Desde 2002, la asociación del Fondo Mundial ha contribuido a salvar 70 millones de vidas y ha logrado reducir en un 63% la mortalidad combinada por sida, tuberculosis y malaria y en un 42% la incidencia de estas enfermedades en los países donde invierte, según el ‘Informe de Resultados 2025’ presentado este miércoles por Salud por Derecho.
Los datos de 2024 muestran el impacto de estas inversiones: 25,6 millones de personas recibieron tratamiento antirretroviral frente al VIH, 7,4 millones fueron tratadas contra la tuberculosis y se distribuyeron 162 millones de mosquiteros tratados con insecticida para “proteger a familias frente a la malaria”.
Además, 648.000 madres seropositivas recibieron medicamentos para “mantenerse con vida” y “evitar transmitir el virus a sus bebés”, y más de 50 millones de niños accedieron a quimioprevención estacional contra la malaria.
El informe subraya que estos resultados se han alcanzado “gracias a la colaboración de gobiernos, sociedad civil, comunidades y donantes”, y que han supuesto no solo vidas salvadas, sino también “un aumento de la esperanza de vida en muchos países de renta baja y media”. En 15 países del África subsahariana, la esperanza de vida pasó de 49 a 61 años entre 2002 y 2021, y más de la mitad de esa mejora se atribuye “al progreso frente a las tres enfermedades”.
No obstante, el Fondo Mundial advierte de que, tras dos décadas de avances, la salud global atraviesa una “crisis decisiva”: los recortes en la financiación internacional, unidos a factores como los conflictos, el cambio climático o la resistencia a fármacos, “amenazan con revertir los logros conseguidos”. Por ello, reclama un “compromiso renovado” en la Octava Reposición de Recursos de 2025, considerada “esencial para evitar un resurgimiento de estas epidemias” y garantizar “la seguridad sanitaria mundial”.