El Dr. Víctor Manuel Ramos, jefe de la Unidad de Urgencias del Hospital Campo Arañuelo de Navalmoral de la Mata, en Cáceres, es uno de los más de 5.000 médicos que ha sufrido una agresión en el ejercicio de su profesión en los últimos 10 años. En esta entrevista para “MédicosyPacientes” le pone voz y rostro a esta cifra: “Me empezó a insultar y amenazar y sentí una profunda decepción, llevo más de 30 años cuidando de la salud de todos y me parece un trato injusto”
Más de 440 médicos han sufrido algún tipo de agresión durante 2020 según las cifras que el Observatorio Nacional de Agresiones de la Organización Médica Colegial (OMC) ha presentado con motivo del Día Europeo Contra las Agresiones a Médicos y Profesionales Sanitarios, que se celebra el 12 de marzo.
Tal y como cuenta en su testimonio para “MedicosyPacientes”, el Dr. Víctor Manuel Ramos, también vicepresidente del Colegio de Médicos de Cáceres, se encontraba de guardia en la Unidad de Urgencias del Hospital Campo Arañuelo de Navalmoral de la Mata, en Cáceres, de la que es jefe cuando “un paciente ingresó dando voces e increpando a todo el mundo por un problema de meses de evolución”.
Al decirle que se tranquilizase, según explica el Dr. Ramos “empezó a insultarme y amenazarme”. Inicialmente sintió “sorpresa porque me pareció que era una respuesta y actitud desproporcionada a lo que se le dijo”.
Cuenta que en un primer momento y por indicación de la enfermería se retiró y avisaron a seguridad. “Acto seguido avisé al jefe de guardia y le comuniqué lo sucedido”, explica el Dr. Ramos.
“A la mañana siguiente interpuse una denuncia en el cuartel de la Guardia Civil de mi localidad” explica el también vicepresidente segundo del Colegio de Médicos de Cáceres, para después añadir que sintió “una profunda decepción, porque llevo más de 30 años estando aquí para cuidar de la salud de todos y me parece que el trato que me dispensó fue injustificado y terriblemente injusto”.
Sobre si contó con el apoyo del hospital de donde trabaja se muestra tajante “no recibir ningún apoyo, a pesar de tener conocimiento de lo sucedido nadie se ha puesto en contacto conmigo acerca de este tema”.
Sin embargo, se puso en contacto con el Colegio de Médicos de Cáceres “ellos me facilitaron toda la ayuda que necesitaba; me han ofrecido todo el apoyo”. A nivel de la Consejería de Salud cuenta que “lo único que se me ha ofrecido es la inclusión en un registro de agresiones”.
Desde hace 10 años la OMC y los Colegios de Médicos luchan para acabar con esta lacra de la mano de la Policía Nacional y denunciar públicamente los casos, algo que, en su opinión, “le parece fundamental. No creo que nadie tenga que estar expuesto por el hecho de ejercer la Medicina”.
Para el Dr. Ramos existen “otros muchos mecanismos para resolver las divergencias que no sean las agresiones tales como campañas de concienciación, sanciones a los infractores ejemplarizantes, en definitiva, que agredir no salga gratis”.
Desde la OMC se va a poner en marcha el “Curso Online Agresiones a profesionales sanitarios. Fundamentos de prevención, protección, y respuesta”, una iniciativa formativa que ayuda a prevenir esta lacra. “Me parece muy acertada. Todo lo que sea formación es una iniciativa que hay que apoyar y aplaudir”, señala.
Tal y como asegura, es muy importante en estos sucesos “denunciar este tipo de actitudes y conocer los pasos que hay que seguir tras la agresión”. “A cualquier médico en mi situación le diría que denuncie, esto lo tenemos que acabar entre todos y la mejor manera es visibilizarlo”.
Sobre el papel del Servicio Extremeño de Salud todo, manifiesta que “deberían tener un papel fundamental en definitiva se agrede a un trabajador suyo, lamentablemente muchas veces no están a la altura, y el Servicio Extremeño de Salud no es una excepción. Yo siempre opino desde mi experiencia personal”.
Por otro lado, la Fundación para la Protección Social de la OMC dispone de una prestación para la defensa y protección jurídica por agresión en el puesto de trabajo para los médicos. “El Colegio de Médicos me ha informado y me ha facilitado toda la ayuda para poder acceder a esta prestación”, asegura.
Finalmente, cuenta como este suceso ha afectado a su vida diría “inicialmente tengo que reconocer que me afectó, pero afortunadamente todo se supera. Cierto es que cada vez que lo recuerdo me sigue invadiendo la misma sensación de injusticia por el trato recibido. Afortunadamente la mayoría de mis enfermos no tienen este comportamiento por lo que no ha influido en mi práctica clínica”.
