lunes, julio 28, 2025

Portal informativo de la Organización Médica Colegial de España

InicioOMCColegios y consejos autonómicosJosé García Medina, nombrado socio de honor de la Sociedad Española de...

José García Medina, nombrado socio de honor de la Sociedad Española de Radiología Vascular e Intervencionista

Ha sido nombrado socio de honor de la SERVEI. ¿Qué supone este reconocimiento a título personal y a nivel profesional?

Haber sido nombrado socio de honor de la Sociedad Española de Radiología Vascular e Intervencionista (SERVEI) supone, qué duda cabe, una gran satisfacción personal y profesional. Es el reconocimiento a una trayectoria vital de dedicación a una especialidad médica como es la Radiología Vascular Intervencionista, que ha sido para mí (y lo sigue siendo) mi vocación dentro de la Medicina. Desde que comencé mi andadura como radiólogo vascular intervencionista en 1990 (han pasado 35 años) me volqué en todos los hospitales en los que trabajé (El Pino de Las Palmas de Gran Canaria, Xeral de Vigo, San Jaime de Torrevieja, Arrixaca y Reina Sofía de Murcia). Y lo hice, tanto en el día a día con mis pacientes, como en mi actividad investigadora, docente y científica. Por eso, este premio en reconocimiento a mi labor me llena de orgullo y alegría.

¿Por qué eligió la Medicina?

En realidad, la Medicina no era mi primera opción al terminar el bachillerato, en el entonces llamado COU. Me matriculé en Arquitectura en Valencia en la Universidad Politécnica, pero en aquellos años (1974-1975) el plan de estudios era durísimo y al segundo año lo dejé y me matriculé en la Facultad de Medicina de Murcia, convirtiéndome en cuarta generación de médicos por línea paterna directa (mi padre, el Dr. José García Zarandieta) y segunda por línea materna (mi abuelo, el Dr. Antonio Medina Clares), además de tener a mi hermano Vicente haciendo ya la carrera. Entrar en Medicina era como estar en casa y por eso no dudé en hacer el cambio de Arquitectura a Medicina.
Y dentro de la Medicina, ¿por qué la Radiología?
Tanto mi padre como mis dos abuelos eran radiólogos, aunque todos ellos más implicados en la terapéutica dentro de la radiología; es decir, en lo que más tarde se convirtió en una especialidad distinta, que fue la Oncología Radioterápica. Por eso, aunque la Radiología me atraía, me sentía más inclinado al tratamiento médico-quirúrgico, algo que hizo que me dedicara finalmente al intervencionismo tanto vascular como no vascular dentro de la especialidad.

En sus años de ejercicio profesional, ¿Cómo ha evolucionado la especialidad y la relación médico-paciente?

Cuando comencé el MIR en 1988, algunas cosas empezaron a ser novedosas en la Radiología, como, por ejemplo, el revelado por máquinas de las placas radiográficas, la aparición de la ecografía y del TAC y los inicios de la entonces llamada “Resonancia Nuclear Magnética”. Pero fue en los años noventa del siglo XX y principios del XXI cuando la revolución tecnológica de la Radiología progresó a ritmo vertiginoso. Concretamente, en mi campo de la Radiología Vascular Intervencionista, la angiografía por sustracción digital fue un antes y un después, que, junto con los nuevos diseños de catéteres de angioplastia, stents y materiales de embolización, nos ayudó a avanzar en los tratamientos mínimamente invasivos y que han hecho del vascular intervencionismo una pieza clave en el engranaje de los hospitales.
En cuanto a la relación médico-paciente, el radiólogo se ha acercado más al paciente y ha dejado atrás esa famosa leyenda negra de “fotógrafo” que se le atribuía. Esto se ha concretado aún más en el campo de la Radiología Vascular Intervencionista.

¿Cómo valora la situación actual de la especialidad en cuanto a recursos humanos, técnicos, formación, etc.?

Globalmente, la Radiología, como la gran mayoría de las especialidades, necesita más médicos que apuesten por ella. En mi campo estamos asistiendo a un aumento de vocaciones debido a su atractivo y esto fortalece las expectativas presentes. La formación de los nuevos radiólogos está claramente resuelta, ya que todos los servicios en los que se imparte su docencia están dotados para ejercerla. Por otro lado, los avances tecnológicos de los últimos años han hecho de la Radiología una especialidad con una proyección enorme. Cualquier médico joven que apruebe el examen MIR sabe perfectamente que esta especialidad es una apuesta clara para realizarse como médico.

¿Cómo cree que será el futuro del ejercicio de la Medicina con la llegada de nuevas revoluciones como la Inteligencia Artificial?

En mi opinión, la inteligencia artificial (IA) la tenemos con nosotros desde hace tiempo y apenas nos hemos dado cuenta. La rapidez con la que aparecen nuevas tecnologías nos confunde; pero, en cualquier caso, no creo que vaya a ser un problema, sino más bien una solución para manejarnos mejor en nuestro ejercicio médico. Nos dará mayor rapidez a la hora de tomar decisiones, de resolver dudas diagnósticas y de plantear los tratamientos adecuados. Personalmente, no creo que haya que asustarse de ella, ya que nos puede ser de gran utilidad; es decir, no creo que la IA vaya a sustituir al médico, sino más bien a ayudarle a que su trabajo sea más eficiente.

¿Qué cree que tiene que hacer el médico ante estas tecnologías?  

Pues aprovecharlas y formarse bien en su manejo. Veo imprescindible en la formación de los médicos jóvenes compartir estas nuevas tecnologías con la sabiduría y experiencia de los médicos seniors con el fin de evitar caer en el olvido de los más importante, que es el paciente.

De sus años en activo… ¿algún recuerdo, persona o etapa especial?

Tengo muchos recuerdos. Mis principios profesionales, durante tres años, como médico “de pueblo” en las pedanías de Caravaca me marcaron como persona y como profesional en el trato humano con los pacientes. Otra etapa importante fueron los dos años en los que me formé como radiólogo vascular en Las Palmas de Gran Canaria a principios de los noventa. También fueron básicos en mi formación los ocho años en el Hospital Xeral de Vigo hasta finales del siglo XX, pues allí tuve un gran maestro, amigo y compañero, el Dr. Moisés Casal. Posteriormente, ya en Murcia, mi dedicación especial a los pacientes de hemodiálisis me llevó a conocer a grandes maestros internacionales, como el Dr. Turmel-Rodrigues en Francia.

¿Qué consejos les daría a los residentes que empiezan ahora su periodo de formación como especialistas?

Los mismos que le doy a mi hijo Juan José García Alfonso, que está, precisamente ahora, formándose como MIR en Dermatología en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza: que se esfuercen al máximo, que busquen a los mejores especialistas, que hagan rotaciones por otros países para ver otras maneras de trabajar. Y que sean humanos con los pacientes, que vean enfermos antes que enfermedades, que sean rigurosos y serios y, en definitiva, que disfruten de la Medicina como la gran profesión que es.

¿Y qué mensaje le gustaría trasladar a los ciudadanos?

A los ciudadanos les diría que entiendan nuestro trabajo, que comprendan el sacrificio que implica ser médico y que lo valoren. Básicamente, que nos vean como lo que somos: profesionales que trabajamos para curar y prevenir sus enfermedades. Y también que sean conscientes de la suerte que tenemos en España con nuestra sanidad pública y universal, algo que debemos cuidar y mantener.

Relacionados

TE PUEDE INTERESAR

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Más populares