La enfermedad de Sudeck no existe. Así lo concluye el Dr. Francisco Piñal, un reputado cirujano español que tras años de observación en más de cien pacientes ha descubierto que tras los diagnósticos de este síndrome se esconden errores de diagnosis o desconocimiento de una enfermedad oculta. Esta investigación le ha llevado hasta Estados Unidos donde ha impartido la ponencia internacional en el Congreso Anual de la Sociedad Americana de Cirugía de Mano, un hito para la Medicina española
Para el Dr. Piñal haber participado en este congreso ha sido como “recibir un Premio Nobel” pero insiste en que su objetivo no es otro que eliminar el dolor de los pacientes que lo padecen, que son cientos de miles en el mundo y para ello considera imprescindible “divulgar y compartir el conocimiento y cambiar la manera de pensar para poder eliminar de los libros de Medicina la enfermedad de Sudeck” – asegura.
En esta entrevista para “Médicos y Pacientes” el cirujano, que trabaja en Madrid y Santander, explica que este hallazgo supone para los pacientes “un milagro” porque muchos de ellos llevaban seis y ocho años en la Unidad del Dolor con fuertes medicaciones que afectan a todos los niveles. “La mayoría de los pacientes a los que opero lloran por la liberación que supone para ellos la intervención quirúrgica” – explica.
Para el Dr. Piñal desde hace mucho tiempo “solo analizamos datos porque creemos que ya lo sabemos todo, nos centramos en lo que nos han enseñado, sin ir más allá” algo que en su opinión es un error puesto que la observación y la estadística son las bases de la Medicina. Sin embargo – añade – “este avance es un ejemplo de la importancia de la observación; este hito ha sido un proceso sencillo fruto de observar a cientos de pacientes que venían a la consulta con dolor y con un diagnóstico determinado hasta que descubrí, observando, que si podía curar a varios ¿por qué no a todos los demás?”.
Incide en el excesivo peso de la estadística y los datos en medicina en detrimento de la observación como un problema clave del conocimiento científico actual, algo que desde su perspectiva se evidencia en los artículos de publicaciones científicas que “no se publican sin datos estadísticos”. Este contexto no promueve la divulgación de este tipo de avances y conocimientos en la Medicina a nivel internacional, sino todo lo contrario, “por la oposición a todo aquello que choca con el status quo, que rompe con las premisas establecidas desde hace siglos” – asegura.
Lamenta que a pesar de haber contado con un buen recibimiento en países como Estados Unidos, Reino Unido o Argentina por este avance, “muchas mentes cerradas no crean en él”. Por ello, reitera su intención de “seguir compartiendo el conocimiento y esperar que los profesionales y entidades los acepten porque no debemos de olvidar que los que sufren esta cerrazón no son otros que los pacientes que son los que padecen el dolor. Existe demasiada incredulidad porque es algo que nos han inculcado desde siempre, en todos los libros hay un capítulo para la enfermedad de Sudeck, pero no existe, existe un dolor que se puede tratar en la inmensa mayoría de casos”.
En referencia a la trascendencia de sus avances pone de relieve que en esta ocasión ha sido posible por su trayectoria y reputación en cirugía de la mano “que me ha dado una credibilidad que me permite decir que no existe la enfermedad de Sudeck (también conocida como distrofia simpático refleja o dolor regional complejo tipo 1); sin esta trayectoria no me habrían tenido en cuenta”.
Alerta sobre la necesidad de abrir la mente y cambiar la forma de pensar. “Sé que esto es un mensaje molesto porque se crea conflicto al cuestionar lo establecido al decir que se están haciendo mal las cosas, pero nuestro trabajo como médicos es hacerlas bien” y añade que seguirá promoviendo la divulgación y este cambio de pensamiento porque “como médico mi obligación es compartir los conocimientos que mejorar la vida de los pacientes”.
En su opinión, los profesionales de la Medicina tienen que hacer un “mea culpa” y pensar diferente en pro de los pacientes, lograr abrir la mente para ser conscientes de que no todo está descubierto con el objetivo de no cerrar la puerta a estos nuevos tratamientos a los pacientes. “sé que llevará años, pero merecerá la pena”.
Dr. Francisco Piñal
El Dr. Francisco del Piñal Matorras está considerado uno de los mejores cirujanos de mano del mundo. Sus aportaciones en campos como la trasferencia microquirúrgica de dedos de pie a mano o las técnicas de cirugía artroscópica en fracturas de muñeca son avaladas y aplicadas a escala internacional.
El Dr. Piñal, Secretario General de la Asociación Europea de Artroscopia de Muñeca (EWAS) hasta 2014 y actual presidente de su Consejo Asesor, cuenta con numerosos reconocimientos y participaciones destacadas en eventos médicos de alcance global. Ha sido profesor principal invitado del Curtis National Hand Center de la Universidad de Baltimore (EE.UU) y primer cirujano español en participar en el Congreso de la Asociación Japonesa de Ortopedia; además de haber ocupado la cátedra honoraria Harold E. Kleinert-Joseph E. Kutz de la Universidad de Louisville (EE.UU).
Asimismo, el Dr. Piñal ha impartido la ponencia principal y acudido como invitado de honor en encuentros no solo de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE), sino también de las más destacadas sociedades nacionales de cirugía de la mano, artroscopia y microcirugía: americana, australiana, argentina, belga, británica, chilena, holandesa, hongkonesa, húngara, india, italiana, japonesa, polaca, sudafricana o uruguaya, entre otras.
El Dr. Piñal fue uno de los ponentes en la VI Convención de la Profesión Médica organizada por el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos en una mesa sobre la relación médico-paciente en la que participó junto a uno de sus pacientes, el torero José María Manzanares, quién tras recibir una grave corte con la espada en su mano izquierda y pasar por 10 operaciones sin lograr recuperar su movilidad llegó a la consulta del Dr. Francisco Piñal, donde finalmente la recuperó.