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Los honorarios justos y mejores condiciones laborales para la profesión médica garantizan la eficacia del sistema en beneficio del paciente

La tercera mesa de la jornada del viernes en el X Congreso Nacional de Deontología y Ética Médica versó acerca de “Honorarios en la asistencia médica privada. Ética y deontología”.

Esta contó con las intervenciones de la Dra. Virginia Izura Azanza, vicesecretaria de la Organización Médica Colegial, que habló sobre el “Valor del acto médico”; y del Dr. Antonio J. García Ruiz, Health Economics & Outcomes Reserarch Dep Fharmacology & Clinical Therapeutics de la facultad de Medicina de la Universidad de Málaga, centró su ponencia en la “Ética y Deontología de los Honorarios Médicos”. El Dr. Alfonso Carmona Martínez, presidente del Consejo Andaluz de Colegios de Médicos y del COM Sevilla, y el Dr. Blas González Montero, presidente del COM Albacete, fueron los encargados de moderar esta mesa.

La Dra. Izura señaló las diferencias entre el ejercicio de la profesión en el ámbito público y concertado frente al privado, y destacó que “los tres puntos más importantes en cuanto a las diferencias son la estabilidad laboral, la supervisión y el control, y los derechos laborales”. Es decir, a los primeros, el empleador es quien les paga el salario y la Seguridad Social, les define el horario, cuentan con vacaciones remuneradas, …; mientras los últimos son ellos mismos los encargados de pagar los impuestos y gestionar su salario; disponen de flexibilidad horaria para organizar su trabajo, si no trabajan, no generan ingresos, …, explicó la doctora.

En el caso concreto de la profesión médica, los colegios de médicos tienen una disposición adicional cuarta de la ley sobre colegios profesionales según la que está “totalmente prohibida cualquier recomendación de baremos orientativos sobre honorarios profesionales”, señaló Izura. Por su parte, el Código de Ética y Deontología, en su artículo 92.1, dicta que “el acto médico no debe tener como fin exclusivo un beneficio económico”; en el 92.2, señala que los honorarios deben ser dignos y proporcionados, no abusivos; y en el 93.3, que un profesional de la Medicina “puede abstenerse de cobrar a un paciente sus honorarios cuando lo considere conveniente”.  

En definitiva, es esencial “actuar siempre en beneficio del paciente, garantizando siempre que los honorarios sean justos y razonables, y que prime la transparencia”, expuso la vicesecretaria de la OMC.

El Dr. Antonio J. García explicó que en economía de salud es necesario dar “el salto de un paciente a todos los pacientes y hacer números para grandes poblaciones”, es decir, no hay que centrarse en cuanto cuesta un paciente, sino en el cómputo general. “Cuando hablamos de evaluación en economía de la salud siempre se compara con algo o alguien, y se tiene en consideración el coste-oportunidad, es decir, se busca la eficiencia. Por ejemplo, ¿cuál es mejor fármaco para bajar la tensión?, el que se la baje a mi paciente”, expuso el experto. “Desde esta perspectiva, es ético ser eficiente. Esto implica que una correcta política de retribución a la profesión médica mejora la calidad y la efectividad”, afirmó el doctor.

En España hay muchas diferencias salariales y de posibilidades de desarrollo de la carrera profesional entre comunidades autónomas y eso produce desigualdad respecto a la calidad asistencial. Esto se debe a que en las provincias donde hay menos médicos porque están peor pagados y tienen peores condiciones, se da una sobrecarga asistencial, y esto puede llevar a producir errores médicos y desgaste profesional, señaló el doctor.

Asimismo, señaló que la trilogía de la gestión que consta de tres pasos: eficacia, efectividad y eficiencia. Los profesionales médicos trabajan en el primer paso, pero desde la economía de salud se evalúa todo. Finalmente, señaló que se debe considerar el valor que aporta el sistema sanitario y sus profesionales, por ejemplo, con el ahorro (no solo económico) que supone la prevención de infartos. En definitiva, el médico tiene que saber utilizar los recursos de la mejor forma a favor del coste-efectivad, señaló.

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