mesa redonda titulada “Transformando la gestión de un SNS digitalizado”, donde lanzó un mensaje claro: la transformación digital del Sistema Nacional de Salud (SNS) no puede limitarse a digitalizar procesos existentes, sino que debe suponer un cambio de paradigma cultural, organizativo y humano.
La vicepresidenta primera de la Organización Médica Colegial subrayó que esta transformación es tanto una necesidad como una responsabilidad compartida. “No se trata solo de usar tecnología, sino de hacer mejor medicina y ofrecer una atención sanitaria más eficiente, equitativa y humana”, afirmó.
Un sistema en crisis que exige acción
Durante su exposición la Dra. Moya expuso los principales desafíos que enfrenta el SNS:
- Costes crecientes: En un contexto de recursos limitados, se estima que entre un 10% y un 30% del gasto sanitario corresponde a atención innecesaria.
- Déficit de profesionales: Se prevé una escasez de más de 10 millones de trabajadores sanitarios a nivel global para 2030, con 3 millones en Europa.
- Envejecimiento y cronicidad: El aumento de enfermedades crónicas exige un modelo más proactivo y predictivo.
- Variabilidad clínica: Las desigualdades en el acceso y los resultados sanitarios siguen siendo una barrera para la equidad.
- La meta: un sistema centrado en valor y personas
A continuación, la radióloga defendió la necesidad de orientar la gestión sanitaria hacia la que denominó “quíntuple meta”:
- Mejorar la salud de la población, aprovechando el potencial de los datos.
- Mejorar la experiencia del paciente, con atención oportuna, respetuosa y de calidad.
- Reducir costes, mediante una gestión eficiente.
- Cuidar del bienestar de los profesionales sanitarios.
- Garantizar la equidad en salud.
Liderazgo, interoperabilidad y ética: claves del cambio
La Dra. Moya alertó sobre los principales cuellos de botella para lograr esta transformación: la falta de liderazgo efectivo, la escasa interoperabilidad técnica y semántica, y la necesidad de una implementación percibida como útil tanto por profesionales como por ciudadanos.
“Estamos pasando de historias clínicas digitales aisladas a un espacio europeo de datos de salud con reglas comunes, identidad digital e inteligencia artificial regulada. El reto es convertir los datos en valor sin perder humanidad ni principios éticos”, señaló.
Respecto al momento de auge de la inteligencia artificial en el que estamos inmersos, la vicepresidenta primera de OMC llamó a la cautela. “Vivimos una especie de fascinación por las promesas de la IA, pero el riesgo de perder el foco es alto. Debemos situarnos en un enfoque prudente, vigilante y alineado con la normativa”, advirtió.
Finalmente, destacó el papel del Reglamento del Espacio Europeo de Datos de Salud como un avance clave para impulsar esta transformación, aunque reconoció que el proceso sigue siendo lento.