La Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), a través de su Dirección de Acción Humanitaria, ha activado su respuesta de emergencia tras el terremoto que sacudió el norte de la isla de Cebú (Filipinas) el pasado 30 de septiembre a las 21:59 hora local.
El seísmo, de intensidad destructiva 6.9, ha causado importantes daños en viviendas e infraestructuras y ha afectado a más de 170.000 personas. Muchas de ellas han tenido que ser trasladadas a centros de evacuación temporales.
Se han registrado más de 700 réplicas en las horas posteriores al temblor, lo que ha incrementado el riesgo y la vulnerabilidad de las comunidades afectadas. Según datos del Consejo Nacional de Reducción y Gestión del Riesgo de Desastres, un total de 47.221 familias han resultado damnificadas, con miles de viviendas quedando inhabitables o destruidas.
RESPUESTA HUMANITARIA
Ante esta catástrofe, la AECID ha activado su convenio de emergencias con Acción contra el Hambre por un valor de 100.000 euros, con el que se prevé atender a 6.500 personas mediante intervenciones de emergencia en agua, saneamiento y refugio. Estas acciones permitirán asegurar el acceso a agua potable y ofrecer soluciones temporales de vivienda a las familias más afectadas.
Además, la institución contribuirá con 300.000 euros al llamamiento de emergencia de la Federación Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR) para apoyar a 67.500 personas en situación de vulnerabilidad (unas 13.500 familias) en los municipios más afectados de la provincia de Cebú. Esta operación priorizará a quienes han perdido sus hogares o no pueden regresar a ellos con seguridad: familias con bajos ingresos, personas mayores, mujeres embarazadas o lactantes, niños, niñas y personas con discapacidad. El objetivo es garantizar el acceso a refugio seguro, artículos esenciales y apoyo psicosocial para facilitar una recuperación temprana.
Con estas actuaciones, España refuerza su compromiso con la población filipina, país con el que mantiene una estrecha relación de cooperación, y reafirma su voluntad de estar presente en los momentos más críticos, cuando la ayuda humanitaria resulta más necesaria.