La Dra. M.ª Isabel Moya, vicepresidenta primera de la Organización Médica Colegial (OMC), participó el pasado viernes, 13 de junio, en la X Reunión de Bioética y Profesionalismo de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) en el Hospital de La Princesa.
En su intervención titulada ‘La Medicina en crisis: ¿falta vocación?’, la doctora partía de dos reflexiones importantes: “la primera, para intentar dar respuesta a la pregunta de la fiesta si la medicina está en crisis y si es porque falta vocación; y la segunda, para ver cómo la transformación digital puede afectar a nuestra a nuestra vocación”, explicó.
Para la primera reflexión es importante entrar en contexto y poner sobre la mesa que es lo que entendemos por Medicina para pasar a reflexionar sobre cómo la Medicina se transforma con la tecnología y la innovación que estamos experimentando actualmente, señaló la vicepresidenta primera de la OMC. “El ejercicio de la profesión médica se ha ido modificando por la evolución social, científica y tecnológica a lo largo del tiempo. Desde el Código de Hammurabi, el primer texto que se conoce como código de prácticas médicas; pasando por el padre del profesionalismo, Hipócrates; por el paso de esta Medicina ya basada en evidencias científicas a esta más orientada a la seguridad del paciente y a resultados en salud, …”, expuso. Todo esto, añadió la Dra. Moya, ha pasado a conceptuar la Medicina de forma diferente, y el ejercicio y la vocación nos son los mismos, porque cambia el propósito y, por tanto, también lo hace la educación.
El Diccionario de la RAE define vocación en su primera acepción como “inspiración con que Dios llama a algún estado, especialmente al de religión”; que se puede interpretar también como dicta la tercera, lo hace como “inclinación a un estado, una profesión o una carrera”. “Estrictamente, la vocación es la inclinación para ejercer la Medicina, pero, como decía Gregorio Marañón es mucho más a lo largo de la historia, y esa inclinación subyace la voluntad de servir al enfermo y a la sociedad comprometidos con la integridad, la compasión y la excelencia profesional; y eso es lo que, en términos generales, entendemos todos por vocación”, afirmó la doctora.

A pesar de los cambios que se han producido, es necesario reflexionar a sobre cómo la innovación ha afectado a este ejercicio de la Medicina para ver cómo nos vamos a enfrentar ahora a una auténtica revolución. “A lo largo de la historia de la Medicina nos hemos enfrentado a retos éticos y profesionales muy importantes que nos han supuesto dilemas éticos”, por ejemplo, el invento del estetoscopio, que tuvo un impacto importantísimo y se sintió como una amenaza para el ojo clínico; el descubrimiento de los rayos X que tensionó la Medicina en esos momentos; el uso masivo de antibióticos y vacunas; la Medicina intensiva; la tecnología hospitalaria; la digitalización y los registros electrónicos; y un largo etcétera, explico en la intervención.
Estamos en la era de la inteligencia artificial y la Medicina basada en datos, y surge algo que no teníamos hasta este momento, que es si las máquinas nos van a suplir o no, o si no lo hace, cómo va a ser nuestro rol. Todo ello va a afectar indudablemente a este concepto de educación.
“Esta revolución 4.0, lo que tiene de diferente con respecto a esta innovación que ha arrastrado a lo largo de los años la Medicina es el que tiene un crecimiento vertiginoso y nuestra adaptabilidad no es tan vertiginosa. La tecnología avanza mucho más y tenemos una brecha de adaptabilidad”, afirmó Moya. “En ese paso de la Medicina compasiva a la Medicina de resultados, ha aumentado la complejidad y estamos haciendo Medicina defensiva con mucha más tecnología porque el ciudadano nos exige más. Esto significa una gran presión para nosotros, el sistema de prestación de atención sanitaria se orienta hacia la hospitalización y hacia la subespecialización, y hace que en el acto médico se pierda la visión integral del paciente”, expuso la doctora. A todo ello, explicó la Dra. Moya, se suman la actual precariedad y las condiciones laborales, en un contexto en el que aparece el burnout.
Así, las consecuencias de todo lo anterior son para la experta “la deshumanización en la atención, el desgaste emocional del profesional con una gran presión y una pérdida del propósito de la Medicina, que afectan y favorecen el desgaste y lo que podríamos llamar la desvinculación vocacional”. En este contexto surge toda la transformación digital y la salud digital, que no solamente significa usar la tecnología más moderna, la inteligencia artificial, big data, etc., sino que con estas herramientas podamos cambiar las organizaciones. Los ciudadanos son digitales y quieren médicos digitales y organizaciones adaptadas en este entorno; y en esto tenemos una brecha de adaptabilidad que puede estar afectando a nuestra vocación y que cambiará el ejercicio profesional del médico. Los médicos pasaremos a ser gestores de información compleja y tenemos que volvernos expertos en otras cosas como la capacidad de interpretar, integrar y validar datos generados por múltiples fuentes y dependeremos de la tecnología; por tanto, vamos a tener que adquirir otras competencias.
Finalmente, señaló como riesgo fundamental que si no se implementa bien la inteligencia artificial porque va a suponer una pérdida de pensamiento crítico, y en la vocación afectará porque el desencanto con la burocratización y el tecnicismo que ahora hace que incluso los médicos jóvenes no reconozcan el ejercicio de hoy aquello que les motivó a estudiar Medicina. En cualquier caso, la hoja de ruta es “high tech, high touch”, es decir, el equilibrio que tenemos que lograr entre la tecnología y la humanidad. “El avance no ha sido lo que ha puesto en riesgo la vocación, sino cómo lo hemos hecho: la falta de gobernanza ética, de formación humanista para integrarlo y de adaptabilidad a las necesidades educación. En definitiva, la vocación no está en crisis, sino que hay una crisis de adaptabilidad. Sí hay una secundaria como consecuencia de la crisis del sistema sanitario en la que la vocación ha sido un recurso muy explotado”, finalizó.