miércoles, abril 24, 2024

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Dra. Beatriz Domínguez-Gil: «Los pacientes que necesitan un trasplante han sido víctimas colaterales de esta terrible pandemia a nivel global»

La doctora Domínguez-Gil, directora de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), explica en esta entrevista a Médicos y Pacientes la situación actual de la donación y el trasplante de órganos en España. Asimismo, destaca que en 2019 se alcanzaron máximos históricos, y, aunque "la sociedad ha mostrado su infinita solidaridad y apoyo, la pandemia ha impuesto importantes obstáculos"

La doctora Beatriz Domínguez-Gil participa hoy en la sesión científica de la Asociación Médica Mundial (AMM): “El Médico en la donación y el trasplante de órganos: implicaciones éticas”, que se celebra a partir de las 13:00 de forma telemática y que han organizado el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos, junto con la AMM y la Organización Nacional de Trasplantes (ONT).

 
¿En qué punto se encuentra la donación de órganos en España? ¿Y en el resto del mundo?
 
Tras años de crecimiento sostenido de la actividad de donación y trasplante de órganos en España y en muchos países del mundo, se ha producido un importante retroceso en 2020 como consecuencia de la crisis sanitaria que ha causado la COVID-19. La pandemia ha impuesto desde el principio importantes obstáculos a este programa por la saturación de los hospitales y de las unidades de cuidados intensivos a lo largo de las sucesivas olas y por el impacto de la enfermedad sobre el paciente trasplantado.
 
En el año 2020, la actividad de donación descendió un 23% y la de trasplante un 19% en comparación con 2019, un año en el que alcanzamos máximos históricos. Pese a ese descenso, España registró el año pasado una actividad de donación y trasplante que superó con creces lo logrado por cualquier país de nuestro entorno en era prepandémica y mantuvo su liderazgo mundial en donación, ya durante 29 años consecutivos. Estos datos muestran la capacidad de resistencia y de recuperación de nuestro programa, algo sobre lo que continuamos trabajando. 
 
En lo que respecta al resto de países, la actividad mundial de trasplante se redujo un 18% en 2020, de acuerdo con el último informe del Registro Mundial de Trasplante, que gestiona la ONT por designación de la Organización Mundial de la Salud. La mayoría de países han sufrido descensos variables en sus niveles de actividad, lo que pone de manifiesto que los pacientes que necesitan un trasplante han sido víctimas colaterales de esta terrible pandemia a nivel global. 
 
¿Cómo ha afectado la pandemia a los pacientes que están en lista de espera para recibir un trasplante? Cuantitativamente hablando, ¿el ritmo de trasplantes ha recuperado ya la normalidad?
 
Aunque pueda resultar paradójico, el volumen de pacientes en lista de espera para trasplante no aumentó en el año 2020, incluso se redujo discretamente. El motivo es que, particularmente durante la primera ola, se produjo un descenso llamativo en el número de inclusiones en lista de espera, lo que atribuimos nuevamente a la saturación del sistema sanitario, tanto en atención primaria, como especializada. 
 
Para afrontar la difícil acometida que supuso la crisis sanitaria, la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), en colaboración con las Comunidades Autónomas, y toda la red de coordinación y trasplante, ha buscado la protección del Programa siempre que las circunstancias epidemiológicas y de seguridad lo han permitido. Gracias a las medidas adoptadas desde el principio de la pandemia, la actividad de donación y trasplante ha recuperado un ritmo razonable desde junio de 2020. Si comparamos los primeros ocho meses del año con el correspondiente periodo de 2020, la donación de fallecido ha crecido un 6%, la de donante vivo un 18% y la de trasplante de todo tipo de órganos lo ha hecho en un 7%. 
 
¿Y qué ocurre con los donantes? ¿Se ha visto afectada la cantidad de donantes durante la pandemia, especialmente durante el periodo de confinamiento?
 
Sí, la reducción de los procedimientos de trasplante está íntimamente ligada con el descenso de la donación. Aunque la sociedad ha mostrado su infinita solidaridad y apoyo, la pandemia ha impuesto importantes obstáculos a un proceso que ya es de elevada complejidad en circunstancias normales. Las dificultades han sido más evidentes durante los momentos más críticos de la pandemia. 
 
De forma resumida, se ha producido un descenso en la potencialidad de donación por motivos no esclarecidos, la saturación de las unidades de cuidados intensivos ha impedido que se activaran algunos procesos, se han perdido donantes por positividad para SARS-CoV-2 y nos hemos enfrentado a numerosos problemas logísticos y de personal durante el confinamiento. Todo ello explica el descenso en el número de donantes fallecidos que evidenciamos en 2020 y que seguimos observando en 2021, aunque con un impacto menor.  
 
Me gustaría destacar la labor de los profesionales sanitarios, que ha sido clave para mantener la actividad pese a todas las dificultades que hemos mencionado. La mayoría de los coordinadores de trasplante son intensivistas y han tenido que trabajar al 200% en la UCI para atender a los pacientes con COVID-19 y, simultáneamente, mantener el programa de donación. 
 
¿Cómo se han adaptado los protocolos a la evolución de la pandemia?
 
El desarrollo de protocolos de actuación para la evaluación de donantes y receptores con respecto a la infección causada por SARS-CoV-2, la generación de evidencia sobre la incidencia y el curso de la infección en el paciente trasplantado y directrices para la gestión de los programas son algunas de las medidas que adoptamos desde el inicio de la pandemia y que han permitido recuperar en gran medida la actividad perdida en 2020.
 
Con respecto a los protocolos de evaluación, desde el inicio de la crisis sanitaria se realiza un cribado de donantes y receptores para la COVID-19 mediante PCR en muestra de tracto respiratorio. En términos generales, la donación y el trasplante no siguen adelante en caso de dar positivo para SARS-COV-2. No obstante, a media que hemos adquirido un mayor conocimiento de la infección y hemos acumulado experiencia, se han ido flexibilizando los criterios. Por ejemplo, ya hemos realizado varios trasplantes de órganos de donantes que habían pasado la COVID-19 antes de fallecer, pero persistían con PCR positiva, al considerarse que estaban en fase no infectiva.
 
¿Cuáles son los objetivos a corto y medio plazo de la ONT?
 
Nuestra principal misión es recuperar la actividad de donación y trasplante al 100%, recuperando todas las líneas de actuación de nuestro Plan 50×22 con el que buscamos alcanzar los 50 donantes p.m.p y superar los 5500 trasplantes en el año 2022, meta que habríamos logrado en 2020 si no nos hubiera golpeado esta crisis sanitaria. Dentro de este Plan incluimos nuevas vías para seguir incrementando la disponibilidad de órganos para trasplante, como la consolidación de los cuidados intensivos orientados a la donación, el fomento de la donación en asistolia, la optimización del donante de criterios expandidos y de riesgo no estándar, las mejoras en la donación pediátrica o la incorporación de la sanidad privada a la actividad de donación. A ello se añaden iniciativas para crecer en la actividad de trasplante renal de donante vivo y para mejorar el acceso de determinados grupos de pacientes a la terapia del trasplante, como los pacientes hiperinmunizados y los pediátricos.  
 
Mejorar la calidad y la seguridad de los procesos es otra área en la que estamos trabajando. En este sentido, el programa de donante de riesgo no estándar y el sistema nacional de biovigilancia se han convertido en herramientas fundamentales en nuestro ámbito, cuya necesidad ha quedado más patente que nunca en este año de alerta sanitaria. La mejora cualitativa, unida a la definitiva apuesta por la I+D+i nos hace ver como imprescindible la consolidación de los sistemas de información de la ONT en donación y trasplante, que nos permita evaluar de manera detallada resultados en salud y apoyar la investigación en materia de trasplante.
 
¿Cómo trabaja la agencia española en colaboración con otros países?
 
La ONT tiene un programa de cooperación internacional muy sólido a través de acuerdos de cooperación bilateral con diferentes países del mundo y de los foros internacionales que ofrecen diferentes organismos. Esto nos permite apoyar a países de los cinco continentes a construir y mejorar sus programas de trasplante, inspirándose en el Modelo Español. 
 
La ONT es centro colaborador de la OMS y gestiona el Observatorio Global de Donación y Trasplantes (GODT) desde hace 15 años. Sus datos se recogen anualmente en la “Newsletter Transplant” del Consejo de Europa. Tanto mi predecesor al frente de la ONT como yo hemos presidido durante varios años la Comisión de Trasplantes del Consejo de Europa. La ONT también preside la Red/Consejo Iberoamericano de Donación y Trasplante que nos permite colaborar con los representantes en trasplante de los ministerios de salud de los países de América Latina y desarrollar acciones formativas para profesionales de la región. 
 
Como fruto de esta colaboración internacional, hemos visto crecimientos muy destacados en la actividad de donación y trasplante en países como Australia, Canadá, países de la Unión Europea y toda la región latinoamericana, donde la actividad se ha duplicado desde que se creara la RCIDT en 2005 hasta 2019. 
 
¿Cómo le pediría a la población que sean donantes? ¿Por qué razones cree que todavía hay gente que no desea donar sus órganos, tejidos y células?
 
La realidad es que la sociedad española es muy generosa. Tanto es así que nueve de cada diez familias a las que se les solicita la donación dicen que sí. El éxito del modelo español de donación y trasplante es, por tanto, un éxito de país. Todos formamos parte de él en el momento en el que transmitimos a los familiares nuestro deseo de ser donante. Finalmente son ellos a los que se aproxima el coordinador de trasplantes y los que determinan la decisión. Si se ha hablado previamente en este entorno, es mucho más sencillo.
 
A la población le insistiría en la importancia de donar por el impacto que el trasplante tiene en la salud de otras personas, por su contribución a la sostenibilidad de nuestro sistema sanitario, y por la forma de trascender y dejar patentes nuestros valores que supone este generoso acto. 
 
Aunque existen medios para expresar nuestra voluntad de ser donantes, como es el Registro de Instrucciones Previas o de Voluntades Anticipadas, animo a todas las personas a que comuniquen su deseo a sus seres queridos. Pueden adquirir la tarjeta de donante, sin validez legal, en esta página de la ONT, pero sirva esa tarjeta para comentar nuestra voluntad en nuestro entorno. 
 
No quiero perder la oportunidad de insistir también en la importancia de la donación de médula ósea. Animo a los lectores a informarse de este tipo de donación a través de la campaña que lanzó la ONT, las Comunidades Autónomas y la Fundación Carreras, Un Match X Una Vida.
 
¿Qué consejo le daría a un médico que desee dedicarse a los trasplantes?
 
El trasplante constituye un ámbito sanitario extraordinariamente atractivo, no sólo desde una perspectiva técnica, sino desde una perspectiva humanitaria. A los médicos que desean dedicarse al trasplante, les aconsejo perseverancia y compromiso con una actividad que es profundamente transformadora de nuestra sociedad.  
 
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