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Asociaciones científicas y de la sociedad civil presentan una plataforma para abordar la hiperconexión digital

Hasta 16 asociaciones científicas, de la sociedad civil y medios de comunicación han presentado este martes la Plataforma Control Z, una iniciativa cuyo objetivo es el de abordar la hiperconexión digital, especialmente en las personas jóvenes y en los menores de edad, que supone un «gravísimo problema» de salud pública.

«Nos unimos para hablar del grave problema de la hiperconexión digital, que realmente es la nueva pandemia», ha afirmado la presidenta de esta plataforma, Mar España, durante una rueda de prensa en la que se ha urgido a tomar medidas urgentes frente a una situación que provoca mermas en la conexión neuronal, problemas en el desarrollo del lenguaje, aumento de la fatiga o la depresión, problemas de aprendizaje, trastornos de la conducta alimentaria y tendencias autodestructivas.

Tras ello, ha citado el último informe en el que se muestra cómo los casos de enfermedades mentales en niños y en adolescentes están sufriendo un «incremento explosivo», y es que, desde 2012, estos trastornos han aumentado un 300 por ciento.

España también ha subrayado que este tipo de servicios digitales no están diseñados para el «bienestar» ni para «optimizar» la salud, sino que se basan en mecanismos de recompensa «muy individualizados» y adictivos.

«Esto está afectando también a la economía. Si no lo conseguimos desde el punto de vista del bienestar de la ciudadanía, a ver si dando números y costes económicos conseguimos que los gobiernos empiecen a tomar medidas urgentes», ha añadido, apoyándose en datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), que estima que esta crisis supondrá seis billones de dólares (unos 5,1 billones de euros) para 2030 en la economía mundial.

Sin embargo, ha querido destacar que se han producido avances en el último año con la creación de un anteproyecto de Ley de protección de menores en los entornos digitales, el inicio del proyecto piloto de verificación de edad para el acceso a Internet, o la creación de un comité de expertos gubernamental sobre esta cuestión.

Desde la Plataforma Control Z se busca difundir y concienciar estos mensajes tanto a las familias como a los gobiernos, así como dar visibilidad a las diferentes acciones de asociaciones médicas, para lo que realizarán desayunos informativos de forma mensual.

«Si no conseguimos limitar la acción de estas grandes plataformas, nuestra sociedad seguirá empeorando peligrosamente. Tenemos que recuperar el control de nuestra atención voluntaria, las relaciones personales directas, la confianza en los mensajes e informaciones que lleguen por personas y vías conocidas… En definitiva, acortar nuestra vida virtual para recuperar nuevamente la vida real, con las personas de carne y hueso en el centro», ha manifestado España.

IMPEDIR EL ACCESO A LAS PANTALLAS A MENORES DE 6 AÑOS

Entre las principales medidas a tomar se encuentran impedir el acceso a pantallas a los menores de seis años; limitar su uso hasta los doce años; impedir el acceso a redes sociales hasta después de los 16 años; retrasar la entrega del primer teléfono inteligente hasta los 16 años; exigir responsabilidades y limitaciones a las grandes plataformas; promover pactos familiares; o recuperar la actividad física y las relaciones personales directas.

Por su parte, el miembro de la Asociación Española de Pediatría (AEP) y jefe de servicio de Pediatría del Hospital General de Valencia, Julio Álvarez Pitti, ha expresado que el mundo digital ha pasado «como un tsunami» sobre todo el mundo, y que ahora se están recogiendo «los desastres» debido a la falta de preparación.

Así, ha detallado que los últimos datos del estudio PASOS de 2022 muestra que la media del uso de dispositivos de los niños y adolescentes entre semana es de 200 minutos, una cifra que asciende a 300 minutos durante los fines de semana, algo que ha relacionado directamente con una menor calidad y cantidad de sueño, con una peor alimentación, con una menor actividad física, con un mayor riesgo cardiovascular y con fatiga visual.

«La adicción a las pantallas conectadas provoca en los niños falta de sueño, sedentarismo, depresión, afectación ocular, disminución de la autoestima, alteración del desarrollo cerebral, obesidad y dolor muscular», ha afirmado Pitti.

Además de pedir la responsabilidad de las compañías y de los gobiernos, Pitti también ha apelado a la responsabilidad de las familias, argumentando que los niños acaban imitando aquellos comportamientos que observan en su entorno.

La representante de la Asociación Española de Psiquiatría de la Infancia y de la Adolescencia Abigail Huertas ha señalado que la tecnología ha cambiado la forma en que se relacionan las personas y la forma en la que crecen y se desarrollan los menores de edad, quienes «crean su identidad y sus vínculos» a través de las pantallas.

«El uso excesivo, precoz o sin supervisión de las tecnologías digitales está claramente vinculado tanto en adultos como en personas jóvenes con un aumento del malestar emocional, con problemas del sueño, como ha comentado mi compañero, con ansiedad, con aumento de las autolesiones, con un mayor desarrollo de percepción errónea del cuerpo», ha recalcado.

IMPACTO EN EL NEURODESARROLLO
Huertas también ha recordado que ya existe evidencia sobre el impacto de la sobreexposición a las pantallas en el neurodesarrollo, especialmente en los menores de edad.

«Esta plataforma no es un grito de alarma, es una invitación a pensar. Tenemos que pensar en una salud digital diferente», ha aseverado, incidiendo en que la tecnología no debe ser «prohibida» sino «integrada» con sentido común y rigor, sin culpar a las familias y ofreciendo información útil y alternativas saludables.

El vicepresidente y responsable del Área de Neurotecnología e Inteligencia Artificial de la Sociedad Española de Neurología (SEN), David Ezpeleta, ha apuntado que los móviles generan una serie de microestímulos de corta duración y alta intensidad «similares a los de las tragaperras», generando adicciones, modificando el cerebro y disminuyendo así la atención, la concentración, la memoria y el aprendizaje.

Por su parte, el secretario general del Consejo General de Psicología de España (COP), José Tenorio, ha incidido en que el problema no es solo con el tiempo que se pasa frente a las pantallas, sino del tipo de contenido que se consume, de la edad de inicio, del contexto de su uso y de si existe el acompañamiento de un adulto.

Es por ello por lo que no solo ha considerado necesario retrasar al máximo posible la entrega del primer teléfono móvil o la entrada a las redes sociales, sino que se debe preparar a los menores para ello, pues su acceso temprano y sin filtros puede incrementar su exposición a contenidos centrados en la apariencia física, comparaciones sociales constantes y dinámicas que afectan directamente al bienestar emocional.

«El uso inadecuado de las pantallas genera un aumento de los problemas psicoemocionales infantiles como ansiedad, retraimiento, agresividad o hiperactividad», ha concluido Tenorio.

El Proyecto Control Z ha sido creado por entidades como la Asociación Adolescencia Libre de Móviles (ALMMA), la Fundación ANAR, la Fundación SOL, la Asociación Dale Una Vuelta, el Consejo General de la Piscología de España, la Asociación Española de Pediatría, el Movimiento Off, la Sociedad Española de la Psicología Clínica Infantil y Juvenil, la Asociación Española de Psiquiatría de la Infancia y la Adolescencia (AEPNYA), la Sociedad Española de Neurología, Aldeas Infantiles SOS de España, Adolescencia Libre de Móviles o Cyber Guardians. Asimismo, ha sido apoyada por medios de comunicación como Radio Televisión Española, Valor Mediaset o Compromiso Atresmedia.

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