En el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, la Alianza Mundial de Profesiones de la Salud (AMPS), que representa a 42 millones de profesionales de la salud, junto con organizaciones humanitarias, da la voz de alarma: los servicios sanitarios que salvan vidas, ya de por sí infrafinanciados y sobrecargados, se enfrentan a una presión sin precedentes a medida que se intensifican los conflictos, se multiplican los ataques selectivos contra instalaciones sanitarias y se recortan los fondos.
Los sistemas de salud, que deberían salvar vidas, y los profesionales sanitarios que prestan asistencia, se ven empujados al límite. Los conflictos armados se intensifican, las condiciones de vida y de trabajo de quienes prestan ayuda se deterioran y los ataques contra el personal sanitario y humanitario alcanzan niveles récord, lo que cuesta vidas y paraliza la capacidad de respuesta.
Los datos publicados hoy muestran que los ataques contra los trabajadores humanitarios, incluido el personal e instalaciones sanitarias, han alcanzado nuevos y mortíferos récords. En 2024, el número de víctimas mortales entre los trabajadores humanitarios ascendió a 383 en 27 países, superando el récord del año anterior. En 21 de estos países se registró un aumento con respecto al año anterior. Estos ataques no solo violan el derecho internacional humanitario, sino que también dejan a las comunidades sin acceso a la atención sanitaria y los medicamentos esenciales.
«Las comunidades atrapadas en conflictos necesitan más servicios de salud, no menos», afirmó el Dr. Otmar Kloiber, presidente de la AMPS y secretario general de la Asociación Médica Mundial. «Cada recorte de fondos y cada ataque se traducen en menos profesionales de la salud y menos servicios de salud para las personas que más los necesitan. No se trata solo de cifras en una partida presupuestaria, se trata de vida o muerte».
La carta abierta de la AMPS en la que se pide la salvaguardia de las instalaciones y el personal sanitario en zonas de conflicto, de conformidad con el derecho internacional, se publicó el año pasado y sigue siendo tan relevante como siempre. La carta cuenta con el apoyo de profesionales sanitarios de 76 países y territorios de todo el mundo, entre los que se encuentran líderes de asociaciones nacionales de profesionales sanitarios, personal directivo de centros sanitarios, académicos destacados y representantes de alto nivel de gobiernos y ONG de la salud internacionales. La AMPS sigue recogiendo firmas para reforzar el mensaje de que los profesionales sanitarios no son un objetivo y que cualquier uso indebido de las instalaciones sanitarias o las ambulancias con fines militares también constituye una violación del derecho internacional humanitario.
Hoy, las organizaciones humanitarias y sanitarias piden a los gobiernos, los donantes y la comunidad internacional que, con carácter urgente:
- Protejan a los profesionales sanitarios y al personal humanitario, tal y como exige el derecho internacional.
- Aumenten la financiación de los servicios sanitarios.
- Fortalezcan los sistemas sanitarios para que puedan soportar los impactos de los conflictos y las catástrofes.
En este Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, debemos reafirmar nuestro compromiso con quienes lo arriesgan todo para salvar vidas, y con las personas cuya supervivencia depende de ellos. Firma aquí la carta abierta de WHPA para mostrar tu apoyo.
Alianza Mundial de Profesiones de la Salud
La Alianza Mundial de Profesiones de la Salud (AMPS) reúne a las organizaciones mundiales que representan a los dentistas, enfermeros, farmacéuticos, fisioterapeutas y médicos del mundo y habla en nombre de más de 41 millones de profesionales de la salud en más de 130 países. La AMPS trabaja para mejorar la salud mundial y la calidad de la atención al paciente y facilita la colaboración entre las profesiones sanitarias y las principales partes interesadas.
El Día Mundial de la Asistencia Humanitaria se celebra el 19 de agosto, fecha en la que, en 2003, 22 trabajadores humanitarios de las Naciones Unidas perdieron la vida en un ataque contra la sede de la ONU en Bagdad, Irak. La actividad reúne a socios de todo el sistema humanitario para defender la supervivencia, el bienestar y la dignidad de las personas afectadas por crisis, así como la seguridad y la protección de los trabajadores humanitarios. Está organizada por la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA).