Los niños y adolescentes tienen el doble de probabilidades de experimentar COVID persistente tras contraer la enfermedad por segunda vez, en comparación con sus compañeros con una sola infección previa, según un amplio estudio realizado en el Hospital Infantil Ann & Robert H. Lurie de Chicago (Estados Unidos) y publicado en ‘Lancet Infectious Diseases’.
Estos resultados contradicen la percepción popular de que la COVID en niños es «leve» y que las reinfecciones no conllevan el mismo riesgo de COVID persistente que las infecciones iniciales.
Entre las afecciones asociadas con la COVID persistente en jóvenes, la miocarditis (inflamación del músculo cardíaco que puede debilitar el corazón e incluso resultar mortal) fue la más común, y el riesgo se triplicó tras una segunda infección por COVID en comparación con la infección inicial. La probabilidad de presentar coágulos sanguíneos en niños fue más del doble tras una segunda infección por COVID. Los niños también presentaron un mayor riesgo de padecer muchas otras afecciones tras contraer COVID dos veces, como daño renal, latidos cardíacos anormales, dolor de cabeza, dolor abdominal y fatiga intensa.
«Los resultados de este estudio respaldan aún más una de las razones más sólidas que les doy a los pacientes, las familias y los médicos sobre la vacunación: más vacunas deberían conducir a menos infecciones, lo que debería conducir a menos casos de COVID prolongado», acuña el coautor Ravi Jhaveri, jefe de Enfermedades Infecciosas Pediátricas en el Hospital Infantil Ann & Robert H. Lurie de Chicago y profesor de Pediatría en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern (Estados Unidos).
Los investigadores analizaron datos de las historias clínicas electrónicas (HCE) de más de 465.000 niños y adolescentes desde el 1 de enero de 2022 hasta el 13 de octubre de 2023, cuando la variante Omicron era la predominante. Este estudio forma parte de la Iniciativa RECOVER, que incluye a 40 hospitales infantiles e instituciones de salud de EE. UU. y cuyo objetivo es comprender los efectos a largo plazo de la COVID-19. Este estudio es la primera y mayor investigación longitudinal basada en HCE sobre la COVID-19 persistente tras la reinfección en niños y adolescentes.
«El nivel de coordinación, intercambio de datos y análisis requiere una infraestructura masiva y un apoyo continuo», asegura el autor principal, el doctor Yong Chen, profesor de Bioestadística y director de PennCIL en la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos). «Sin esta inversión, no habríamos tenido acceso a una población pediátrica tan grande y diversa, ni la capacidad de evaluar rigurosamente la COVID prolongada de forma aplicable a diferentes niveles de atención».
En el futuro, los investigadores planean rastrear datos de pacientes pediátricos que abarquen períodos de tiempo más largos, examinar si las variantes más nuevas de COVID cambian el patrón de riesgo y explorar estrategias específicas que podrían ayudar a prevenir efectos graves a largo plazo.