“Pedí ayuda al Colegio de Médicos… y encontré una bendición en la Fundación”. Con estas palabras el Dr. Antonio Porras Torres, médico con discapacidad, ahora jubilado, resume la ayuda que durante 28 años lleva percibiendo de la Fundación para la Protección Social de la Organización Médica Colegial (FPSOMC) a través de su Colegio de Médicos, el de Málaga. En 1996 sufrió una leucencefalopatía multifocal progresiva a consecuencia del VIH. Desde ese momento recibió el apoyo de la Fundación de todos los médicos: “La ayuda de la FPSOMC me ha permitido vivir con dignidad, sin esta prestación económica, me sería muy difícil la vida”.
Tal y como cuenta en esta entrevista, es tal el agradecimiento que siente por esta ayuda, posible gracias a las aportaciones solidarias que todos los médicos de España realizan anualmente a la Fundación para la Protección Social de la Organización Médica Colegial (FPSOMC), que su misión ahora es “potenciar la solidaridad como principio vital del servicio que le prestan”. Siendo así que ha decidido que la FPSOMC sea la beneficiaria de su vivienda en su testamento. “Quien no vive para servir, no sirve para vivir”, asegura el Dr. Antonio Porras.
Es doctor en Medicina (tesis de Licenciatura y tesis Doctoral en programa de PSIQUIATRÍA (1986 – 1995). Línea de investigación: Psiquiatría Dinámica y Social (UMA). Colegiado en Málaga. Graduado en Proyecto Hombre y Experto en Metodología de Investigación en Drogodependencias (UMA) Logoterapeuta (AEsLo). Máster en Ciencias para la Familia (UMA).
¿Desde cuándo forma parte de la Fundación para la Protección Social de la OMC como beneficiario y cómo llegó a conocer su labor?
Corrían los años 1996-1997. Había defendido mi Tesis Doctoral en Psiquiatría (1995) y sólo un año después desarrollo una leucoencefalopatía multifocal progresiva como consecuencia del VIH (1989). Era el año 1996, y de esta enfermedad apenas sobrevivía alguien. Al principio no sabía qué me estaba pasando, pero, al ir percibiendo la gravedad, me fui a la consulta de un colega y amigo, especialista en Neurología. Éste de inmediato me preguntó si estaba ya tomando medicación antorretroviral, y le hablé de la corriente negacionista del VIH a la que yo me había dejado arrastrar. <<Mañana mismo, te cojo de una oreja y te llevo al Clínico>>-me espetó, y así hicimos.
El experto de Medicina Interna (Infecciosos) empezó a tratarme con los mínimos medicamentos de que, en ese momento, se disponían. Por poner un ejemplo de los efectos secundarios, nunca podré olvidarme de que había de llevar una bolsa para recoger los vómitos cada vez que se presentaban. Pero podría recodar otros efectos secundarios más duros.
Pero, bueno, gracias a Dios, mejoré como para poder acercarme al Colegio de Médicos de Málaga y comunicar mi grado de discapacidad (77% no revisable).
Pregunté si podía percibir alguna ayuda como colegiado en tales circunstancias… ¡Y AHÍ ESTABA CON SU VOCACIÓN DE SERVICIO!, nuestra Fundación para la Protección Social de la OMC para poder atenderme como beneficiario.
Me respetarían la colegiación y podría empezar a percibir una ayuda mensual. Podría ser por el año 97.
¿Qué tipo de ayuda recibe actualmente de la Fundación?
“Médico con discapacidad” que, a tenor de las posibilidades económicas y presupuestarias actuales (Madrid, 28 de marzo de 2025), la Fundación para la Protección Social de la OMC, ha acordado concederme la prestación mensual de 1559,15 euros brutos para el corriente año.
¿Qué ha significado para usted contar con este apoyo todos estos años?
Nada más y nada menos que una ayuda para poder alcanzar a <<vivir con dignidad>> Sabido es que, para este modo de vivir, cumplo con las condiciones comportamentales requeridas, pero sin esta prestación económica, me sería muy difícil la vida.
¿Cómo valora el acompañamiento y la atención que ha recibido como beneficiario?
Máximo en la solidaridad y respeto a la persona humana.
¿Qué mensaje enviaría a otros médicos que puedan necesitar ayuda y aún no conozcan la Fundación?
El mensaje es completamente de ESPERANZA. Les explicaría – sin ocultar nada – los motivos que me llevaron a pedir ayuda en el Colegio de Médicos, y me encontré con la bendición de esta Fundación. <<Sé consciente de tus necesidades, respétate como persona y yo mismo te conduzco a la Fundación>> – podría decirle.
¿Qué le motiva a dejar su casa a la Fundación en su testamento?
Mi más sólido y rotundo agradecimiento. Potenciar la SOLIDARIDAD como principio vital del servicio que me prestan. Alguien dijo algún día aquello de <<Quien no vive para servir, no sirve para vivir>>. Y también aquello de que <<No es de biennacidos no ser agradecidos>>. Deseo vivir en paz por el resto de mis días, solidarizándome con los compañeros necesitados, poniendo de mi parte un patrimonio que, en los días más penosos y oscuros, tuvo a bien <<regalarme>> mi Dios, y sin duda por ello mismo ha ido creciendo en valor mucho más de cuanto podría soñar… ¡Que siga sirviendo esta casa para SERVIR!
¿Qué valores cree que representa la FPSOMC dentro de la profesión médica?
Sobre todo: SOLIDARIDAD Y MENSAJE DE ESPERANZA. La FPSOMC presenta una atención muy especial a la RECTA HUMANIDAD, tanto más en el contexto de la profesión médica, cuyo fundamento va más allá del <<mero curar>>. Cuando el enfermo no se puede curar, el médico es llamado a acompañar con el corazón lleno de servicio, hasta en los más pequeños detalles humanos y personales.
¿Cómo se siente al poder contribuir, con este gesto, a que otros compañeros también reciban apoyo en el futuro? Y ¿Cómo animaría a otros compañeros a que sigan siendo de la FPSOMC y colaboren?
Como cristiano que soy, se me presenta una de las más reales posibilidades de <<negarme>> a mí mismo hasta incluso más allá de los fáciles compromisos familiares. Podría decir, desde el corazón: <<ahora empiezo a ser más yo mismo>>, y exhortaría a otros compañeros a seguir esta <<ruta de servicio y de la vida sentido>> y tener como compañera <<LA PAZ>>.
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