El riesgo de enfermedades de transmisión sexual existe en la mayoría de los viajes
Según ha explicado el director del Centro de Enfermedades de Transmisión Sexual de Sevilla, Evelio Perea, mientras que en Europa hay una atención muy organizada en relación al tratamiento y atención de estas patologías, “en España desgraciadamente sólo se cuenta con 20 clínicas para más de 40 millones de habitantes”
Málaga, 29 de julio 2008 (Redacción)
La relación de las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) y el turismo "ha existido desde hace muchísimo tiempo" y "el riesgo de estas enfermedades existe en la mayoría de los viajes, salvo que se vaya con una actitud exclusivamente cultural o familiar", tal como manifestó el catedrático de Microbiología de la Universidad de Sevilla y director del Centro de Enfermedades de Transmisión Sexual de Sevilla, Evelio Perea Pérez, durante la conferencia 'Enfermedades de transmisión sexual', enmarcada en los Cursos de Verano que la Universidad de Málaga (UMA) desarrolla en la localidad malagueña de Vélez-Málaga, en esta ocasión dirigido por la presidenta de la Real Academia de Medicina de Andalucía Oriental, Carmen Maroto.
El profesor Perea señaló durante su ponencia, que más de 400 millones de personas en el mundo están afectadas en la actualidad por alguna ETS. En algunos países estas enfermedades son endémicas porque no tienen capacidad de erradicarlas como en parte del Caribe, Extremo Oriente o el África Subsahariana, pero en Europa también las hay, con la diferencia de que aquí las enfermedades que tienen una corta incubación o que se manifiestan químicamente, como la gonococia, están prácticamente erradicadas, pero las producidas por virus como el de la Hepatitis C, el VIH o el de la Hepatitis A siguen prevaleciendo porque no hay manera de identificarlas, aunque ya existen vacunas para algunas de ellas”.
Comparativamente, en Europa hay una atención muy organizada en relación al tratamiento y atención de las ETS , que España desgraciadamente no tiene con sólo 20 clínicas para más de 40 millones de habitantes, señaló Perea, que destacó que sólo Inglaterra tiene 400 clínicas dedicadas a las ETS con una media de 500.000 habitantes por clínica especializada en este tipo de enfermedades, en las que la atención es anónima y dónde se facilita el diagnóstico y tratamiento sobre la marcha, sin necesidad de buscar una atención privada y secreta.
"Hace 40 años -añadió- que clamo en un desierto para que la situación cambie y se acerque a los baremos europeos, pero no piensan que sean importantes y otros que sólo es un problema de la prostitución y eso es un error. No se da información de las ETS en las escuelas que es dónde hay que darlas, es un problema de familia, de niños y niñas de 14 años, no de adultos, hoy desgraciadamente es así y no lo queremos ver en España, pero esta hipocresía conllevará consecuencias. Ningún Gobierno ni siquiera el actual que supuestamente debería ser más sensible lo es con este tema” apostilló este experto.
El problema radica según Perea en que “no se puede identificar a una persona que padezca una ETS, porque la mayoría no tienen una manifestación clínica ni cutánea que nos permita saber si una persona está infectada, así que todo contacto a priori puede ser un factor de riesgo peligroso”.
Este experto diferencia entre tres tipos de clasificaciones: una persona que está fuera de su ambiente haciendo turismo y es portadora ella misma de la enfermedad y que al estar fuera de su ambiente y de la presión social tiene relaciones sexuales con sus propios compañeros de viaje o con los ciudadanos del lugar que visita; un tipo viajero de turismo sexual que se desplaza a países donde la prostitución es más libre o a países pobres dónde las personas se prostituyen, en muchos de los casos, para sobrevivir; y un tercer tipo de viajero más moderno que práctica un turismo sexual compartido en el que se forma un grupo en el que las personas son desinhibidas y mantienen relaciones sexuales entre ellas en un ambiente diferente en el que viven habitualmente.
El catedrático se refirió, finalmente, a las medidas de protección de profilaxis y de barrera como el preservativo hay que usarlas, “pero sin dejar de tener en cuenta que el preservativo sólo previene la transmisión estrictamente en el área genital, en otras muchas prácticas sexuales este método tiene un papel menos importante”, apostilló. También aludió a actitudes positivas como hacer una elección de parejas o limitar el número de ellas.