La deshidratación es causa de ingreso hospitalario, sobre todo en verano
Se acerca el verano y los expertos del Observatorio de Hidratación y Salud (OHS) alertan de los riesgos de la deshidratación, especialmente entre los grupos más vulnerables a sus consecuencias. Los especialistas recomiendan beber además de agua, infusiones, refrescos, zumos, lácteos, etc. El sabor de las bebidas también hace más fácil alcanzar una adecuada hidratación
Madrid 6 de junio 2009 (medicosypacientes.com)
Comienza la época de calor y con ello aumenta el riesgo de deshidratación. Un 30% de la población española, 14 millones de personas, entre ancianos, deportistas, embarazadas, niños, enfermos crónicos, trabajadores al aire libre, etc. está en situación de riesgo de sufrirla. Sin embargo, diversos estudios ponen de manifiesto que, en general, los españoles no están suficientemente concienciados de los riesgos que implica y, en consecuencia, no se hidratan adecuadamente. Para evitarlo, los especialistas recomiendan ingerir variedad de bebidas incluyendo, además de agua, infusiones, refrescos, zumos, lácteos, etc. Éstas son algunas de las conclusiones del Coloquio "Hidratación y su papel en la salud: Situaciones de riesgo" organizado por la Asociación Nacional de Informadores de Salud (ANIS) en colaboración con el Observatorio de Hidratación y Salud (OHS).
Prof. Dr. Lluís Serra Majem, Catedrático de Medicina y Salud Pública de la Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, y miembro del Consejo Científico Asesor del OHS "Aún jugando un papel fundamental dentro de la nutrición, no se presta la adecuada atención al problema de la deshidratación. Desde el Observatorio de Hidratación y Salud, expertos en distintas disciplinas de la salud intentamos informar, educar y concienciar a la población de los riesgos de la deshidratación, sobre todo de cara a los próximos meses de calor".
Además de concienciar los colectivos de riesgo, en general, en verano aumentan las necesidades de hidratación para todo mundo ya que el calor, la humedad, la actividad, etc. hace que se produzcan grandes pérdidas, especialmente a través del sudor. De hecho, en ésta época se incrementa el número de fallecimientos que asocian estados de deshidratación, principalmente por golpe de calor ó agravamiento de enfermedades previas.
Uno de los mayores riesgos que puede generar un deficiente estado de hidratación es el llamado "golpe de calor". Esta situación se produce por un fallo de los mecanismos de regulación de la temperatura corporal. La causa suele ser la exposición directa y prolongada al sol. La subida excesiva de la temperatura puede sobrepasar la capacidad de adaptación del cuerpo a la situación ambiental y hacer que desaparezca la sudoración, que es la forma que tiene el cuerpo de bajar la temperatura, por lo que se puede llegar alcanzar los 40 o 41 grados.
El golpe de calor suele empezar con signos físicos como la piel seca y enrojecida, sensación de fatiga, sed intensa, calambres musculares, nauseas, vómitos, etc. y puede acabar en una pérdida de la consciencia. También se puede ver afectado el sistema circulatorio y el nervioso.
Las vacaciones estivales también pueden suponer un factor de riesgo: las gastroenteritis, diarreas del viajero, las exposiciones solares, los desplazamientos en avión (con condiciones de sequedad en vuelo similares a las del desierto), ambiente reseco por el aire acondicionado, etc. son causa frecuente de deshidratación.
La importancia de la hidratación
La hidratación es fundamental para desarrollar procesos fisiológicos básicos: digestión, transporte de nutrientes, eliminación de desechos a través de heces y orina, regulación de la temperatura, etc. Además, previene el estreñimiento, favorece el funcionamiento de los riñones y preserva el buen estado de la piel.
Si no se reponen los líquidos que se pierden (por sudor, orina, pulmones al respirar, etc.), manteniendo el equilibrio hídrico, el cuerpo tiene que recurrir al que se encuentra en el interior de las células y puede producirse una deshidratación, para evitarlo es necesario beber diversidad de bebidas, frecuentemente y en pequeñas cantidades, ingerir alimentos ricos en agua y evitar el alcohol ya que su efecto diurético hace que se necesiten beber más líquidos.
La deshidratación puede provocar: cansancio, alteración de la presión sanguínea, vértigo y desvanecimiento al levantarse, dificultad de concentración, reducción del rendimiento intelectual y cognitivo, dolor de cabeza, aceleración del ritmo cardíaco, apatía, vómitos, debilidad, etc., cuanto mayor es la pérdida de líquido más preocupantes son los síntomas. En los casos más graves puede provocar delirio, inconsciencia e incluso la muerte.
Según afirmó la Dra. Carmen Gómez Candela, Jefa de la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética del Hospital La Paz y miembro del Consejo Científico Asesor del OHS "Debemos ser conscientes de los riesgos de la deshidratación, no podemos olvidar que la deshidratación es causa de ingreso hospitalario, durante todo el año y sobre todo en verano, y adoptar medidas para evitarla. Aunque depende de muchos factores, estimamos entre dos y tres litros la cantidad necesaria de líquidos cada día. Incluir en la ingesta total variedad de bebidas nos harán más fácil llegar a esa cantidad; si además de agua, bebemos infusiones, refrescos, zumos, lácteos, etc. y tomamos alimentos con un alto contenido hídrico, nos resultará mucho más agradable. El sabor de las bebidas también facilita el beber lo necesario".
La falta de una adecuada hidratación también afecta al rendimiento, la productividad y la concentración del trabajador; en aquellos trabajos que requieren un esfuerzo físico acusado a altas temperaturas con importantes pérdidas de líquidos, como es el caso de los trabajadores al aire libre (bomberos, agricultores, trabajadores de la construcción, etc.), aumenta el riesgo de accidentes laborales. La función cerebral de los ancianos, también se ve afectada negativamente por la deshidratación pues reduce su velocidad de procesamiento y el rendimiento de la memoria.
Consejos
Para mejorar la concienciación y promover la adopción de hábitos saludables, el Observatorio pondrá en marcha campañas informativas que ayuden a prevenir las consecuencias de la deshidratación en una situación de riesgo como es el verano.
- Beber de 2 a 3 litros de líquido al día de manera continua y en pequeñas cantidades.
- Llevar siempre a mano una botella de bebida que nos recuerde la necesidad de beber.
- No confiar únicamente en la sensación de sed ya que suele aparecer cuando existe cierta deshidratación.
- Beber variedad de bebidas: agua, infusiones, refrescos, zumos, lácteos, etc. El sabor de las bebidas ayuda a beber lo necesario.
- Ingerir alimentos ricos en agua (frutas, verduras y hortalizas).
- Evitar el consumo de bebidas alcohólicas, pues tienen efecto diurético.
- En épocas de calor intenso: aumentar el consumo de líquidos y mantenerse en un ambiente fresco y ventilado.
- Vigilar la adecuada ingesta de líquido de los más vulnerables a la deshidratación (ancianos, deportistas, trabajadores al aire libre, etc.).