martes, mayo 13, 2025

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Una ayuda que construye vidas: “Después de un duro golpe, hay que seguir viviendo. Mi hija será arquitecta gracias a la FPSOMC”

La vida de María Rosario De La Fuente, enfermera de quirófano, y sus tres hijas cambió para siempre hace un año. Su marido, cirujano general en el Hospital de Segovia, falleció de repente en un accidente de tráfico. Fue en esos duros momentos cuando el Colegio de Médicos de Segovia y la Fundación para la Protección Social de la Organización Médica Colegial (FPSOMC) estuvieron a su lado, no solo con apoyo emocional, sino a través de ayudas que facilitaron que la vida siguiese después del golpe y sus hijas continuaran con sus estudios.

“Perdieron a su padre, pero sus vidas tenían que seguir y a veces no tienes fuerzas y crees que no vas a poder y la ayuda del Colegio y la FPSOMC te abre un poco el campo de visión. Te recuerda que hay que seguir para adelante y a mí personalmente me ha ayudado y nos ayuda mucho. Es tan duro, tan triste, pero la vida sigue”, con estas palabras Mª Rosario agradece este apoyo de una Fundación hecha de médicos y para médicos, para ayudar a sus familias en momentos tan difíciles como el suyo

“En mi caso no me pude permitir venirme abajo por mis tres hijas que tienen que seguir viviendo y no es justo para ellas y su padre no quería eso, sino que siguiesen con su vida y cumplieran sus objetivos y aunque su padre no está aquí, la Fundación les ayuda para que sigan con sus estudios y consigan lo que quieran  y construyan vidas maravillosas. Fue un golpe muy duro, se paró todo, pero la vida continua. Y sigue”, afirma esta madre valiente.

“No sabes que existe hasta que la necesitas y empiezas a darte cuenta lo valiosa que es la FPSOMC”, explica Mª Rosario quien define a la Fundación como un “desahogo y alivio” en el peor momento.

Y es que, en un momento duro, hablar de dinero resulta incómodo y “horrible”, tal y como asegura, pero es algo necesario para poder seguir viviendo. “Te cambia la vida en un segundo. De golpe. Y de una manera muy drástica», asegura esta madre valiente. «Nuestra vida giraba en torno a su sueldo, que evidentemente era superior al mío. Económicamente todo era mucho más complicado. Nuestra vida iba a cambiar mucho y fue en un momento crucial justo mi hija mayor iba a pasar del bachillerato a la universidad, y yo estaba muy agobiada», explica.

Fue entonces cuando Raúl, responsable de la protección social del Colegio de Médicos de Segovia, quien le llamó. “Me explicó -cuenta- que existían ayudas para familias como la nuestra para poder seguir viviendo y que pudieran seguir estudiando. En una semana ya estaba todo en marcha. La respuesta fue rápida, humana, cercana. No puedo estar más agradecida. Estuvieron muy pendientes nos dijeron que nos iban a ayudar en todo lo que necesitáramos”.

Y es que Alejandra de 19 años, Claudia de 17 y Carlota de 13, han podido continuar estudiando gracias a estas prestaciones de hijos menores de 21 años de la FPSOMC. Se trata de prestaciones asistenciales y económicas destinadas a contribuir en la cobertura de las necesidades básicas de la vida de los huérfanos/as de médicos.

Es más, Alejandra ha comenzado la universidad para estudiar Arquitectura con Interiorismo, su gran sueño y Claudia y Carlota ha podido seguir en el mismo colegio. “Pese al gran cambio que supone perder a su padre, pudieron tener la suerte que su vida no cambió, pueden ir a la universidad, seguir en el mismo colegio… gracias a estas ayudas”, señala.

“Una mano amiga que acompaña cuando más lo necesitas”

Pero no solo ha sido un apoyo económico. “Saber que hay alguien ahí, que no estás sola… eso también ayuda a seguir adelante. El presidente del Colegio de Médicos fue muy cercano. Se preocuparon por nosotras desde el primer momento. Siempre han estado pendientes. Es una mano amiga que acompaña cuando más lo necesitas”, asegura.

En su opinión, “hasta que no te sucede algo así no te das cuenta de la suerte que tienes de poder contar con una Fundación y sus ayudas que hacen que todo te cuesta un poco menos. Aportar una parte muy pequeña, supone una ayuda enorme porque hay a personas que les cambia la vida totalmente por completo y les ayuda muchísimo esa aportación. Como a nosotras. Ahora mismo es fundamental que existan este tipo de ayudas y que tengan visibilidad”.

“Yo animaría a todo el mundo que sea socio de una Fundación que ojalá existiese o crearan en otras profesiones. En cualquier profesión debería existir porque nadie está exento de que le pase algo y a todo el mundo le puede ocurrir en mi caso un accidente de tráfico a otros una enfermedad. Una pérdida siempre es horrible y a parte del sufrimiento de la perdida de algo que nadie habla es de la parte económica y lo que supone que falte una persona y un sueldo en la unidad familiar”, explica.

Para ella, es importante concienciarse. “Hay mucha gente que no conoce estas ayudas. Médicos que no saben lo que puede suponer ser socio protector. Cuesta muy poco dar una pequeña aportación, pero a familias como la mía les cambia la vida por completo. Porque la parte económica es muy importante, pero saber que hay alguien ahí detrás para ti, es una ayuda enorme. Es el alivio, el respaldo, la posibilidad de seguir adelante cuando todo se derrumba”, señala.

Más de 100 años de ayudas

Desde hace más de cien años, la Fundación para la Protección Social de la OMC acompaña a los profesionales de la Medicina y a sus familias en los momentos más difíciles. En 2024, destinó más de 13 millones de euros a ayudas y prestaciones, un esfuerzo colectivo que se sostiene gracias a la aportación voluntaria de más de 100 000 socios protectores y donantes que de forma altruista mantienen cada año esta red.

La Fundación llega donde el Estado del bienestar no alcanza. Con ayudas que realmente cambian vidas y la historia de María Rosario es un ejemplo de ello.

“Desde aquí, vamos a estar para lo que necesitéis. Porque esta ayuda nos ha sostenido cuando más lo necesitábamos. Porque ahora mi hija será arquitecta gracias a la ayuda de la FPSOMC”, concluye.

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