Cada año, al menos 3,9 millones de muertes prematuras se evitan en todo el mundo debido a la actividad física que practican las personas, según un nuevo estudio publicado en la revista 'The Lancet Global Health' por investigadores de las universidades británicas de Cambridge y Edimburgo
El equipo autor del estudio argumenta que con demasiada frecuencia la población se centra en las consecuencias negativas para la salud de los bajos niveles de actividad física cuando podría celebrar los logros que se consiguen con ella.
«La investigación de los factores del estilo de vida, como la falta de actividad física, la mala alimentación, el consumo de alcohol y el tabaquismo, tiende a centrarse en los daños que esto tiene para la salud –recuerda el doctor Paul Kelly, del Centro de Investigación de Actividad Física para la Salud de la Universidad de Edimburgo–. Esto ayuda a crear una narrativa para tratar de prevenir y reducir estos comportamientos».
«También creemos que es valioso tratar de comprender los beneficios que confieren los ‘comportamientos saludables’ para argumentar a favor de mantenerlos y aumentarlos –continúa y se pregunta–: ¿Podemos analizar los niveles de actividad de la población y estimar los beneficios de salud de toda esta actividad para la sociedad?».
En su estudio, la Dra. Tessa Strain, de la Unidad de Epidemiología del MRC de la Universidad de Cambridge, y sus colegas utilizaron un número conocido como la Fracción Prevenida para la Población, en este caso, la proporción de muertes que se evitaron debido a que las personas están físicamente activas.
El equipo analizó datos publicados previamente para 168 países, sobre la proporción de la población que cumple con la recomendación global de la Organización Mundial de la Salud de al menos 150 minutos de actividad aeróbica de intensidad moderada durante la semana, o 75 minutos de actividad de intensidad vigorosa, o un equivalente combinación.
La proporción de la población que alcanzó la cantidad recomendada de actividad física varió sustancialmente entre países, del 33% para Kuwait, al 64% para el Reino Unido, y al 94% para Mozambique.
Al combinar estos datos con estimaciones del riesgo relativo de morir prematuramente para las personas activas en comparación con las personas inactivas, los autores pudieron estimar la proporción de muertes prematuras que se evitaron porque las personas están físicamente activas.
Descubrieron que, a nivel mundial, debido a la actividad física, el número de muertes prematuras fue un promedio de 15% menor de lo que hubiera sido, 14% para las mujeres y 16% para los hombres, lo que equivale a aproximadamente 3,9 millones de vidas salvadas cada año.
A pesar de la considerable variación en los niveles de actividad física entre países, la contribución positiva de la actividad física fue notablemente consistente en todo el mundo, con una tendencia general hacia una mayor proporción de muertes prematuras evitadas para los países de bajos y medianos ingresos.
En los países de bajos ingresos, se evitó un promedio del 18% de las muertes prematuras en comparación con el 14% de los países de altos ingresos. Así, por ejemplo, en Estados Unidos se previnieron 140.200 muertes prematuras anualmente y en el Reino Unido, 26.600.
Los expertos en salud a menudo enmarcan el debate en términos de la cantidad de muertes tempranas debido a la falta de actividad física, estimando que 3,2 millones mueren prematuramente cada año. Pero los investigadores dicen que al mostrar cuántas muertes se evitan, también podría ser posible enmarcar el debate de una manera positiva y esto podría tener beneficios para la promoción, las políticas y los mensajes de población.
«Estamos acostumbrados a ver las desventajas de no hacer suficiente actividad, ya sea deportes o un gimnasio o simplemente una caminata rápida a la hora del almuerzo, pero al centrarnos en la cantidad de vidas salvadas, podemos contar una buena noticia de lo que es ya se está logrando –destaca Strain–. Nos dice lo bien que se está haciendo y nos ayuda a decir ‘mira cuánto beneficio ya está proporcionando la actividad física, hagamos las cosas aún mejores aumentando aún más los niveles de actividad física'».
«Aunque existe el riesgo de complacencia (la gente pregunta por qué necesitamos invertir más cuando ya está proporcionando beneficios), esperamos que nuestros hallazgos alienten a los gobiernos y las autoridades locales a proteger y mantener los servicios en climas económicos complicados», concluye.
